lunes, 10 de junio de 2019

Sobre el cartel contra la prostitución. Kollontai.

Ayer colgué en Twitter este cartel y ha tenido cierta repercusión entre los tuiteros que frecuento, así que creo que es interesante hacer alguna observación sobre este magnífico póster (aprovecho para citar el enlace donde lo vi,  aquí, que al parecer fue realizado por el Soviet de Sindicatos de Moscú en 1923).


Este es el cartelazo. Añado un enlace para descargarlo en buen formato aquí.

Bien. El texto que acompaña al dibujo es este: "Destruyendo al capitalismo, el proletariado destruye a la prostitución. La prostitución es una gran desgracia para la humanidad. ¡Trabajador, cuida a la trabajadora!" . 

Toda una declaración de intenciones. En mi modesta opinión, hay un mensaje instructivo disimulado en esas palabras y que se puede desglosar en dos aspectos:

Primero, sugiere un orden determinado, una sucesión cronológica que no es trivial: primero se destruye al capitalismo, por consiguiente el proletariado -clase victoriosa frente al capital- destruirá a la prostitución.

Esto es, el mensaje pone énfasis en que la legítima y necesaria lucha contra la prostitución y cualquier abuso contra la mujer está condicionada a un objetivo principal, que es la desaparición de las clases explotadas

Puede pensarse que esto es subordinar o relegar una lucha importantísima, o que se anteponen los intereses económicos o de politiqueo. No es así. Tampoco se trata de restar importancia a la lucha feminista o a la abolicionista de esta forma tan violenta -posiblemente la más violenta- de explotación. No se trata de eso. Se intenta explicar de ese modo que las diversas luchas no son compartimentos estancos, no existen en la guerra contra el capital batallas aisladas. La prostitución y toda la propaganda que suele acompañar a los argumentos que la justifican (es algo que siempre existirá, hay mujeres propensas a ello, los hombres tienen sus necesidades, cumple una finalidad social, etc etc) forman parte del mismo estilo de falsos argumentos que justifican la existencia de clases sociales o de la acumulación de propiedad privada en pocas manos o la justicia poética del mercado libre. Argumentos idealistas que no resisten un simple análisis materialista de la tozuda realidad pero que circulan con éxito entre la publicidad capitalista y permanecen enterrados en nuestro pensamiento gracias a la fuerza de la ideología dominante. Por tanto unificar la lucha y tener claro el objetivo principal de la batalla contra el entramado económico que sostiene las desigualdades sociales es fundamental, de ahí el énfasis del cartel en priorizar la eliminación del capitalismo y en consecuencia abolir -destruir- a la prostitución.

Segundo, vemos en la imagen al hombre serio con su mostacho y con el martillo que parece el de Thor en su mano, sosteniendo a la mujer, más pequeñita, caminando sobre capitalistas masacrados.

Alguien me comentaba en Twitter que era una imagen patriarcal que sonaba desfasada. Bueno, en realidad quizás sea un tanto paternalista, es cierto, pero en este caso poner atención en ese detalle me recuerda a aquella historia del que miraba al dedo que señalaba a la luna. El señor de blanco aquí simboliza a la fuerza imparable de la unidad de la clase trabajadora, con su cuerpo colosal y atlético y la herramienta de su trabajo como arma invencible. Recordemos que el cartel fue dibujado en 1923. 

Por otra parte, su finalidad es didáctica, lleva un mensaje que quiere difundirse entre sus espectadores. El espectador ideal sería en este caso un hombre, el consumidor de prostitución, que al verse reflejado en la imagen idealizada del obrero con conciencia comprende la importancia de colaborar en esta lucha. 

Que su figura sea gigantesca (recuerda un poco a las imágenes faraónicas) y que camine sin reparos pisoteando a los capitalistas refuerza ese mensaje: se trata de una lucha, un antagonismo inevitable entre explotados y explotadores. No hay medias tintas ni posibilidad de acuerdos o negociados. Sólo aplastando a la bestia se produce la liberación.

En fin, un poster que ya deberíamos estar encargando a la papelería de nuestro barrio para imprimirlo en formato póster y directo al salón de casa.

Termino con unas palabras al respecto de este tema de Alejandra Kollontai en su informe La prostitución y cómo combatirla


"La venta del trabajo de la mujer, que está estrecha e inseparablemente conectada a la venta del cuerpo femenino, se incrementa ininterrumpidamente, llevando a una situación donde la respetada esposa de un obrero, y no sólo la abandonada y “deshonrada” chica, se une a las filas de las prostitutas: una madre por el bien de sus hijos, o una joven como Sonya Marmeladova (la chica de Crimen y castigo) por el bien de su familia. Este es el horror y la desesperanza que resulta de la explotación del trabajo por el capital. Cuando los salarios de una mujer son insuficientes para mantenerla viva, la venta de favores parece una posible ocupación complementaria. La moral hipócrita de la sociedad burguesa fomenta la prostitución por la estructura de su economía explotadora, mientras que al mismo tiempo cubre con desprecio a cualquier chica o mujer que es forzada a tomar este camino."

(...) "La prostitución es sobre todo un fenómeno social; está estrechamente conectado a la necesitada posición de la mujer y su dependencia económica con respecto al hombre en el matrimonio y la familia. Las raíces de la prostitución están en  la economía. La mujer, por un lado, está en una posición económicamente vulnerable, y, por el otro, condicionada por siglos de educación para esperar favores materiales de un hombre a cambio de favores sexuales – ya se den estos dentro o fuera de la atadura del matrimonio. Esta es la raíz del problema. Aquí está el origen de la prostitución."

- Alejandra Kollontai, La prostitución y cómo combatirla aquí el texto completo, muy interesante

-  Feminismo y movimiento de mujeres socialistas en la Revolución Rusa, editorial Ariadna, enlace