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jueves, 22 de marzo de 2018

Lo inviable es el capitalismo, no los sistemas públicos de pensiones



Sobre las pensiones se ha dicho que no es un tema político. El señor M.Rajoy (el presidente del Gobierno, por si no le identifican de este modo), en su intervención en el pasado pleno del Congreso dedicado a este asunto, achacaba la supuesta inviabilidad del sistema a la sostenibilidad y a la solidaridad. 
En realidad la cuestión que determina este problema, como en al caso del deterioro de otros sistemas públicos (sanidad, educación) es que se trata de un choque de intereses entre los trabajadores y el gran capital, entre el pueblo y la especulación neoliberal.

Para llegar a esta conclusión basta analizar un poco la actualidad.

En primer lugar, aunque parezca trivial recordarlo, los derechos de los trabajadores no han sido regalados por nadie, ni por líderes generosos o gobiernos caritativos. Esos derechos se conquistaron con la lucha histórica de los trabajadores en todo el mundo.

Si recordamos lo que hemos rememorado en el cien aniversario de la Revolución de Octubre, la Unión Soviética fue pionera en el desarrollo de sistemas públicos como el de la seguridad social. Para llegar a ese avanzado nivel de desarrollo social, como sabemos, fue necesaria una revolución y años de guerra civil fomentada con ejércitos de todas las otras potencias mundiales (EE.UU., Inglaterra, Francia).

Como respuesta a estos sistemas públicos que se extendieron por algunos países durante el siglo XX, los gobiernos de países capitalistas tuvieron que hacer concesiones, abrir la mano y conceder sistemas de pensiones ante las presiones de los movimientos organizados de los trabajadores. De esa forma eludían demandas más radicales.

En la actualidad y desde hace unas décadas (tras la desaparición de la URSS, caída del muro de Berlín) no existen esas referencias y todo ese sistema de bienestar está sufriendo  múltiples ataques con el objetivo de favorecer los intereses privados.

En España esos ataques al sistema público de pensiones se han venido sucediendo en los gobiernos sucesivos de PP y PSOE. La la trampa empieza en las reformas de los años 2011 y 2013 en los que ZP ampliaba la edad para trabajar hasta los 67 años y 38 años de cotización.

Previo a esas reformas es el Pacto de Toledo (en la época final de Felipe González) que fijaba como fuente principal de las pensiones las cotizaciones de los trabajadores.

El sistema público de pensiones por tanto se encarga de gestionar el salario diferido (la remuneración que reciben los trabajadores tras su etapa activa). Es también parte del salario, como el salario directo: los trabajadores activos, por acuerdo, ponen con sus cotizaciones (y con su productividad, con el trabajo que genera la riqueza del país) el importe de las pensiones.

Aquí vemos la primera trampa: las pensiones no tienen porqué estar fijadas por las cotizaciones, podría estar parte incluida en el Presupuesto del Estado, del mismo modo que hay presupuesto para carreteras, armas o bancos

Con esto bastaría para refutar la supuesta inviabilidad del sistema, pero hay más trampas: ese acuerdo social con el que los gobiernos liberales pretendían frenar los avances sociales de la clase trabajadora, pese a estar firmado en las leyes más sacrosantas del Estado (Constitución del 78, art. 50: Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad; es también es uno de los Derechos Humanos, art.25 derecho a nivel de vida adecuado y a los seguros de vejez, viudez o invalidez) se rompe al hacer ellos trampas en su propio juego, son anticonstitucionales incluso dentro de su constitución imperfecta

El Estado, que en teoría debería ser neutro, un árbitro imparcial, en este conflicto entre los intereses de los trabajadores y los del gran capital, se pone de parte de estos últimos y declara una guerra contra el sistema público de pensiones para intentar convertir ese gasto, que considera improductivo, convertirlo en productivo para ellos introduciéndolo en sus sistemas privados de pensiones.

¿Cómo hace esta guerra el Estado? Encargan a una serie de expertos unos informes, como el de la OCDE (organización para la cooperación y el desarrollo) y estos expertos llegan a la conclusión de que el sistema de pensiones español va a la quiebra. ¿Qué motivos dan para ello?

El primero es el rápido envejecimiento de la población, España es uno de los países más envejecidos del mundo. (El mismo informe no se plantea cuáles son los motivos de ese envejecimiento, ni cuáles son las  dificultades de las parejas para tener hijos)

M.Rajoy y sus ministros repiten esos días la expresión factor de sostenibilidad relacionado directamente con ese envejecimiento. 
Este factor de sostenibilidad depende de lo que se llama equidad intergeneracional, que es una variable que se revisa cada 5 años y que depende de la esperanza de vida (cuánto llegamos a vivir los españoles). Si la esperanza de vida aumenta, deben bajar las pensiones. Es decir, para los intereses de los neoliberales, lo que sería un gran avance en cualquier cultura del planeta, como es que los ancianos vivan más tiempo y con mejor salud, para ellos supone una molestia, es un inconveniente para el capital. Antes nos decían que vivíamos por encima de nuestras posibilidades, ahora nos dicen que alargamos la vida por encima de nuestras posibilidades.


Otro de los motivos que da la OCDE para la inviabilidad de las pensiones: la tasa de sustitución. Este es el porcentaje del último sueldo que se cobra cuando uno se jubila. Por ejemplo: si uno al jubilarse cobraba 1000 euros y le queda de pensión 800 pues tiene una tasa de sustitución del 80%. Nos dicen que esa tasa en España es muy alta, en torno al 90%. 
Tenemos que fijarnos en una cosa. Estos expertos no tienen en cuenta una ley matemática muy simple y es que si tenemos una cierta cantidad que es una mierda, el 100% de esa cantidad sigue siendo una mierda. Y el 90% es también una mierda pero más chiquetita. En otros países la tasa es muy inferior, por ejemplo en Noruega es aproximadamente del 50%. Pero el salario medio de allí es casi 5 veces superior al salario medio de un español.

Estos informes y estos expertos tampoco son neutros, trabajan para la gran banca, pues crean el miedo generalizado con la finalidad de incitarnos a abrir planes de pensiones privados mediante campañas publicitarias.

Así pues, como consecuencia este deterioro del sistema público de pensiones, se propone la complementación de las pensiones con nuestro ahorro, como si una familia española pudiese permitirse hacer este o ningún ahorro, teniendo en cuenta además la precariedad del mercado laboral (en España hay millones de personas que viven bajo la categoría de pobres, siendo muchos de ellos trabajadores, y si un salario no da para vivir no es trabajo, es esclavitud) y el deterioro del resto de servicios públicos y ayudas a costa del bolsillo del trabajador.

Como decía al principio y como habéis podido comprobar, no es un problema de demografía ni un problema ajeno a la política. Es un claro enfrentamiento de intereses entre la clase trabajadora y el gran capital. Y de ello depende la vida de muchas personas.

¿Qué podemos hacer ante este nuevo robo de nuestros derechos? Quisiera decir una frase que parece muy simple pero que a mí me parece muy significativa. 
Creo que se atribuye a Esopo, el autor de la Grecia antigua autor de las fábulas. Esta fábula habla de un zorro y de un erizo, que como sabemos cuando se siente amenazado se enrosca formando una bola.
La frase dice así: el zorro conoce muchos trucos; el erizo sólo conoce un truco, pero es un truco muy bueno. Del mismo modo, nosotros, los trabajadores, estamos amenazados por un enemigo muy potente, con una capacidad destructiva enorme y que sabe muchos trucos. Pero los trabajadores tenemos un truco, un arma que es la mejor arma de todas. Esta es la unidad. Nuestra fuerza es la unidad. Si los trabajadores de todas las edades y de todos los sectores supiéramos estar unidos y pelear por nuestros derechos juntos, seríamos invencibles. Por eso debemos defender el sistema público de pensiones y todos los avances sociales que hemos ganado con mucho esfuerzo.


Recomendamos la lectura de los siguientes sitios, referencias que he usado para esta entrada:

jueves, 22 de febrero de 2018

Los abuelos reparten sopas con honda

Pues al final parece que los jubilados no eran ese sector de la sociedad timorato que asustados por las noticias de sucesos acaban votando al PP, como creían los jóvenes -aunque sobradamente preparados- que hace un par de años iban a tomar el cielo por asalto y despreciaban su capacidad.

Ayer se produjeron en España masivas manifestaciones en todas las ciudades convocadas por plataformas de defensa de las pensiones.

Nosotros participamos en la concentración por las pensiones de Sevilla, una manifestación celebrada en Plaza Nueva con una extraordinaria afluencia de personas de todas las edades, pero sobre todo mayores que han demostrado la indignación y la conciencia de la necesidad de lucha ante este robo descarado de nuestros derechos. 


Esta imagen es de la plaza vista desde el balcón del Ayuntamiento, cuyo alcalde -Juan Espadas de la PSOE- no ha tenido la valentía ni de mostrar la cabeza y sólo ha enviado a un representante del consistorio, que fue ampliamente abucheado, a leer unas excusas.

Aquí vemos otras imágenes de manifestaciones simultáneas en Madrid y Bilbao (ha habido en toda España). 





¿Te vas a quedar mirando? ¿Sigues pensando que contigo no va o que un jefe te pagará la pensión privada porque trabajas mu bien?

Aunque quisieras hacerte un plan de pensiones, con 40 años ya no te da tiempo ni puedes hacerlo con un salario penoso. Y las aseguradoras privadas pueden dejarte con el culo al aire porque son gestionadas por especuladores, lo mismo que hacen con la sanidad o la educación.

Participa en la próxima movilización, que también será masiva, el próximo 28 de febrero. Te esperamos