lunes, 31 de octubre de 2016

Curso fugaz de política para gente sin tiempo ni ganas. 1- LA SOCIALDEMOCRACIA

En la emisión de ayer del popular programa de La Sexta que dirige Jordi Évole, Salvados, se entrevistaba al hombre del momento, el defenestrado Pedro Sánchez, y la entrevista nos dejaba algunas perlas muy interesantes, entre ellas: 

Imagen del programa de Atresmedia, Salvados
"Hubo responsables empresariales que trabajaron para que hubiera un Gobierno conservador". 

Parece ser que Pdr Snchz acaba de descubrir (más vale tarde) que en el capitalismo los parlamentos no son lugares donde se representa a los intereses de los trabajadores precisamente, sino 
que son los intereses de las grandes compañías los que priman. Tal vez sea debido a que su partido abandonó el marxismo a finales de los 70, porque cualquier lector de Marx -simplemente leyendo el Manifiesto Comunista- está avisado de ello desde 1848.

En la misma entrevista hay otra perla, que es la que nos interesa especialmente en esta entrada, que dice así:

Otra imagen de Atresmedia, Salvados

"El régimen necesita una socialdemocracia con menos canas y la está construyendo desde varios frentes".
Para comprender bien la importancia de esta frase, es necesario que repasemos varios aspectos.

¿Qué es la socialdemocracia?


La socialdemocracia (SD) es una tendencia política que tiene su origen en el siglo XIX. En sus comienzos tuvo una orientación obrera y defendía posiciones que no renunciaban a cierta forma de poder de la clase trabajadora.
Es cierto que Marx y Engels militaron en la socialdemocracia alemana de su época. El SPD (Sozialdemokratische Partei Deutschlands), heredero del Partido Socialdemócrata Obrero de Alemania, fue el primer partido en usar el término en su denominación. Posteriormente surgirían el resto de partidos de Europa, PSOE en España, por ejemplo, en 1879.
Poco después, los fundadores del comunismo tuvieron ocasión de comprobar el carácter reformista de estos partidos ante líderes de la SD como Kautsky o Bernstein y progresivamente fueron retratando en sus obras (por ejemplo Crítica al programa de Gotha o 18 Brumario):

"A las reivindicaciones sociales del proletario se les limó la punta revolucionaria y se les dio un giro democrático; a las exigencias democráticas de la pequeña burgesía se les despojó de la forma meramente política y se afiló su punta socialista. Así nació la SD". Marx, 18 Brumario de Luis Bonaparte.

Este inicio de los geniales Carlos y Federico en la SD pueden dar lugar a confusión. Recientemente, en Junio de este año y desde el hotel Ritz, Pablo Iglesias afirmó que Marx y Engels fueron socialdemócratas:

Imagen de un diario digital del día 6 de junio del presente

El Señor nos libre de contradecir al líder político, preparado entre los preparados, cuyo currículum como todos saben ocupa 23 páginas, pero es evidente que su afirmación está un poco traída por los pelos. Decir que Marx o Engels militaron en la SD tiene la consistencia de afirmar que Gutenberg leyó en libros manuscritos o que Edison usó candiles para alumbrarse. Podríamos hablar de revisionismo si no fuese porque hasta los revisionistas de mayor simpleza emplean argumentos más elaborados que esta afirmación.

A partir del fallecimiento de Engels, años después del de Marx, los partidos de la SD lograron algunos éxitos electorales, caso de Italia o Francia. Ya en la segunda década del siglo XX, el eurocomunismo extendió por todas partes la moda parlamentaria, más fácil de asumir que el socialismo científico, dado que permite participar en el juego democrático capitalista "legalmente", esto es, aceptando sus reglas de juego.
La rosa roja es el símbolo común de los partidos de la SD

Actualmente los partidos de toda Europa considerados de izquierdas se disputan la posesión del título de SD, del mismo modo que todos se pelean por tomar sitio en ese lugar político llamado centro y que no se corresponde con ninguna ideología existente más allá de las conocidas de izquierdas o de derechas.

Hollande, en Francia, Blair, en Reino Unido, ZP en España o Renzi en Italia sirvan para ilustrar la lamentable situación hacia la que ha devenido esta tendencia política. Pero ¿por qué la mayor parte de líderes de la actual izquierda se disputan con tanta ansia esta posición? Veámoslo.

¿Qué tiene de estupendo la SD que Pdr Snchz y los demás "actores del cambio" quieren darle un tinte Loreal para renovarla?

  • supone una manera de reconciliar las viejas reivindicaciones socialistas con el capitalismo imperante en la actualidad, de manera que sea aceptado por éste. Los socialdemócratas no pretenden una transformación del sistema sino una reforma basada en la moderación de sus aspectos menos populares. Esto es, no pretende acabar con el capitalismo sino paliar sus efectos.

  • produce una desmovilización de la clase trabajadora, al basarse en un desnatado ciudadanismo que esconde el molesto antagonismo entre capitalistas y obreros (molesto para los capitalistas) y alimenta la falsa creencia en un Estado del bienestar de las clases medias, que a su vez prefieren vivir en la comodidad de no perder su status y le limita a las reivindicaciones -consentidas por el sistema- encaminadas a recuperar el nivel de los buenos tiempos del capitalismo.

  • alimenta la ilusión de que mediante la participación en las elecciones "democráticas" es posible lograr un cambio en el sistema que favorezca a la clase trabajadora. De paso aúpa al nivel de semidioses a los políticos que defienden los intereses de la gente frente a la maldad de la casta o la mafia de turno.

En conclusión, logran rebajar el discurso político a un nivel casi infantil, inocuo e inoperante ante la maquinaria capitalista (precisamente por ello admitido por el poder) y producen en el panorama de los partidos una sensación de juego de rol en el que unos cuantos elegidos (líderes) asumen el papel de sacrificarse por las clases populares, que no necesitan organizarse ni mancharse en movilizaciones sino simplemente seguir los medios informativos, suscribir firmas en internet o donar dinero a organizaciones caritativas. Es decir, esperar, desde los sofás de sus hogares, a ser Salvados.



Lecturas recomendadas:

1. Crítica al Programa de Gotha  ENLACE AQUÍ
2. El 18 Brumario de Luis Bonaparte ENLACE AL 18 BRUMARIO
3. "Esa cosa a la que se niegan a llamar Reformismo", entrada del blog La barricada cierra la calle pero abre el camino, de Marat.



jueves, 6 de octubre de 2016

¿Qué sentido tiene una manifestación contra la OTAN?

Unas cuantas personas protestando contra todo un imperio económico, militar, político y mediático tan poderoso que condiciona nuestro modo de vida. ¿Qué sentido tiene?
Nosotros, que somos ciudadanos corrientes, dedicados a nuestras respectivas ocupaciones, ¿qué tenemos que ver con estas bases militares? ¿Acaso lo que ocurra en ellas tiene alguna relación con nuestras vidas?
Estas preguntas podemos hacernos cualquiera de nosotros en base al sentido común, pues aparentemente nada tiene que ver con el día a día de las personas normales, ni parece sensato pretender enfrentarse a esos enormes poderes.

Para esos poderes económicos es muy beneficioso que consideremos que los hechos son sucesos aislados y que por tanto no influyen esos pequeños actos sobre la realidad global. Pero según una de las leyes de la dialéctica, sobre la acción recíproca y de la conexión universal, los fenómenos sociales no están aislados unos de otros y la naturaleza no es un caos de sucesos inconexos. Todos los aspectos se relacionan mediante vínculos necesarios y recíprocos.  Por tanto ningún esfuerzo es inútil para la realización de un objetivo y todos ellos tienen su consecuencia.


¿De qué nos defiende la OTAN?

Quienes ven una justificación sensata en la OTAN argumentan que es un organismo que cumple la importante tarea de defendernos e imponer un orden mundial. Si no existe, ¿qué ejército nos defendería?, viene a ser el razonamiento. 
Pero nos defienden ¿de qué exactamente? 
Una de las principales preocupaciones de nuestros días a nivel mundial es el terrorismo. Desde nuestra cómoda posición en Occidente nos hacen sentir amenazados por un peligro indefinido, mezcla de odio, fanatismo religioso y miseria. No obstante, no nos paramos a pensar si ese miedo es recíproco, esto es, si desde esos países intervenidos bajo la excusa del terror no es apreciable a su vez el conjunto de bombardeos, drones y muertes como terrorismo hacia ellos. ¿Puede que esas guerras intervencionistas de la OTAN sean la base de ese terror que se ha extendido por el mundo? ¿Y qué tipo de orden global es ese que para su sostenimiento necesita estas guerras? 



En las últimas décadas han sido muy numerosas las acciones militares que se han producido en el mundo y que se han iniciado a instancias de la OTAN o promovidas unilateralmente por los EE.UU, bajo la invocación a los Derechos Humanos y la democracia. En todos esos conflictos hay unos denominadores comunes, que son el elevado interés geoestratégico de los territorios intervenidos y la existencia de fuentes de recursos naturales (gas, petróleo). Cabe plantearse por tanto que la motivación de estas guerras no deja de ser un interés puramente económico y político, que consistiera en la conquista y ampliación de nuevos mercados y fuentes de materias primas.




¿A quién beneficia?

Dentro de la línea de argumentos justificadores, también hay quien razona que los ejércitos pueden ser de izquierdas, y defender en sus conflictos intereses de izquierdas, esto es, suponemos, intereses de las clases populares. Chávez también era militar, nos recuerdan. 

En efecto, tienen razón. Existen o han existido los ejércitos populares, pero lo que les distingue precisamente es que defienden intereses populares, no privados.

En las intervenciones militares que se producen en nuestro tiempo, bajo la apariencia de ayudas humanitarias y de la difusión de la democracia podemos entrever otros intereses con rasgos menos filantrópicos.

En unos casos son grandes conglomerados de empresas, trusts, lobbies, consorcios, es decir monopolios los que obtienen beneficio al quedarse con el control -directo o indirecto a través de los favores del nuevo gobierno establecido- de los recursos naturales de la zona. Otras veces lo que se logra es el dominio de zonas de importancia estratégica por su situación geográfica o implantar bases militares en zonas cercanas a las que controlan otros monopolios de intereses enfrentados. 

El imperialismo, o dominación política y militar de otros territorios, fue descrito por Lenin como una fase superior del capitalismo que, continuando las tesis de acumulación de capital de Marx, conforma esos monopolios a nivel mundial.


Por tanto el fundamento de estas intervenciones militares no persigue un objetivo popular sino el de intereses particulares que no son otros que el aumento de beneficios de esos monopolios, lo que redunda en la agudización del conflicto a nivel mundial entre capital y clase trabajadora.

La importancia del gasto en armamento.

El estado de permanente peligro de agresión que incita el imperialismo motiva que los países dediquen un importante gasto en armamento. Si anteriormente fue la guerra fría lo que motivaba ese gasto, es hoy la supuesta amenaza terrorista lo que sirve para el sostenimiento de ese gasto y de las bases militares.

Adquiere tanta importancia ese gasto que los Estados dedican una buena parte de sus presupuestos al aspecto militar. Por tanto la influencia de esos monopolios se extiende a los poderes públicos, pues crea una red industrial dependiente de la producción de armas, de tal modo que si los conflictos terminasen toda la economía nacional se resentiría (industria aeronáutica, electrónica, naval, nuclear, etc). Es por eso que en ocasiones los oportunistas pueden generar confusión argumentando que las bases militares crean riqueza en los territorios.






Pero ¿qué hacer?

En primer lugar sería un gran avance para los trabajadores -de todos los países- que aprendiésemos a distinguir que nos encontramos inmersos en ese estado de imperialismo belicista, que la causa es el capitalismo en esa fase de desarrollo y que el brazo armado que realiza esta tarea es la OTAN como intermediaria de los intereses de EE.UU., y por supuesto su consecuencia es la barbarie y el caos mundial.

Entendamos todos cuando somos informados por los medios de comunicación que estos se encuentran en la órbita de esos monopolios y por tanto colaboran con esa situación de permanente caos. Los medios son el principal agente de socialización política pues crean la imagen global de la realidad.


Un aspecto que es difícil de entender por la mayoría de la gente es que el llamado 'estado del bienestar' ha existido en una parte minoritaria del planeta y que "si ha existido ha sido sobre la base de la explotación de los seres que jamás lo han conocido" (1)

No seamos tan simples de aceptar el mito del capitalismo amable o sensato o sostenible. No existe el capitalismo que cree bienestar para todos, ni que se fundamente sobre una base pacífica, antes bien lo contrario: es imposible el capitalismo sin guerras. 

Contribuir, en general, a crear un movimientos con capacidad de denuncia contra el terrorismo belicista. Desarrollar en todo el mundo una red activa de organizaciones políticas, sociales y de personas, capaz de dar un giro radical a la situación de pasividad casi total.


Este domingo 9 de octubre acude a la XXXI Marcha a Rota, Plataforma Andaluza contra las bases. 
OTAN NO, BASES FUERA



Referencias:

- (1) Manifiesto de la Plataforma contra las guerras ENLACE 
- Blog del Viejo topo artículo sobre intervenciones en últimos 30 años y entrada con conferencia de Oskar Lafontaine
- Imperialismo, fase superior del capitalismo, Lenin.
- Iniciación a la economía marxista, Ernest Mandel, ed. Nova Terra