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miércoles, 10 de mayo de 2017

PROLETARIOS Y COMUNISTAS (preguntas sobre el Manifiesto, 3ª entrega)

En anteriores entradas (parte 1 y parte 2) nos hicimos unas cuantas preguntas sobre el Manifiesto Comunista para incentivar la lectura de este texto fundamental. Terminamos con esta entrada la serie, que puedes descargarte si quieres en pdf -es  mucho más fácil de leer en el móvil- haciendo click en este enlace.

Vemos aquí el segundo capítulo, en el que podremos contestar dudas muy comunes sobre el comunismo como ¿quieren los comunistas prohibir la propiedad privada?, ¿es el comunismo un sistema que conlleva pobreza y vagancia?, ¿pretenden los comunistas compartira las mujeres como en una comuna? y otros tópicos.


■■ PROLETARIOS Y COMUNISTAS ■■

Una vez explicados los conceptos básicos del materialismo histórico en el primer apartado del Manifiesto (la historia de la sociedad humana es una lucha de clases) y desveladas las clases sociales enfrentadas del mundo en que vivimos (burgueses -capitalistas y dueños de los medios- y proletarios -trabajadores-), se completa la obra exponiendo con claridad cuál es la relación que guardan, por tanto, los comunistas con los trabajadores y dando respuesta a muchos de los bulos que el capitalismo fomenta para desprestigiar su mensaje. 




¿Forman los comunistas un partido aparte de los demás partidos obreros? 

La respuesta está literal en el propio Manifiesto: los comunistas no forman un partido separado ni se enfrentan a los demás partidos obreros.

Hay que aclarar que el concepto de partido en la época de Marx y Engels no es como en la actualidad. Entonces la idea de partido era la de todas las personas que tienen unas mismas ideas políticas. Por tanto, el Partido Comunista es un partido dentro del gran partido obrero (la unión de todos los trabajadores) y no se opone a otras asociaciones obreras.

Esto supone, primero, que los comunistas no se sitúan por encima del movimiento obrero, sino a su lado, luchando en su misma trinchera; segundo, que lo que distingue a los comunistas es que "destacan y hacen valer los intereses comunes de su clase".

Es decir, son una "vanguardia", el sector "más resuelto" de los trabajadores que tienen "la ventaja de su clara visión del movimiento proletario".


Los comunistas pretenden concienciar a los trabajadores para que
 ellos mismos mediante el propio convencimiento luchen por su liberación 

¿En qué se diferencian entonces los comunistas de los demás partidos?

Se diferencian sobre todo en que saben analizar la realidad mediante la filosofía marxista, el materialismo dialéctico.
Esta filosofía permite interpretar las situaciones de manera que afloren aspectos que permanecen ocultos o velados a los trabajadores.

La educación convencional hace que las personas reciban de los centros educativos (colegios, institutos, universidades) y de los medios informativos una visión del mundo idealista, estática, invariable, muchas veces ajena a los fundamentos de la razón y la ciencia, que fomenta un modo de pensar que les impide darse cuenta de las circunstancias que condicionan su vida.

El materialismo, en cambio, mediante la razón permite aflorar esos aspectos ocultos, al alcance del razonamiento de cualquier trabajador que ponga voluntad en informarse. Y en especial el materialismo permite comprender el mundo de modo que sea posible luchar para transformarlo.

El primer objetivo de los comunistas es concienciar a los trabajadores de su situación de explotados para que al comprenderlo puedan luchar y liberarse.




¿Surgen las ideas de los comunistas de un líder?

En una de las estrofas de la Internacional se cita: Ni en dioses, reyes ni tribunos,/ está el supremo salvador./ Nosotros mismos realicemos/ el esfuerzo redentor.

Las ideas de los comunistas no provienen de un líder ni de un Mesías (un "redentor de la humanidad" dice literalmente el Manifiesto), ni siquiera el propio Marx se consideraba a sí mismo de este modo. Son ideas que vienen del análisis materialista y de las condiciones de la lucha de clases que son visibles por todos. No descansan en ideales de justicia o bondad, sino en la fuerza del pueblo unido. 


Aunque los cuadros y principales figuras se sitúen en el frente para
dar ejemplo y movilizar a los demás, saben que el esfuerzo revolucionario
debe venir de la unión de todos los trabajadores actuando unidos, sin distinciones


¿Esta forma de entender el mundo, el materialismo, es válida para todas las situaciones, como las actuales?

Cualquier situación de la realidad social que vivimos es posible analizarla bajo ese enfoque. Pongamos un ejemplo sencillo de la actualidad:

Cuando nos indignan las ya habituales noticias sobre corrupción en las administraciones, un análisis poco elaborado puede llevarnos a pensar que esas corrupciones son casos individuales de personas malintencionadas que aprovechan un cargo político para beneficiarse, de tal modo que sustituyendo a esas manzanas podridas por otros más honrados se soluciona el problema. Un análisis un poco más elaborado puede conducirnos a una explicación basada en una mafia o una trama que se sirve de las administraciones para repartirse esos beneficios entre una casta de favorecidos, de manera que sustituyendo esa trama por un sistema más transparente, se arreglará también.

Sin embargo, ambos análisis son insuficientes. El materialismo nos hace introducir una contradicción de entrada: la sociedad capitalista parte de unas relaciones de producción corruptas en las que los dueños de los medios obtienen beneficio de la explotación de la mano de obra. Además, el materialismo demuestra que en la sociedad capitalista el Estado -y sus diferentes órganos, legales, jurídicos, políticos- actúan de escudo defensor de los intereses de una oligarquía de poderosos, defendiendo sus intereses para perpetuar el sistema. Por tanto los corruptos que aparecen en las noticias son simples gestores de ese entramado, pero nunca conocemos a quienes los corrompen ni se cuestiona el sistema que lo permite, que es lo que se debe intentar transformar.

De este modo se descubren aspectos que nos permiten ver el problema con mayor profundidad y así podemos atacarlo sin quedarnos en una solución que se quede en un cambio superficial o temporal. 


Es lógico indignarse ante los descarados casos de corrupción, pero
debemos saber analizar sus causas, más allá de explicarlos en base
a tramas o mafias, para poder atacar al sistema que lo fomenta

¿Quieren los comunistas eliminar la propiedad privada?

Lo que caracteriza al comunismo no es la desaparición de la propiedad privada en general, sino la desaparición del régimen de la propiedad de los medios en manos de unos pocos. Se anula la posesión privada de las tierras, las minas, centrales eléctricas, fábricas, empresas, de todo lo que sirva para trabajar, pero no de las posesiones personales de uso particular. 

En ocasiones escuchamos a los anticomunistas argumentando que el marxismo lleva a la destrucción del fruto del esfuerzo personal. Esto es incierto. Quienes se apropian del esfuerzo de otros y de la propiedad bien adquirida son los que en capitalismo poseen los medios y explotan a los trabajadores o devoran a los pequeños propietarios que no pueden competir con ellos.




¿Supone el comunismo una falta de libertad individual?

En el capitalismo, la libertad se entiende como el librecambio, la libertad de comprar y vender. Más aún, la libertad personal y la iniciativa están reservadas a quienes poseen el capital o los medios; quienes no poseen carecen de esa iniciativa y dependen del ofrecimiento de trabajo por los demás. Por tanto es una libertad ficticia o libertad relativa, para unos sí y para otros no.

Si desaparecen los motivos que originan las diferencias entre clases -la posesión en manos de unos pocos de los recursos-, entonces podremos empezar a hablar de libertad para la mayoría y de un sistema que no depende de la miseria de muchos para la libertad de unos cuantos.

Los detractores del comunismo suelen acudir al tópico de las colas para repartir alimentos
o bienes básicos que creen se produce en los sistemas socialistas. Sin embargo,
 no se ven las "colas invisibles" que formaría la inmensa mayoría de personas que no puede permitirse comprar en las tiendas cuyas puertas parecen estar abiertas a todos,
 pero sólo se lo pueden permitir unos pocos.

¿Es el comunismo un sistema que generaliza la pobreza?

Muchas personas han asimilado la insistente propaganda capitalista que da una imagen del comunismo como un régimen oscuro y empobrecedor que dirige a la sociedad a la ruina y a la carencia de los bienes básicos.

Observemos, sin embargo, que en la sociedad capitalista en la que vivimos no es necesario dirigir nuestra vista a horizontes muy lejanos para descubrir la miseria. En nuestro entorno podemos ver personas que carecen de agua o electricidad o un techo, e incluso alimentos. Familias son despojadas de sus viviendas por haber sido despedidos de sus empleos. Enfermos mueren en listas de espera por no poder costearse un tratamiento privado. 

¿Es ese sistema capitalista un sistema que genera riqueza? Si la genera lo hace sólo para unos pocos y a costa de la miseria de los otros.
El temor que ciertas personas poco informadas sienten hacia el comunismo es el pánico que los capitalistas les transmiten: pánico a abolir la propiedad privada. Es lógico los capitalistas tengan miedo, pues al abolirla desaparecerá su privilegio de vivir de los despojos de todos los demás. Los trabajadores no deben sentir miedo por ello, ya que nada tienen que perder excepto la relación de dependencia con los propietarios que les explotan.

A lo que aspira el comunismo es a convertir los recursos en propiedad de todos, en algo común a todos los miembros de la sociedad. Se trata de transformar el carácter colectivo de la propiedad para despojarla de su carácter de clase, es decir, para que no existan las clases sociales. 


Toma de la ciudad brasileña de Sao Paulo. Una barrera separa en pocos metros
a paupérrimas favelas de lujosas mansiones. Imagen habitual en el mundo capitalista.

¿Pero no ocasionará esa sociedad igualitaria una tendencia a la vagancia y la desidia?

También se dice que si la sociedad se encarga de ofrecer las necesidades básicas en régimen común,  en lugar gestionarla en manos privadas, esto provocará la indolencia generalizada.
Si esto fuese cierto, llevaríamos siglos viviendo en la holgazanería, dado que nuestra sociedad se fundamenta en que unos muchos trabajan produciendo para otros y esos otros reciben el beneficio sin trabajar. Al desaparecer el capital lo que desaparecería es el trabajo asalariado, el trabajo como una mercadería más, pero se abriría la posibilidad de trabajar para el enriquecimiento común.


Las televisiones han popularizado una clase de jóvenes que ven en la fama fugaz 
un medio de vida. El culto al cuerpo o el atrevimiento sustituyen a los valores del esfuerzo
o el estudio. Además esa moda fomenta los estereotipos más sexistas.

¿El comunismo acabará con la cultura?

Otra de las falacias comunes en la propaganda capitalista es que la sociedad comunista, al evitar el enriquecimiento personal, provocaría también la falta de iniciativa en artistas y promotores de la cultura, ocasionando un mundo gris y triste sin espectáculos brillantes ni entretenimientos.

Esto es otra calumnia sin fundamento. La cultura, como cualquier otro aspecto de la vida, se encuentra totalmente mercantilizada en el capitalismo. La educación en general se encuentra hoy día dominada por el interés económico. Las asignaturas relacionadas con la Filosofía o la Literatura son desdeñadas en beneficio de otras asignaturas consideradas más prácticas por preparar a los jóvenes para ser piezas adiestradas para la maquinaria productiva.

Así mismo ocurre con la cultura, convertida como todo en objeto de lucro particular, de modo que sólo los artistas apadrinados por el Capital -y por tanto sumisos y condescendientes con el sistema- son los que tienen repercusión, mientras que el arte alternativo o antisistema es perseguido o hundido en la marginación. Al desaparecer las contradicciones de clase, el arte popular que actualmente permanece reprimido y oculto, afloraría sin impedimentos.


A la izquierda. Red Son, el Supermán "comunista" de DC Comics, es un héroe gris y triste, dominado por el malvado Stalin. A la derecha, Greta Garbo en la famosa película de Lubitsch, Ninotchka, interpretando a una severa y austera agente soviética que visita París y cae rendida ante el brillo de la sociedad capitalista. Dos entre los miles de tópicos sobre personajes comunistas antipáticos que pueblan el cine y la literatura.

¿Quieren los comunistas colectivizar a las mujeres en régimen de comuna?

Otra acusación que está instalada en la imaginación de las críticas más conservadoras es que el comunismo pretende acabar con la familia tradicional. 

Se trata de otra de las hipocresías de la sociedad burguesa. Si nos detenemos a observar a la familia actual, la que vive -sobrevive- en el capitalismo, veremos enseguida las incongruencias: el papel de la mujer, sometida al varón y rebajada en lo laboral y lo social, en muchas situaciones expuesta a la absoluta explotación de la prostitución; la incapacidad de muchas parejas para tener hijos por no poder cuidar de ellos; el trabajo infantil en las zonas en desarrollo como base de los ingresos de multinacionales europeas y norteamericanas; la imposibilidad, en definitiva, de las familias a vivir una vida tranquila sin estar supeditada a los intereses mercantilistas del Capital.

Al cambiar las situaciones que provocan la explotación, se terminará con el uso de las mujeres y de las familias en general como simples instrumentos de producción, mercaderías que pueden usarse y tirarse. 


 En definitiva, la cultura, la sociedad, la forma de vida y todas las relaciones entre las personas, al estar condicionadas por las condiciones materiales, pueden transformarse si esas condiciones cambian. 

Es debate en estos días la llamada "gestación subrogada", que no es otra cosa que la pretensión del alquiler de los úteros femeninos. Junto con la prostitución, son formas de explotación de la clase trabajadora -doblemente atacada en el caso de la mujer- que es considerada como una mercancía más, puesta a uso y disfrute del Capital.


martes, 7 de febrero de 2017

BURGUESES & PROLETARIOS. Preguntas sobre el Manifiesto (parte II)

Continuamos con la segunda parte de la serie de preguntas sobre el Manifiesto del Partido Comunista. En la parte 1ª, que iniciamos con la entrada anterior (aquí enlace) , nos preguntábamos sobre el origen del Manifiesto y desglosábamos su introducción. Veremos en esta segunda parte el primer capítulo, que puedes descargar en PDF pinchando aquí cuyo título es:

■■■■■■■■■■■■■■  Burgueses y Proletarios ■■■■■■■■■■■■■


Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de luchas de clases.


Tras la breve y contundente introducción, con la famosa frase del fantasma que recorre Europa, continúa el manifiesto haciendo en su primer capítulo un vuelo a lo largo de la historia de la humanidad. 
Engels y Marx, con las hijas de éste, Laura, Eleanor
y Jenny en un daguerrotipo de 1860
En ese vuelo observamos distintos hitos históricos, pasamos de la Roma antigua al descubrimiento de América, contemplamos los distintos grupos humanos de todas las épocas, esclavos, señores feudales, maestros artesanos, propietarios de fábricas... Es un resumen histórico de la historia de Europa desde la Edad Media. Se narra cómo la nobleza ha dejado su lugar a la burguesía y cómo esta a su vez ha generado al proletariado que dará fin a ese orden. Este capítulo es de gran importancia porque en él se explican las bases del materialismo histórico, el comunismo marxista.

¿Qué sentido tiene ese vuelo de reconocimiento sobre la Historia? ¿Y por qué su lectura nos parece inquietante y tan diferente de la Historia que nos enseñan en las escuelas? Procuremos explicar estos aspectos.

¿Cómo se explican los cambios en las sociedades?
Todas las sociedades tienden a creer que su orden (sus instituciones, sus normas y reglas) son inalterables y que son eternas. Esto debieron creer hasta el último momento Tutankamón en el Antiguo Egipto, Pachacútec en el imperio Inca o Nicolás Romanov en Rusia. 
Los seres humanos que vivimos actualmente consideramos del mismo modo que nuestra sociedad, fundada en la libre empresa, es la única posible, y que es utópico plantear un sistema diferente. Incluso reputados e influyentes politólogos aseguran que nos encontramos ante el "fin de la Historia".

Nuestro concepto del mundo, el conjunto de ideas y valores que guían nuestra vida (la ideología, la filosofía), viene determinado por una visión fundada en el sentido común, es decir por el conjunto de opiniones cotidianas, informaciones de los medios, publicidad, etc. Todo ese conjunto no es "neutral", sino que está cargado de mensajes ideológicos. Esos mensajes son tan repetitivos y masivos que acaban formando parte de lo cotidiano y, por eso, se acaban aceptando de manera pasiva, sin que meditemos sobre ellos en profundidad.
Debido a esto a menudo la realidad nos presenta situaciones contradictorias en las que apreciamos aspectos que nos chocan, que parecen ocultos y que no se presentan con claridad.

La actualidad ofrece a diario ejemplos de estas contradicciones y aspectos ocultos. Hace unos meses, por ejemplo, el candidato del PSOE en las elecciones se indignaba en un programa de TV de que "fuerzas económicas manipularon la creación de un gobierno alternativo al PP". ¿A qué se deben estas contradicciones que hasta los propios interesados reconocen? ¿Y por qué no se manifiestan con claridad?
Pedro Sánchez "se maravillaba" hace poco en un programa de TV (Salvados, foto)
de que fuerzas económicas interviniesen para obstaculizar su Gobierno. 

Una lectura del Manifiesto bastaría para comprender, como veremos más adelante, que "el Poder público viene a ser, 
pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa."

¿Por qué ese repaso a la Historia en el Manifiesto?

Cuando nos enseñan Historia en las escuelas o universidades, o en los documentales para TV, ésta parece ser un conglomerado de acontecimientos que se suman unos tras otros formando una gran masa de contradicciones: un laberinto de guerras, revoluciones, periodos de paz y de conflictos.
Las versiones que nos enseñan cuáles son los motivos
Julio César cruzando el río Rubicón, ejemplo
de gran hombre que decide un cambio en
la Historia. "La suerte está echada".
que gobiernan nuestras sociedades suelen estar fundadas bien en razones sobrenaturales (fuerzas divinas, caminos predestinados por lazos astrales), bien en la influencia de "grandes hombres" (héroes, aristócratas, genios de la estrategia militar) de talla mundial que deciden los destinos de países e imperios.
Para nuestra sociedad capitalista es interesante explicar la Historia de esta manera sesgada, pues de este modo se sostienen los mitos de que los pilares que la sostienen, como la propiedad privada, son propios de la naturaleza humana y por tanto eternos e inevitables.

De un modo similar a como Charles Darwin explicó que las especies no permanecen inalterables en el tiempo sino que varían evolucionando, Marx y Engels observaron -mediante la aplicación de un método científico al estudio de la Historia- que las sociedades no son estáticas. Las sociedades, de manera parecida a las especies, cambian, pero además esos cambios se producen de manera gradual, con periodos breves de conflicto, ruptura y transformación acelerada. Esos momentos de conflicto son los que "mueven" la Historia.  


¿Cómo se producen los cambios en las sociedades?
Como hemos comentado, la Historia necesitaba explicarse usando otro método que permitiera aflorar esos aspectos escondidos. Marx y Engels plantean entonces aplicar los métodos de la filosofía materialista, la dialéctica, uno de cuyos principios básicos es precisamente que las leyes que gobiernan la naturaleza y la sociedad no se manifiestan directamente, es decir, la realidad de un hecho y su apariencia no siempre coinciden y pueden ser diferentes.

La ciencia tiene como fin desvelar esas leyes que rigen la esencia de los fenómenos y explicar por qué se manifiestan de otro modo. Es por eso que la aplicación de este método dialéctico desarrolla el materialismo histórico que nos permite aclarar la realidad desde una perspectiva más certera.

Al observar desde el materialismo las distintas fases de la Historia, Marx y Engels llegaron a una serie de conclusiones, entre las cuales una de las fundamentales es que son las actividades de producción -las actividades económicas- las que determinan las demás actividades -sociales, legales, artísticas, ideológicas-. Las acciones que los seres humanos realizan en cuanto al nivel social o ideológico y toda su estructura están basadas en una estructura primera y necesaria que es la estructura productiva. La base económica de una sociedad condiciona a toda la superestructura del conjunto de sus relaciones ideológicas.

Por tanto los cambios en las sociedades vienen determinados por cambios en su base económica. Cuando se analiza cualquier sociedad debe distinguirse, en consecuencia, entre la parte económica que forma su esencia y las estructuras superiores que expresan el modo en el que esa sociedad se muestra.
En el Neolítico (imagen izquierda), el desarrollo de la agricultura y la ganadería
-economía productiva y ya no recolectora- trajo consigo otra forma de vida diferente
a la nómada anterior, la vida sedentaria. Tras los inventos en transportes y maquinaria
de la Revolución Industrial (imagen derecha) la sociedad campesina se trasladó a las ciudades,
que necesitaban mano de obra en las nuevas fábricas; este cambio económico
trajo también consigo un cambio en la forma de vida, costumbres y demás estructuras

¿Qué significa la frase "toda la historia de la sociedad humana es una historia de lucha de clases"?
Continuando con este método, la interpretación materialista de la Historia nos indica que las sociedades no son una simple suma de individuos aislados unos de otros ni se modifican como producto de las decisiones individuales de una serie de "grandes hombres".  
Tampoco pueden explicarse las transformaciones de las sociedades a través de simples cambios en las mentalidades de las personas, producidos a su vez por cambios políticos, pues ¿de dónde proceden esos cambios políticos y qué causas los motivan?

Conocida imagen que representa la
estructura piramidal capitalista.
A partir de Marx se demuestra que esos cambios y sus luchas políticas, por complejas que parezcan, giran en torno al poder social que unas clases tienen sobre otras, las clases viejas para conservar su poder y las las nuevas para conquistarlo. Y como hemos explicado antes, lo que hace que existan esas clases son las condiciones materiales, económicas, que cada sociedad posee. Al surgir las ciudades, por ejemplo, aparece una industria y un comercio que formó una nueva clase social, la burguesía, que luchó por conquistar el poder que controlaba como estamento privilegiado la nobleza. La industria artesana fue cediendo terreno progresivamente a la industria fabril (en fábricas) y a la gran industria, favorecidos por los grandes inventos (ferrocarril, máquinas textiles) y concentrando en manos de los burgueses propietarios de los nuevos medios la riqueza y el poder, aunque le costó conquistar el poder político en manos de los nobles. Al llegar a cierto punto, esta nueva clase burguesa se convirtió a su vez en clase dominante frente a la mano de obra de sus fábricas (proletariado) y los pequeños campesinos.

Este modo de explicar la Historia evidencia por primera vez de la manera más sencilla que los procesos históricos vienen determinados por las condiciones económicas. Que cada individuo necesita, sencillamente, comer, beber, tener un techo y vestirse y, por tanto, trabajar, antes de ocuparse por hacer política, religión o filosofía. Para los comunistas esta nueva concepción de la historia tiene una importancia enorme, pues demuestra que toda la historia hasta hoy se mueve en antagonismos de clases y que la gran mayoría de las personas se ha visto siempre condenada a trabajar mucho y disfrutar poco, en manos de una pequeña minoría privilegiada (este párrafo es una adaptación casi literal de un pasaje del texto Carlos Marx, escrito por Engels en 1877).

¿Quiénes son los burgueses y los proletarios?
Esta es una pregunta interesante, pues supone una de las cuestiones más controvertidas del marxismo, cuyo debate sigue muy vigente en nuestros días. 
Lenin escribe que las clases sociales son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por su situación con respecto a los medios de producción, por el papel que desempeñan en la organización del trabajo y, por consiguiente, por la proporción que reciben de la riqueza social.

La clave para determinar a las clases sociales es la posición de las personas respecto a la estructura económica. Un mismo puesto en esa estructura une a los demás individuos situados al mismo nivel con respecto a los que se sitúan en niveles diferentes. Podríamos decir que proletariado es el grupo social que necesita del trabajo que pueda producir por sus propios medios para sobrevivir en la sociedad burguesa si no quiere verse marginado en la ruina total. Y burguesía el grupo social de personas que por poseer medios de producción puede permitirse vivir del trabajo de otros.

Ya les llamemos burgueses y proletarios (o si esta denominación nos parece anticuada y preferimos los de arriba y los de abajo, o privilegiados y oprimidos, en definitiva capitalistas y clase trabajadora), estas clases sociales son siempre contradictorias: los poseedores de los medios aumentan su riqueza a costa de contratar la fuerza de trabajo de los que no poseen. 


¿Pueden moderarse o pacificarse esas diferencias entre clases sociales? 
En una preciosa metáfora, Marx escribe en este capítulo del Manifiesto:

"La moderna sociedad burguesa, que ha sabido hacer brotar como por encanto tan fabulosos medios de producción y de transporte, recuerda al brujo impotente para dominar los espíritus subterráneos que conjuró."  

El materialismo histórico concluye que la historia de la humanidad es un continuo cambio. De la misma forma que el feudalismo apareció y creó la burguesía que habría de destruirlo y desapareció, el capitalismo también desaparecerá algún día, ya que como todo sistema social desde el momento en que aparece lleva comprendido su futura destrucción. 
En este momento del Manifiesto empieza a entenderse quién era ese fantasma que se cierne sobre Europa. De la misma forma que la nobleza feudal creó la burguesía que posteriormente la destruyó, la burguesía industrial está creando el proletariado que ha de destruirla.

Ese aumento de la riqueza de los poseedores -que mencionábamos en la pregunta anterior- viene asociado de manera inevitable a una disminución de la riqueza de la no poseedora, aunque sea de manera relativa en tiempo, esfuerzo, calidad de vida, etc. 
A su vez esa riqueza obtenida por la clase dominante es invertida en la adquisición de nuevos medios materiales (terrenos, máquinas, patentes, acciones) que permiten la acumulación de más y más riqueza.
El empresario que no dedica parte de la riqueza obtenida del trabajo de los obreros a obtener más medios acaba sucumbiendo en la sociedad competitiva frente a los empresarios que sí acumulan medios.
Así pues, este enfrentamiento no depende de la bondad o la buena voluntad de un empresario particular, sino el conjunto de toda la clase capitalista frente al conjunto de la clase trabajadora. La base de la sociedad capitalista es la explotación de una clase por otra. No existe la posibilidad de un capitalismo moderado o de "rostro humano". La acumulación del capital en una de las partes, de todas las riquezas, recursos naturales y valores producen la misera en la otra.
Esto se hace palpable en la evidencia de que en la sociedad capitalista el beneficio económico tiene más valor que cualquier otro aspecto, incluida la vida humana. Todo se compra, todo tiene un precio.


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Para descargar la entrada en PDF haz click aquí y listo

En las siguientes entradas, que dedicaremos a nuevas preguntas sobre el manifiesto, responderemos a otras cuestiones igualmente interesantes.

¿Pretenden los comunistas la abolición de la propiedad privada?
¿Forman los comunistas un partido aparte de los demás partidos obreros?
¿Quieren los comunistas colectivizar a las mujeres en régimen de comuna?
¿Son los marxistas una suerte de gurús de una secta adoctrinadora?



Como en anteriores entradas, advertimos que estas notas están redactadas por un militante del PCE cuyos conocimientos marxistas son básicos,  desde aquí animamos a otros militantes, jóvenes o maduros, con o sin estudios, a que consulten los textos clásicos y realicen por sí mismos sus propios análisis desde una perspectiva de clase, para evitar la tendencia actual de entregar la discusión de todas las decisiones a una élite intelectual como un acto de fe.

viernes, 20 de enero de 2017

Preguntas sobre el Manifiesto del Partido Comunista (parte I). Introducción y un poco de su historia

¿Quiénes promovieron la redacción del Manifiesto? ¿Surge el comunismo a partir de su publicación? ¿Está desfasado? ¿Qué significa la famosa frase del fantasma? ¿Por qué tienen tan mala prensa los seguidores del comunismo?

Existen innumerables textos, comentarios y entradas en la red
sobre este famoso tratado, posiblemente el texto político más influyente de la Historia. Pretendemos en este caso hacer una aproximación al Manifiesto, un comentario explicativo que sirva tanto para jóvenes (o no tan jóvenes) iniciados en el marxismo que hayan leído la obra como para quienes no, con el fin de animarles así a la lectura de los textos marxistas.

De todos modos se recomienda fervorosamente la lectura del Manifiesto del Partido Comunista, no sólo por el interés formativo sino por el mero placer de disfrutarlo. Según el escritor Umberto Eco, "además de la capacidad ciertamente poética para inventar metáforas memorables, el Manifiesto permanece como una obra maestra de oratoria política (y no sólo eso) que tendría que estudiarse en las escuelas".

Si estás leyendo esto desde tu móvil y prefieres verlo en un pequeño archivo PDF: Para descargar una copia de esta entrada en PDF pincha aquí.


■■■■  Preguntas sobre el Manifiesto (parte I)  ■■■■

Un fantasma recorre Europa,
el mundo.
Nosotros le llamamos camarada.
Rafael Alberti.


¿Cómo surgió la idea del Manifiesto?

El Manifiesto fue escrito entre noviembre de 1847 y enero de 1848 por encargo de la Liga de los Comunistas, una agrupación clandestina formada por emigrados alemanes principalmente en Francia. Durante esos años tienen lugar en varios puntos de Europa diversas revoluciones liberales en las que cada vez toma mayor protagonismo la clase obrera. En esas revoluciones los obreros comienzan a plantearse una aplicación más profunda de los valores surgidos en la Revolución Francesa décadas antes (libertad, igualdad, fraternidad), empujados por las penurias y desigualdades que produce la nueva sociedad industrial. La Liga de los Comunistas (originalmente llamada de los Justos) pretendía "liberar a Alemania de su opresión", centrando sus reivindicaciones en la cuestión social, es decir en las inquietudes y protestas surgidas a partir de las pésimas condiciones de vida de los obreros a las que llevaba el nuevo sistema industrializado.

Niños obreros de minas y fábricas textiles en los años de
la Revolución Industrial (imágenes de Lewis Hine)

¿Por qué el encargo a Marx y Engels?

Karl Marx y Friedrich Engels cuentan en ese momento 29 y 27 años respectivamente. Ambos son, pese a su juventud, militantes pertinaces con experiencia en los movimientos revolucionarios de su época. Además son versados divulgadores de las nuevas corrientes filosóficas y científicas. 
Unos años antes, Karl dirigía un periódico llamado "La gaceta del Rin" en Colonia, que sería censurado por sus fuertes críticas al gobierno. Engels, por entonces en Manchester, enviaba colaboraciones desinteresadas a este periódico. A su regreso a Colonia aprovechó el viaje para visitar a Marx, exiliado en París. En la capital francesa comprobaron que las teorías a las que ambos habían llegado por separado coincidían. Decidieron comunicar sus teorías a la Liga de los Justos, con el fin de encontrar apoyo para difundirlas. Los representantes de la organización no sólo aprueban sus planteamientos como correctos sino que los hacen propios y para divulgarlos acuerdan redactar un texto, en principio similar a un catecismo, que expusiese los principios del comunismo.

La Liga, ya denominada de los Comunistas, entiende que son las personas más indicadas para redactar un manifiesto que sirva de "profesión de fe" del movimiento que se inicia, con el fin de exponer sus intenciones y que pudiera leerse con brevedad como un panfleto, y que además les diferenciase de otros movimientos obreros ya existentes, de carácter socialista.
Y así, en febrero de 1848, ayudados por Jenny Von Westphalen, esposa de Marx, sale de imprenta El Manifiesto Comunista, exponiendo por primera vez al público el pensamiento marxista de forma sistemática y escrita.

¿Por qué hay tantos prólogos en el libro?

El Manifiesto fue traducido a los principales idiomas para que
fuese conocido por el mayor número de personas cuanto antes. En las sucesivas ediciones realizadas en los años posteriores, Marx y Engels añadieron anotaciones en forma de prólogo. Observaron que había pasajes en el libro que iban quedando anticuados a medida que la sociedad progresaba, en un momento histórico de muchos cambios. Los propios autores aún no habían desarrollado en su totalidad toda la teoría que compone el materialismo histórico (el primer libro de El Capital no se editó hasta 1867 y los dos restantes unos veinte años después, ya fallecido Marx).

¿Está entonces desfasado?

Esto no quiere decir, como pretenden los críticos del marxismo, que el texto quedase obsoleto al poco tiempo de nacer, ni que pasados más de cien años su mensaje ya esté caducado. Así como ocurre en el materialismo dialéctico (materialismo dialéctico = marxismo o comunismo), el Manifiesto no intenta ser una norma fija que puede aplicarse del mismo modo que aplicamos un patrón que indicase mágicamente lo que es comunista y lo que no. No se trata de un dogma de fe, similar a un catecismo, sino sobre todo de un método, un procedimiento que sirve para analizar una realidad social desde un punto de vista materialista. 

¿El comunismo surge de la publicación del Manifiesto?

El término comunismo era ya usado popularmente antes de Marx y Engels en un sentido similar al actual. El concepto socialismo se usaba en ese tiempo en Europa para referirse a las ideas de ciertos pensadores de la época, socialistas utópicos, que resaltaban la cuestión social en sus escritos. El desarrollo del término comunismo hasta el concepto que tenemos hoy tiene su origen en Francia a partir de las revueltas de 1830 y tenía -y tiene- un significado cercano a socialismo, pero además añadía entonces un aspecto clandestino y radical que Marx y Engels preferían. Como veremos más adelante, a partir de Marx el comunismo toma el carácter científico y revolucionario que conocemos, en diferencia al llamado socialismo utópico.

¿Hubo protestas sociales antes de su época?

Las rebeldías de hombres y mujeres que quisieron oponerse a las desigualdades sociales no son un invento de los siglos recientes. 
Túpac Amaru II lideró en Perú la mayor
Rebelión contra el Reino de España
A lo largo de la historia de la humanidad se produjeron mucho antes otras revueltas, originadas por los levantamientos de las clases oprimidas (por ejemplo, mencionemos las protestas de campesinos en el Egipto de los faraones, las insurrecciones de esclavos en la Roma antigua -Espartaco- o las rebeliones de indígenas en América del sur, como la de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru, en 1780). En todas ellas las protestas se acompañan de ideas utópicas (utópico así entendido quiere decir que es muy difícil de realizar) y deseos de una sociedad más justa e igualitaria. Los primeros pensadores utópicos fueron creando el cimiento de una idea de sociedad basada en la propiedad colectiva. La Revolución Industrial, que hace más grandes las diferencias sociales entre capitalistas y mano de obra, unido a los movimientos surgidos a partir de la Revolución Francesa, sitúan el momento histórico que nos ocupa en el punto culminante de los sueños de liberación.

¿Eran diferentes los socialistas utópicos de los comunistas?

 Los socialistas utópicos eran una serie de pensadores (Owen, Saint Simon, Fourier) críticos con la sociedad capitalista y que proponen medidas para mitigar los males que provocaba.
Robert Owen fue un empresario
inglés que predicó la fraternidad
humana en la 1ª mitad del s.XIX
Estas críticas se fundaban en la indignación moral y estimaban que la sociedad podía mejorarse mediante una colaboración de todos (también con las clases dominantes) y mediante la educación, la asociación cooperativa o la creación de comunidades que dieran ejemplo como un modelo al conjunto de sociedades en general. El socialismo anterior a Marx consideraba que "todos los seres humanos son hermanos". Es a partir de las teorías marxistas (el conjunto de pensamientos que conforma el materialismo dialéctico) cuando comienza a situarse a la clase obrera como centro de las reivindicaciones y se establece que los obreros y los patrones no pueden considerarse relacionados en fraternidad sino más bien en puntos opuestos, enfrentados, cuyos intereses chocan en una pugna de relaciones de poder. Los comunistas, en lugar de apelar a los buenos sentimientos, a la caridad o a la compasión y la fraternidad universal, usan la razón para distinguir en las sociedades esas luchas entre clases opuestas y, como veremos más adelante, sustituyen esa idea de hermandad por la unión de la clase trabajadora en el emblema: proletarios de todos los países, uníos.



¿Qué significa la frase del fantasma que recorre Europa?
Es conocida en todo el mundo la frase con la que se abre, de manera espectacular, el Manifiesto:




Propaganda de Democracia Cristiana en las
elecciones de Italia en 1948: "madres de Italia,
el monstruo rojo quiere vuestra sangre".
No es casual que Carlos y Federico decidieran usar esta metáfora. Marx debió ser un gran admirador de las obras de Shakespeare y Goethe (recordemos las apariciones fantasmales y los personajes del más allá en Hamlet o Fausto) y eligió esta manera de abrir el manifiesto, que actúa como un latigazo o una punzada que despierta la curiosidad del lector. 

Pero, además, la metáfora del fantasma hace alusión a un importante aspecto. Como hemos visto en la pregunta anterior, los socialistas utópicos gozaban de cierta aceptación social. Al basar sus ideas en sentimientos de hermandad y filantropía, y sobre todo pretender reformas y correcciones en la sociedad pero no un cambio transformador, no sufre una persecución intensa por parte de las fuerzas reaccionarias. Sin embargo el comunismo introduce desde Marx ideas que suponen un cambio transformador, revolucionario, que añaden un antagonismo de clase, un enfrentamiento.

¿Por qué tenían tan mala prensa los comunistas y aún hoy son rechazados?

Esas ideas revolucionarias vienen además avaladas por un conjunto de tesis científicas, el materialismo histórico, que las convierten en un arma irrefutable, que no depende de sentimientos sino de la razón, y que una vez que entra en el pensamiento de un obrero transforma su pensamiento de tal modo que le permite apreciar los procesos sociales que le rodean con una clarividencia que antes desconocía.
Es por ese motivo que el comunismo era entonces y continúa hoy día siendo perseguido y vilipendiado, porque supone una grave amenaza para los capitalistas reaccionarios. Un horrible fantasma que hace temblar sus intereses.

A la izquierda, cartel de 1934 del KKK de Alabama, en el que se advierte a los negros del "peligro" que supone
la igualdad social que pretenden los comunistas. A la derecha, despliegue propagandístico en la EE.UU. actual sobre los muertos que "causa" el comunismo; por supuesto, para ellos el capitalismo no causa ninguna.

Observemos que, un siglo y medio después del primer uso de la palabra comunismo por Marx y Engels, en todo el mundo sigue hoy asociado por la derecha con la subversión e incluso el terrorismo, como la pesadilla que desvela a las clases poderosas.
Es frecuente encontrar en las redes numerosas demostraciones de anticomunismo.
Para ciertos personajes mediáticos supone un beneficio hacer estas demostraciones públicas pues les supone el apoyo económico de los dueños de los medios. Estos personajes tienen miles de seguidores.

En el mismo Manifiesto los autores advierten de la "estigmatización" del comunismo, esto es, la tendencia a demonizar sus ideas con el fin de perjudicar su avance en las clases populares. De ahí que se considerase necesario un texto que expusiese con claridad sus ideas y sus intenciones.

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En las siguientes entradas, que dedicaremos a nuevas preguntas sobre el manifiesto, responderemos a otras leyendas urbanas en torno al comunismo que circulan aún hoy día:

¿Cómo es que los comunistas explican los procesos sociales de un modo diferente a los medios informativos?
¿Existen de verdad las clases sociales?
¿Pretenden los comunistas la abolición de la propiedad privada?
¿Forman los comunistas un partido aparte de los demás partidos obreros?
¿Quieren los comunistas colectivizar a las mujeres en régimen de comuna?
¿Son los marxistas una suerte de gurús de una secta adoctrinadora?


En breve, las siguientes entregas
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Como en anteriores entradas, advertimos que estas notas están redactadas por un militante del PCE cuyos conocimientos marxistas son básicos,  desde aquí animamos a otros militantes, jóvenes o maduros, con o sin estudios, a que consulten los textos clásicos y realicen por sí mismos sus propios análisis desde una perspectiva de clase, para evitar la tendencia actual de entregar la discusión de todas las decisiones a una élite intelectual como un acto de fe.