Me parece oportuno reseñar este breve texto del filósofo marxista francés Louis Althusser porque considero que trata asuntos que están muy relacionados con la actualidad en general y en lo concreto con la nueva forma de partido surgida a partir del XX Congreso del PCE.
Trataré de resumir sus aspectos principales usando palabras textuales del autor. Como siempre, hay la posibilidad de descargarlo en PDF pinchando sobre estas letras.. Espero que os resulte interesante tal como a mí me ha parecido.
Práctica teórica y lucha ideológica
En un conocido título Engels revelaba la diferencia principal entre las ideas marxistas y las doctrinas socialistas anteriores a ellas: las teorías de Marx son científicas.
Las doctrinas utópicas proponen objetivos socialistas pero que no están basados en criterios científicos sino principios de inspiraciones de tipo moral, religiosos o ideológicos (por ejemplo el reparto de la riqueza, la reforma moral de los representantes políticos, la desaparición inmediata del estado, etc).
Como estos principios morales o ideológicos surgen desde el mismo sistema burgués y son por tanto parte de los ideales burgueses, por muy enfrentados que se encuentren a la economía burguesa no pueden dejar de ser prisioneros de ese mismo sistema, es decir, difícilmente pueden llegar a ser revolucionarios.
El marxismo, por el contrario, como teoría científica, no se contenta con esas normas morales sino que los somete a crítica y busca otros fundamentos que no sean estos ideales. El conjunto de teorías marxistas reposan sobre el conocimiento científico de la sociedad capitalista, tanto de su entramado económico y político como del ideológico.
Este conocimiento permite definir los medios de acción del socialismo y definir a la clase obrera como la única revolucionaria, es decir, romper el esquema de reformistas o anarquistas definiendo una acción que sea verdaderamente transformadora.
Este lema se repite en toda la obra de Lenin: sin teoría revolucionaria no hay acción revolucionaria.
Pero, ¿en qué consiste la doctrina científica marxista?
Pero, ¿en qué consiste la doctrina científica marxista?
La doctrina científica marxista está constituida por dos disciplinas científicas unidas una a otra por razones de principio, aunque efectivamente distintas entre sí, ya que sus objetos son distintos: el materialismo histórico y el materialismo dialéctico.
El materialismo histórico es la ciencia de la historia. Puede ser definida con mayor precisión como la ciencia de los modos de producción, de sus estructuras propias, de sus constituciones, de sus funcionamientos, y de las formas de transición que hacen pasar de un modo de producción a otro.
Cada sociedad comprende, como Marx explicó, el conjunto articulado de sus diferentes niveles: la infraestructura económica, la superestructura jurídico-política, y la superestructura ideológica. La teoría de la historia, o materialismo histórico, es la teoría de la naturaleza específica de esta totalidad: por consiguiente, del conjunto de sus niveles, y del tipo de articulación y de determinación que los une unos a otros.
Famosa imagen que caricaturiza a la sociedad capitalista. Marx demostró que la sociedad está estructurada sobre un sistema económico que sostiene un complejo entramado político, legal e ideológico.
Famosa imagen que caricaturiza a la sociedad capitalista. Marx demostró que la sociedad está estructurada sobre un sistema económico que sostiene un complejo entramado político, legal e ideológico.
El materialismo dialéctico o filosofía marxista es una disciplina científica distinta del materialismo histórico. La distinción de estas dos disciplinas científicas está en la distinción de sus objetos. El objeto del materialismo histórico está constituido por los modos de producción, su constitución y sus transformaciones. El objeto del materialismo dialéctico está constituido por lo que Engels llama "la historia del pensamiento" o lo que Lenin llama la historia del "paso de la ignorancia al conocimiento".
La tarea de los comunistas es por tanto tratar la teoría marxista como una ciencia y no como una doctrina acabada, esto es, no caer en el dogmatismo. Se trata de desarrollar la teoría y no de repetir como una doctrina sus enunciados. En palabras de Lenin:
Nosotros no consideramos, en absoluto, la teoría de Marx como algo acabado e intangible: estamos convencidos, por el contrario, de que esta teoría no ha hecho sino colocar las piedras angulares en la ciencia que los socialistas deben impulsar en todos los sentidos, siempre que no quieran quedar rezagados en la vida.
El pensador marxista Althusser
La ideología.
En una sociedad las personas participan en la producción económica, cuyos mecanismos y efectos son determinados por la estructura de las relaciones de producción; también participan en la actividad política, cuyos mecanismos son regulados por la estructura de las relaciones de clase (la lucha de clases, el derecho y el estado).
Esas mismas personas participan en otras actividades, actividad religiosa, moral, filosófica, etc., ya sea de una manera activa, por medio de prácticas conscientes, o ya sea de una manera pasiva y mecánica, por reflejos, juicios, actitudes, etc. Estas últimas actividades constituyen la actividad ideológica, y son sostenidas por una adhesión voluntaria o involuntaria, consciente o inconsciente, a un conjunto de representaciones y creencias religiosas, morales, jurídicas, políticas, estéticas, filosóficas, etc., que forman lo que se llama el nivel de la ideología.
Esas mismas personas participan en otras actividades, actividad religiosa, moral, filosófica, etc., ya sea de una manera activa, por medio de prácticas conscientes, o ya sea de una manera pasiva y mecánica, por reflejos, juicios, actitudes, etc. Estas últimas actividades constituyen la actividad ideológica, y son sostenidas por una adhesión voluntaria o involuntaria, consciente o inconsciente, a un conjunto de representaciones y creencias religiosas, morales, jurídicas, políticas, estéticas, filosóficas, etc., que forman lo que se llama el nivel de la ideología.
Las representaciones de la ideología se refieren al mundo mismo en el cual viven las personas. Sin embargo, estas representaciones no son conocimientos verdaderos del mundo que representan. Pueden contener elementos de conocimientos, pero siempre integrados y sometidos al sistema de conjunto de estas representaciones, que es, en principio, un sistema orientado y falseado, un sistema regido por una falsa concepción del mundo.
En una sociedad de clases, la ideología sirve a los hombres no solamente para vivir sus propias condiciones de existencia, para ejecutar las tareas que les son asignadas, sino también para "soportar" su estado, ya consista éste en la miseria de la explotación de que son víctimas, o en el privilegio exorbitante del poder y de la riqueza de que son beneficiarios.
Las representaciones de la ideología acompañan pues consciente o inconscientemente todos los actos de los individuos, toda su actividad, todas sus relaciones. Si nos representamos la sociedad según la metáfora clásica de Marx, como un edificio, una construcción o una superestructura jurídico-política, elevada sobre la infraestructura de la base, sobre fundamentos económicos, debemos dar a la ideología un lugar muy particular: para comprender su eficacia, es necesario situarla en la superestructura, y darle una relativa autonomía con respecto al derecho y al estado. Pero al mismo tiempo, para comprender su forma de presencia más general hay que considerar que la ideología se introduce en todas las partes del edificio y que constituye ese cemento de naturaleza particular que asegura el ajuste y la cohesión de los hombres en sus roles, sus funciones y sus relaciones sociales.
¿Cuál es la función social de la ideología?
La ideología tiene por función asegurar la ligazón de las personas entre sí en el conjunto de las formas de su existencia, la relación de los individuos con las tareas que les fija la estructura social.
Nos damos cuenta entonces que la ideología está destinada a asegurar la cohesión de las relaciones de los hombres entre sí y de los hombres con sus tareas en la estructura general de explotación de clase, que las extiende entonces a todas las otras relaciones. La ideología está pues destinada ante todo a asegurar la dominación de una clase sobre las otras y la explotación económica que le asegura su preeminencia, haciendo a los explotados aceptar como fundada en la voluntad de Dios, en la "naturaleza" o en el "deber" moral, etc., su propia condición de explotados.
Pero la ideología no es solamente un "bello engaño" inventado por los explotadores para mantener a raya a los explotados y engañarlos: es útil también a los individuos de la clase dominante, para aceptar como "deseada por Dios", como fijada por la "naturaleza" o incluso como asignada por un "deber" moral la dominación que ellos ejercen sobre los explotados; les es útil pues, al mismo tiempo y a ellos también, este lazo de cohesión social, para comportarse como miembros de una clase, la clase de los explotadores, para permitirles ejercer como "natural" su explotación y su dominación.
En su declaración ante la comisión por el fraude de Bankia, el ex vicepresidente Rodrigo Rato espetó esta frase con actitud chulesca. La ideología capitalista hace creer a los personajes poderosos que su lugar en la sociedad es algo natural y que se debe a su extraordinaria capacidad personal. Los explotados debemos agradecerles que el mundo gire pues es gracias a ellos.
Este es el punto decisivo, el origen de la falsedad de la representación ideológica. En las sociedades de clases, la ideología es una representación de lo real, pero necesariamente falseada, dado que es necesariamente orientada y tendenciosa; y es tendenciosa porque su fin no es el de dar a los hombres el conocimiento objetivo del sistema social en que viven, sino por el contrario ofrecerles una representación mistificada de este sistema social, para mantenerlos en su lugar en el sistema de explotación de clase.
Formación teórica y lucha ideológica.
¿Por qué medios se puede -y se debe- hacer penetrar esta ciencia en el movimiento obrero, por qué medios se puede introducir esta doctrina científica en la conciencia y la práctica de las organizaciones de la clase obrera?
Podemos resumir de la manera siguiente: la naturaleza misma del movimiento obrero lo compromete en una triple lucha: lucha económica, lucha política, lucha ideológica. En la unidad de esas tres luchas distintas, la representación que se hace el movimiento obrero de la naturaleza de la sociedad y de su evolución, de la naturaleza de los fines a alcanzar y de los medios a emplear para llevar a cabo correctamente la lucha, fija la orientación general de ésta. La lucha depende pues de la ideología del movimiento obrero.
Ahora bien, sabemos que esta ideología permanece prisionera de las categorías fundamentales (religiosas, jurídicas, morales, políticas). Todo se refiere pues a la transformación de la ideología de la clase obrera: a la transformación que hace que la ideología de la clase obrera escape a la influencia de la ideología burguesa, para someterla a una nueva influencia, la de la ciencia marxista de la sociedad.
La lucha ideológica puede ser definida como la lucha llevada a cabo en el dominio objetivo de la ideología contra la dominación de la ideología burguesa por medio de la transformación de la ideología existente (ideología de la clase obrera, ideología de las clases que pueden convertirse en sus aliadas), en sentido tal que sirva a los intereses objetivos del movimiento obrero en su lucha por la revolución y más tarde en la lucha por la construcción del socialismo.
Por formación teórica entendemos el proceso de educación, de estudio y de trabajo, por el cual un militante es puesto en posesión, no sólo de conclusiones de las dos ciencias de la teoría marxista (materialismo histórico, materialismo dialéctico), no sólo de sus principios teóricos, no sólo de algunos análisis y demostraciones de detalle, sino de todo el conjunto de la teoría, de todo su contenido, de todos sus análisis y demostraciones, de todos sus principios y de todas sus conclusiones en su ligazón científica indisoluble.
El partido no se contenta con proclamar su fidelidad a los principios de la ciencia marxista-leninista. Lo que lo distingue radicalmente de las otras organizaciones obreras no es esta simple proclamación: es la aplicación concreta, en sus formas de organización, en sus medios de acción, en los análisis científicos de las situaciones concretas, de la teoría científica marxista. No contentarse con proclamar principios, sino aplicarlos en los actos.
El ensayo que hemos repasado se puede encontrar dentro de los contenidos de La Filosofía como arma de la Revolución. Yo en concreto tengo este ejemplar pero podéis haceros con cualquiera similar en internet por un precio muy asequible. Recomendable.
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