miércoles, 10 de mayo de 2017

PROLETARIOS Y COMUNISTAS (preguntas sobre el Manifiesto, 3ª entrega)

En anteriores entradas (parte 1 y parte 2) nos hicimos unas cuantas preguntas sobre el Manifiesto Comunista para incentivar la lectura de este texto fundamental. Terminamos con esta entrada la serie, que puedes descargarte si quieres en pdf -es  mucho más fácil de leer en el móvil- haciendo click en este enlace.

Vemos aquí el segundo capítulo, en el que podremos contestar dudas muy comunes sobre el comunismo como ¿quieren los comunistas prohibir la propiedad privada?, ¿es el comunismo un sistema que conlleva pobreza y vagancia?, ¿pretenden los comunistas compartira las mujeres como en una comuna? y otros tópicos.


■■ PROLETARIOS Y COMUNISTAS ■■

Una vez explicados los conceptos básicos del materialismo histórico en el primer apartado del Manifiesto (la historia de la sociedad humana es una lucha de clases) y desveladas las clases sociales enfrentadas del mundo en que vivimos (burgueses -capitalistas y dueños de los medios- y proletarios -trabajadores-), se completa la obra exponiendo con claridad cuál es la relación que guardan, por tanto, los comunistas con los trabajadores y dando respuesta a muchos de los bulos que el capitalismo fomenta para desprestigiar su mensaje. 




¿Forman los comunistas un partido aparte de los demás partidos obreros? 

La respuesta está literal en el propio Manifiesto: los comunistas no forman un partido separado ni se enfrentan a los demás partidos obreros.

Hay que aclarar que el concepto de partido en la época de Marx y Engels no es como en la actualidad. Entonces la idea de partido era la de todas las personas que tienen unas mismas ideas políticas. Por tanto, el Partido Comunista es un partido dentro del gran partido obrero (la unión de todos los trabajadores) y no se opone a otras asociaciones obreras.

Esto supone, primero, que los comunistas no se sitúan por encima del movimiento obrero, sino a su lado, luchando en su misma trinchera; segundo, que lo que distingue a los comunistas es que "destacan y hacen valer los intereses comunes de su clase".

Es decir, son una "vanguardia", el sector "más resuelto" de los trabajadores que tienen "la ventaja de su clara visión del movimiento proletario".


Los comunistas pretenden concienciar a los trabajadores para que
 ellos mismos mediante el propio convencimiento luchen por su liberación 

¿En qué se diferencian entonces los comunistas de los demás partidos?

Se diferencian sobre todo en que saben analizar la realidad mediante la filosofía marxista, el materialismo dialéctico.
Esta filosofía permite interpretar las situaciones de manera que afloren aspectos que permanecen ocultos o velados a los trabajadores.

La educación convencional hace que las personas reciban de los centros educativos (colegios, institutos, universidades) y de los medios informativos una visión del mundo idealista, estática, invariable, muchas veces ajena a los fundamentos de la razón y la ciencia, que fomenta un modo de pensar que les impide darse cuenta de las circunstancias que condicionan su vida.

El materialismo, en cambio, mediante la razón permite aflorar esos aspectos ocultos, al alcance del razonamiento de cualquier trabajador que ponga voluntad en informarse. Y en especial el materialismo permite comprender el mundo de modo que sea posible luchar para transformarlo.

El primer objetivo de los comunistas es concienciar a los trabajadores de su situación de explotados para que al comprenderlo puedan luchar y liberarse.




¿Surgen las ideas de los comunistas de un líder?

En una de las estrofas de la Internacional se cita: Ni en dioses, reyes ni tribunos,/ está el supremo salvador./ Nosotros mismos realicemos/ el esfuerzo redentor.

Las ideas de los comunistas no provienen de un líder ni de un Mesías (un "redentor de la humanidad" dice literalmente el Manifiesto), ni siquiera el propio Marx se consideraba a sí mismo de este modo. Son ideas que vienen del análisis materialista y de las condiciones de la lucha de clases que son visibles por todos. No descansan en ideales de justicia o bondad, sino en la fuerza del pueblo unido. 


Aunque los cuadros y principales figuras se sitúen en el frente para
dar ejemplo y movilizar a los demás, saben que el esfuerzo revolucionario
debe venir de la unión de todos los trabajadores actuando unidos, sin distinciones


¿Esta forma de entender el mundo, el materialismo, es válida para todas las situaciones, como las actuales?

Cualquier situación de la realidad social que vivimos es posible analizarla bajo ese enfoque. Pongamos un ejemplo sencillo de la actualidad:

Cuando nos indignan las ya habituales noticias sobre corrupción en las administraciones, un análisis poco elaborado puede llevarnos a pensar que esas corrupciones son casos individuales de personas malintencionadas que aprovechan un cargo político para beneficiarse, de tal modo que sustituyendo a esas manzanas podridas por otros más honrados se soluciona el problema. Un análisis un poco más elaborado puede conducirnos a una explicación basada en una mafia o una trama que se sirve de las administraciones para repartirse esos beneficios entre una casta de favorecidos, de manera que sustituyendo esa trama por un sistema más transparente, se arreglará también.

Sin embargo, ambos análisis son insuficientes. El materialismo nos hace introducir una contradicción de entrada: la sociedad capitalista parte de unas relaciones de producción corruptas en las que los dueños de los medios obtienen beneficio de la explotación de la mano de obra. Además, el materialismo demuestra que en la sociedad capitalista el Estado -y sus diferentes órganos, legales, jurídicos, políticos- actúan de escudo defensor de los intereses de una oligarquía de poderosos, defendiendo sus intereses para perpetuar el sistema. Por tanto los corruptos que aparecen en las noticias son simples gestores de ese entramado, pero nunca conocemos a quienes los corrompen ni se cuestiona el sistema que lo permite, que es lo que se debe intentar transformar.

De este modo se descubren aspectos que nos permiten ver el problema con mayor profundidad y así podemos atacarlo sin quedarnos en una solución que se quede en un cambio superficial o temporal. 


Es lógico indignarse ante los descarados casos de corrupción, pero
debemos saber analizar sus causas, más allá de explicarlos en base
a tramas o mafias, para poder atacar al sistema que lo fomenta

¿Quieren los comunistas eliminar la propiedad privada?

Lo que caracteriza al comunismo no es la desaparición de la propiedad privada en general, sino la desaparición del régimen de la propiedad de los medios en manos de unos pocos. Se anula la posesión privada de las tierras, las minas, centrales eléctricas, fábricas, empresas, de todo lo que sirva para trabajar, pero no de las posesiones personales de uso particular. 

En ocasiones escuchamos a los anticomunistas argumentando que el marxismo lleva a la destrucción del fruto del esfuerzo personal. Esto es incierto. Quienes se apropian del esfuerzo de otros y de la propiedad bien adquirida son los que en capitalismo poseen los medios y explotan a los trabajadores o devoran a los pequeños propietarios que no pueden competir con ellos.




¿Supone el comunismo una falta de libertad individual?

En el capitalismo, la libertad se entiende como el librecambio, la libertad de comprar y vender. Más aún, la libertad personal y la iniciativa están reservadas a quienes poseen el capital o los medios; quienes no poseen carecen de esa iniciativa y dependen del ofrecimiento de trabajo por los demás. Por tanto es una libertad ficticia o libertad relativa, para unos sí y para otros no.

Si desaparecen los motivos que originan las diferencias entre clases -la posesión en manos de unos pocos de los recursos-, entonces podremos empezar a hablar de libertad para la mayoría y de un sistema que no depende de la miseria de muchos para la libertad de unos cuantos.

Los detractores del comunismo suelen acudir al tópico de las colas para repartir alimentos
o bienes básicos que creen se produce en los sistemas socialistas. Sin embargo,
 no se ven las "colas invisibles" que formaría la inmensa mayoría de personas que no puede permitirse comprar en las tiendas cuyas puertas parecen estar abiertas a todos,
 pero sólo se lo pueden permitir unos pocos.

¿Es el comunismo un sistema que generaliza la pobreza?

Muchas personas han asimilado la insistente propaganda capitalista que da una imagen del comunismo como un régimen oscuro y empobrecedor que dirige a la sociedad a la ruina y a la carencia de los bienes básicos.

Observemos, sin embargo, que en la sociedad capitalista en la que vivimos no es necesario dirigir nuestra vista a horizontes muy lejanos para descubrir la miseria. En nuestro entorno podemos ver personas que carecen de agua o electricidad o un techo, e incluso alimentos. Familias son despojadas de sus viviendas por haber sido despedidos de sus empleos. Enfermos mueren en listas de espera por no poder costearse un tratamiento privado. 

¿Es ese sistema capitalista un sistema que genera riqueza? Si la genera lo hace sólo para unos pocos y a costa de la miseria de los otros.
El temor que ciertas personas poco informadas sienten hacia el comunismo es el pánico que los capitalistas les transmiten: pánico a abolir la propiedad privada. Es lógico los capitalistas tengan miedo, pues al abolirla desaparecerá su privilegio de vivir de los despojos de todos los demás. Los trabajadores no deben sentir miedo por ello, ya que nada tienen que perder excepto la relación de dependencia con los propietarios que les explotan.

A lo que aspira el comunismo es a convertir los recursos en propiedad de todos, en algo común a todos los miembros de la sociedad. Se trata de transformar el carácter colectivo de la propiedad para despojarla de su carácter de clase, es decir, para que no existan las clases sociales. 


Toma de la ciudad brasileña de Sao Paulo. Una barrera separa en pocos metros
a paupérrimas favelas de lujosas mansiones. Imagen habitual en el mundo capitalista.

¿Pero no ocasionará esa sociedad igualitaria una tendencia a la vagancia y la desidia?

También se dice que si la sociedad se encarga de ofrecer las necesidades básicas en régimen común,  en lugar gestionarla en manos privadas, esto provocará la indolencia generalizada.
Si esto fuese cierto, llevaríamos siglos viviendo en la holgazanería, dado que nuestra sociedad se fundamenta en que unos muchos trabajan produciendo para otros y esos otros reciben el beneficio sin trabajar. Al desaparecer el capital lo que desaparecería es el trabajo asalariado, el trabajo como una mercadería más, pero se abriría la posibilidad de trabajar para el enriquecimiento común.


Las televisiones han popularizado una clase de jóvenes que ven en la fama fugaz 
un medio de vida. El culto al cuerpo o el atrevimiento sustituyen a los valores del esfuerzo
o el estudio. Además esa moda fomenta los estereotipos más sexistas.

¿El comunismo acabará con la cultura?

Otra de las falacias comunes en la propaganda capitalista es que la sociedad comunista, al evitar el enriquecimiento personal, provocaría también la falta de iniciativa en artistas y promotores de la cultura, ocasionando un mundo gris y triste sin espectáculos brillantes ni entretenimientos.

Esto es otra calumnia sin fundamento. La cultura, como cualquier otro aspecto de la vida, se encuentra totalmente mercantilizada en el capitalismo. La educación en general se encuentra hoy día dominada por el interés económico. Las asignaturas relacionadas con la Filosofía o la Literatura son desdeñadas en beneficio de otras asignaturas consideradas más prácticas por preparar a los jóvenes para ser piezas adiestradas para la maquinaria productiva.

Así mismo ocurre con la cultura, convertida como todo en objeto de lucro particular, de modo que sólo los artistas apadrinados por el Capital -y por tanto sumisos y condescendientes con el sistema- son los que tienen repercusión, mientras que el arte alternativo o antisistema es perseguido o hundido en la marginación. Al desaparecer las contradicciones de clase, el arte popular que actualmente permanece reprimido y oculto, afloraría sin impedimentos.


A la izquierda. Red Son, el Supermán "comunista" de DC Comics, es un héroe gris y triste, dominado por el malvado Stalin. A la derecha, Greta Garbo en la famosa película de Lubitsch, Ninotchka, interpretando a una severa y austera agente soviética que visita París y cae rendida ante el brillo de la sociedad capitalista. Dos entre los miles de tópicos sobre personajes comunistas antipáticos que pueblan el cine y la literatura.

¿Quieren los comunistas colectivizar a las mujeres en régimen de comuna?

Otra acusación que está instalada en la imaginación de las críticas más conservadoras es que el comunismo pretende acabar con la familia tradicional. 

Se trata de otra de las hipocresías de la sociedad burguesa. Si nos detenemos a observar a la familia actual, la que vive -sobrevive- en el capitalismo, veremos enseguida las incongruencias: el papel de la mujer, sometida al varón y rebajada en lo laboral y lo social, en muchas situaciones expuesta a la absoluta explotación de la prostitución; la incapacidad de muchas parejas para tener hijos por no poder cuidar de ellos; el trabajo infantil en las zonas en desarrollo como base de los ingresos de multinacionales europeas y norteamericanas; la imposibilidad, en definitiva, de las familias a vivir una vida tranquila sin estar supeditada a los intereses mercantilistas del Capital.

Al cambiar las situaciones que provocan la explotación, se terminará con el uso de las mujeres y de las familias en general como simples instrumentos de producción, mercaderías que pueden usarse y tirarse. 


 En definitiva, la cultura, la sociedad, la forma de vida y todas las relaciones entre las personas, al estar condicionadas por las condiciones materiales, pueden transformarse si esas condiciones cambian. 

Es debate en estos días la llamada "gestación subrogada", que no es otra cosa que la pretensión del alquiler de los úteros femeninos. Junto con la prostitución, son formas de explotación de la clase trabajadora -doblemente atacada en el caso de la mujer- que es considerada como una mercancía más, puesta a uso y disfrute del Capital.