Desde aquel "tranquilos no soy comunista" no veíamos unas declaraciones dignas del premio anticomunista del año como las de la Ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, quien en referencia al caso Alcoa espetó ayer lo siguiente:
Las declaraciones (literalmente "no estamos en una economía estatalizada, cómo intervenir la empresa, no estamos en un régimen comunista"), que puedes consultar pinchando este enlace, son en mi opinión tan alucinantes que merecen ser analizadas punto por punto:
1. La multinacional americana productora de aluminio Alcoa anunció el mes pasado el cierre de sus plantas de La Coruña y Avilés, tras haber triplicado las pérdidas con respecto al año anterior.
2. El cierre de las plantas gallega y asturiana supone el despido de 700 trabajadores.
3. La empresa era antes de participación pública, se llamaba Inespal (Industria Española del Aluminio) y fue vendida a Alcoa en 1998 bajo el mandato de Aznar, en unas condiciones muy ventajosas, sus plantas habían sido modernizadas poco antes y sus cuentas anuales daban beneficios (comprobar aquí).
4. La empresa ya privatizada ha sido la mayor beneficiaria de las ayudas llamadas subastas de interrumpibilidad, una especie de rebajas en la factura eléctrica que suponen el descuento de cientos de millones de euros.
5. Pese a esos evidentes favores a la privatización, y pese a significar el despido de cientos de personas, la ministra considera que intervenir una empresa es propio de "regímenes comunistas".
6. La ministra pertenece, para más inri, a un partido que dice ser "socialista y obrero". Y su cartera es de...trabajo!
7. La Constitución de 1978, esa que se reforma o se aplica según convenga, dice en su artículo 128: "Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general."
7. La Constitución de 1978, esa que se reforma o se aplica según convenga, dice en su artículo 128: "Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general."
8. Incluso durante gobiernos socialdemócratas anteriores se han nacionalizado empresas y no había tanto escándalo neoliberal.
Por tanto, un trabajador que observe la jugada vista por el VAR, puede llegar sin mucho esfuerzo a las siguientes conclusiones, que la ministra "socialista" sirve en bandeja:
-- El comunismo es una ideología terrible que tiene el pernicioso fin de proteger a los trabajadores por encima de intereses privados.
-- El comunismo, incluso el verdadero socialismo, ese régimen nefasto, supone lo contrario a privatizar empresas, lo contrario a beneficiar con dinero de todos a intereses privados (recordemos que en España se ha dedicado dinero de las pensiones a rescatar autopistas privadas), supone dedicar la riqueza común a mantener la vida y los derechos de la clase trabajadora.
-- Por tanto, lo opuesto al terror comunista, la libertad de poder comprar empresas, la alegría de ser despedido, el audaz emprendimiento de beneficiar a empresas privadas con ayudas estatales, es lo opuesto al comunismo, y esa ideología tiene un nombre:
C A P I T A L I S M O.
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