Se ha conocido en estos días que el
Ayuntamiento de Mairena del Alcor colaboró en el convenio de los cursos de
formación con compromiso de contratación con la empresa Halia Servex, que al
parecer está relacionada a su vez con la empresa Procavi, a quien subcontrata
personal, dedicadas al tratamiento de la carne de pavo.
Imagen del grupo de Facebook Asoc Taepec que reúne a afectados por los cursos |
Según supimos, a través de noticias
publicadas en La Voz de Morón desde noviembre del pasado año[1],
estos cursos plantean serias dudas en
cuanto a su supuesta función contratadora. Denuncia el citado medio que se
incumple el convenio dado que los alumnos acaban desarrollando actividades
productivas en la empresa que deberían ser remuneradas.
Asímismo expone el diario moronense
que los cursos tienen dos acciones, una
teórica y otra práctica que dura 115 horas y que se desarrolla en la fábrica de Procavi,
ubicada en Marchena. Al finalizar el curso la empresa se compromete a hacer
contratos de 6 meses de una parte del alumnado, pero no existe ningún control
de esa contratación. Estos cursos se realizan de manera periódica.
Trabajadores de la cadena de despiece de aves (imagen Voz de Morón) |
Según han sabido en este medio, a
través de los testimonios de alumnos de los cursos, los desplazamientos a
Marchena son pagados por los propios alumnos, así como la comida, y participan
en la cadena de despiece de pavo como un trabajador más pero sin recibir ni un
euro por su trabajo (esto contraviene el convenio firmado).
Por si esto fuera poco, a través de
la página luchadeclases.org [2]
hemos conocido el testimonio de un vecino de Marchena que denuncia las prácticas
abusivas y explotadoras de los empleados de Procavi.
Estas informaciones suponen la presunción de un claro caso de
abuso laboral, ante el que los ayuntamientos de las localidades relacionadas
deberían oponerse y manifestar su claro rechazo, en lugar de facilitar en
incluso colaborar en los abusos mediante el aporte de mano de obra gratis a
costa de cursos públicos.
Más allá incluso del abuso laboral
puntual, nos llama la atención que de este modo llegue a normalizarse y a
aceptarse como uso natural que los trabajadores de nuestras localidades estén
disponibles y manejables ante la actitud cada vez más opresora por parte de
empresarios y representantes públicos. Por todo ello, aunque parezca chocante
-dada la involución ideológica que sufrimos en la actualidad- consideramos
necesario volver a manifestar cuestiones que deberían formar parte de la
cultura popular y que desgraciadamente se olvidan:
- los derechos laborales no cayeron
del cielo como un maná, ni fueron donados generosamente por magnánimos
empresarios de la antigüedad, antes bien fueron conquistados por organizaciones
de trabajadores tras largas luchas que costaron vidas, sangre y sufrimiento.
- cada paso atrás que se cede en
derechos laborales supone un retroceso que nunca volverá a recuperarse si no es
mediante la organización obrera.
- por encima de las penurias a las
que nos someten los propietarios de las empresas y los representantes de las
administraciones está la dignidad de la
clase trabajadora. La inmensa bolsa de parados que se acumula bajo la excusa de
la crisis capitalista no debe suponer un pozo sin fondo del que puedan extraer
a su antojo mano de obra sumisa y esclava. Colaborar en ello es ahondar en la
miseria y agrandar un círculo vicioso que sólo puede ser detenido con
organización y unión de los trabajadores.
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