No es plato de gusto, sin duda, tener que apresar a ninguna persona, mucho menos a un representante público de la importancia de un alcalde. En un mundo ideal desearíamos que esto no tuviese que suceder nunca.
No obstante, podría objetar un lector suspicaz: depende. Depende del caso habrá incluso alcaldes que lo merezcan. No es necesario, por desgracia, hacer demasiada memoria para enumerar unos cuantos cargos públicos merecedores de ser detenidos. De esos que han prevaricado o se han enriquecido a costa del dinero de todos, esos que calientan indefinidamente poltronas y consienten recortes. En una palabra, eso que ahora llaman la "casta".
En estos casos todos tenemos una imagen clara y bien identificada en nuestro pensamiento del estilo de cargo público que encaja en el neoconcepto de "casta", no en vano nos fatigan a diario con el inevitable boletín de corruptelas en televisiones, radios y prensa.
Pero suponemos que la corrupción no es el único motivo por el que un cargo podría ser detenido. ¿Consideraríamos correcto como motivo de detención el participar en planes de golpes de estado contra gobiernos legítimos elegidos de manera democrática?
Leemos hoy en Red Voltaire un artículo de Thierry
Meyssan en el que escribe:
"Una vez más, la administración Obama trata de
cambiar por la fuerza un régimen que se resiste a sus designios. El 12 de
febrero de 2015, un avión propiedad de Academi (ex Blackwater) disfrazado con
las insignias de las fuerzas armadas de Venezuela debía bombardear el palacio
presidencial de Caracas para eliminar físicamente al presidente Nicolás Maduro.
Los conspiradores tenían previsto poner en el poder a la ex diputada María
Corina Machado y hacerla aclamar de inmediato por varios ex presidentes
latinoamericanos."
(...)"Al
seguir la pista de estos conspiradores, la Inteligencia Militar descubrió la
«Operación Jericó». En la noche del 11 de febrero, los principales líderes de
la conspiración y un agente del Mosad israelí fueron arrestados y se reforzó la
protección aérea de la capital venezolana. Otros implicados fueron arrestados
el 12 de febrero. El día 20, las confesiones de los arrestados permitieron la
detención de otro cómplice: el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma."
En la edición digital de Russia Today escribía hace unos días Eva Golinger:
"Hay
un golpe de Estado en marcha en Venezuela. Las piezas están cayendo en su lugar
como una mala película de la CIA.
(..)
son sólo una parte de la creciente y sistemática cobertura negativa y
distorsionada de la situación en Venezuela en los medios de comunicación estadounidenses,
pintando una imagen exageradamente sombría de la situación actual del país y
retratando al Gobierno como incompetente, dictatorial y criminal. Si bien este
tipo de campaña mediática coordinada contra Venezuela no es nueva -los medios
de comunicación constantemente proyectaron al presidente Hugo Chávez, elegido
cuatro veces por una mayoría abrumadora, como un dictador tiránico que destruía
al país– sin duda evidencia que se está intensificando claramente a un ritmo
acelerado.
(…)Sin
embargo, hacer a la economía venezolana “gritar” es sin duda una estrategia
ejecutada por intereses extranjeros y sus contrapartes venezolanos, y es muy
eficaz. Mientras la escasez continúa y el acceso a los dólares se vuelve cada
vez más difícil, el caos y el pánico aumentan. Este descontento social está
capitalizado por agencias de Estados Unidos y las fuerzas antigubernamentales
en Venezuela que presionan por un cambio de régimen. Una estrategia muy similar
fue utilizada en Chile para derrocar al presidente socialista Salvador Allende.
Primero destruyeron la economía, produciendo descontento social, y luego los
militares se activaron para derrocar a Allende, apoyados por Washington en cada
etapa. Para que no olvidemos el resultado: una brutal dictadura encabezada por
el general Augusto Pinochet que torturó, asesinó, desapareció y obligó al
exilio a decenas de miles de personas."
Contrariamente a lo que pueda pensarse por la desinformación que nos llega de los medios españoles, en Venezuela no están sucediendo los casos de suicidio por desahucios, ni existe el hambre ni la necesidad ni el paroque estamos viviendo en España o Grecia. El 95% de los venezolanos consume tres comidas al día, su tasa de desempleo está en el 6% y la vivienda está subvencionada por el Estado.
Por tanto, sí, nunca es bueno detener a un alcalde. Si pudiésemos elegir, mejor que no sucediera.
Pero sobre todas las cosas nos gustaría que no se engañase a la ciudadanía a costa de obtener un puñado de votos.
Nos gustaría que no se colaborase con la injerencia de las multinacionales en los gobiernos elegidos de manera democrática. En especial cuando quienes lo justifican se vanaglorian de sostener la bandera de la democracia y señalan con el dedo acusador a todo aquel que no les baile el agua.
Enlaces:
Russia Today http://actualidad.rt.com/opinion/eva_golinger/165149-venezuela-golpe-tiempo-real
Red Voltaire http://www.voltairenet.org/article186818.html
Diario Octubre http://www.diario-octubre.com/2015/02/03/venezuela-golpe-en-tiempo-real/