sábado, 2 de mayo de 2020

El infiltrado que vivió dos años en el cártel de Pablo Escobar y destapó la corrupción del banco BCCI


Les traigo un tema apolítico que no es de izquierdas ni de derechas, una peli, en una entrada breve que reserva para el final una bonita sorpresa a los lectores. 

Vi hace unos días la película Infiltrado (The infiltrator, 2016, dirigida por Brad Furman) durante el confinamiento gracias a una de esas plataformas de streaming.

Como película resulta bastante entretenida y te engancha durante toda la trama. Cuenta como atractivo principal con la actuación -magnífica- de Bryan Cranston (en la imagen), en este caso en el papel de agente de la DEA, en el bando contrario de su personaje mítico. 

No pude evitar la comparación con el peliculón de Scorsese Infiltrados y en cierta forma creo que emplea un estilo similar, con escenas de plano largo acompañadas de música con mucho ritmo, muy bien llevada y que logra poner en vilo al espectador en las escenas donde somos cómplices del doble juego de los personajes. Menos violenta en el caso de la de Furman aunque también tiene escenas impactantes.

Se basa en una historia real, la del policía americano Robert Mazur, quien en los 80 logró penetrar en la organización del mismísimo Pablo Escobar durante dos años y ganarse la confianza de su mano derecha, Gerardo Moncada, para acabar logrando el mayor éxito hasta la época de una operación policial contra la droga.

La cinta, aparte de conseguir imbuirnos en los entresijos y situaciones de máximo riesgo en la creación policial de un personaje infiltrado, muestra sin ambages un aspecto que me parece necesario resaltar, de ahí la entrada: la relación de doble moral que mantienen los gobiernos capitalistas, en especial el de EEUU, con el tráfico de drogas y el blanqueo de capitales

Durante la trama, los agentes comentan con naturalidad los vínculos de EEUU con gobiernos corruptos sostenidos en el narcotráfico, como el caso de Colombia o Panamá, movidos por el interés económico o geoestratégico y la búsqueda de la primacía imperialista en el mundo.

Además, parte de la trama está centrada en la participación de los bancos en el blanqueo de capitales. Mazur, en la historia real, tuvo una brillante idea y decidió colarse en las mafias colombianas no como traficante sino como experto en disimular operaciones de dinero. El agente logró convencer a los capos de la droga de su habilidad para pasar grandes cantidades ocultas a Hacienda entre las contabilidades de las empresas que manejaba.

Pero eso sólo era una parte de la jugada. Faltaba poder blanquear las cantidades. Para ello era necesaria la colaboración de entidades bancarias con pocos escrúpulos. Aquí aparece el Banco Internacional de Crédito y de Comercio. 

El Bank of Credit and Commerce International, BCCI, era en ese momento el séptimo banco privado más importante del mundo. Mazur, durante dos años de contactos como infiltrado, consiguió la confianza de dos de sus directivos y les convenció para introducir grandes cantidades de dinero en su institución para terminar de ese modo blanqueadas, amparados en las leyes poco exigentes de Luxemburgo o las Islas Caimán. 

El gobierno americano de Ronald Reagan manifestó, una vez desvelada la operación y detenidos los narcotraficantes y los banqueros blanqueadores, su alegría y el propósito de servir de advertencia a las demás instituciones bancarias que colaborase en semejantes operaciones.

Sin embargo, la película reserva una sorpresa para quienes esperen a los créditos finales en los que se nos muestra cómo terminaron los personajes implicados. En la imagen podemos verlo:



El Banco BCCI continuó su actividad un par de años tras el escándalo, que finalmente originó su quiebra. La CIA mantuvo cuentas secretas en este banco para financiar nada más y nada menos que a.....los FREEDOM FIGHTERS afganos, nuestros amigos talibanes que colaboraron en la "liberación" de Afganistán y en sus conflictos con Rusia.


En fin, una historia entretenida que además da bastante que pensar, incluso para nosotros españolitos, en tiempos de bancos rescatados y personajes que viajan a paraísos fiscales con maletines. ¡Buen confinamiento y salud!





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