martes, 7 de febrero de 2017

BURGUESES & PROLETARIOS. Preguntas sobre el Manifiesto (parte II)

Continuamos con la segunda parte de la serie de preguntas sobre el Manifiesto del Partido Comunista. En la parte 1ª, que iniciamos con la entrada anterior (aquí enlace) , nos preguntábamos sobre el origen del Manifiesto y desglosábamos su introducción. Veremos en esta segunda parte el primer capítulo, que puedes descargar en PDF pinchando aquí cuyo título es:

■■■■■■■■■■■■■■  Burgueses y Proletarios ■■■■■■■■■■■■■


Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de luchas de clases.


Tras la breve y contundente introducción, con la famosa frase del fantasma que recorre Europa, continúa el manifiesto haciendo en su primer capítulo un vuelo a lo largo de la historia de la humanidad. 
Engels y Marx, con las hijas de éste, Laura, Eleanor
y Jenny en un daguerrotipo de 1860
En ese vuelo observamos distintos hitos históricos, pasamos de la Roma antigua al descubrimiento de América, contemplamos los distintos grupos humanos de todas las épocas, esclavos, señores feudales, maestros artesanos, propietarios de fábricas... Es un resumen histórico de la historia de Europa desde la Edad Media. Se narra cómo la nobleza ha dejado su lugar a la burguesía y cómo esta a su vez ha generado al proletariado que dará fin a ese orden. Este capítulo es de gran importancia porque en él se explican las bases del materialismo histórico, el comunismo marxista.

¿Qué sentido tiene ese vuelo de reconocimiento sobre la Historia? ¿Y por qué su lectura nos parece inquietante y tan diferente de la Historia que nos enseñan en las escuelas? Procuremos explicar estos aspectos.

¿Cómo se explican los cambios en las sociedades?
Todas las sociedades tienden a creer que su orden (sus instituciones, sus normas y reglas) son inalterables y que son eternas. Esto debieron creer hasta el último momento Tutankamón en el Antiguo Egipto, Pachacútec en el imperio Inca o Nicolás Romanov en Rusia. 
Los seres humanos que vivimos actualmente consideramos del mismo modo que nuestra sociedad, fundada en la libre empresa, es la única posible, y que es utópico plantear un sistema diferente. Incluso reputados e influyentes politólogos aseguran que nos encontramos ante el "fin de la Historia".

Nuestro concepto del mundo, el conjunto de ideas y valores que guían nuestra vida (la ideología, la filosofía), viene determinado por una visión fundada en el sentido común, es decir por el conjunto de opiniones cotidianas, informaciones de los medios, publicidad, etc. Todo ese conjunto no es "neutral", sino que está cargado de mensajes ideológicos. Esos mensajes son tan repetitivos y masivos que acaban formando parte de lo cotidiano y, por eso, se acaban aceptando de manera pasiva, sin que meditemos sobre ellos en profundidad.
Debido a esto a menudo la realidad nos presenta situaciones contradictorias en las que apreciamos aspectos que nos chocan, que parecen ocultos y que no se presentan con claridad.

La actualidad ofrece a diario ejemplos de estas contradicciones y aspectos ocultos. Hace unos meses, por ejemplo, el candidato del PSOE en las elecciones se indignaba en un programa de TV de que "fuerzas económicas manipularon la creación de un gobierno alternativo al PP". ¿A qué se deben estas contradicciones que hasta los propios interesados reconocen? ¿Y por qué no se manifiestan con claridad?
Pedro Sánchez "se maravillaba" hace poco en un programa de TV (Salvados, foto)
de que fuerzas económicas interviniesen para obstaculizar su Gobierno. 

Una lectura del Manifiesto bastaría para comprender, como veremos más adelante, que "el Poder público viene a ser, 
pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa."

¿Por qué ese repaso a la Historia en el Manifiesto?

Cuando nos enseñan Historia en las escuelas o universidades, o en los documentales para TV, ésta parece ser un conglomerado de acontecimientos que se suman unos tras otros formando una gran masa de contradicciones: un laberinto de guerras, revoluciones, periodos de paz y de conflictos.
Las versiones que nos enseñan cuáles son los motivos
Julio César cruzando el río Rubicón, ejemplo
de gran hombre que decide un cambio en
la Historia. "La suerte está echada".
que gobiernan nuestras sociedades suelen estar fundadas bien en razones sobrenaturales (fuerzas divinas, caminos predestinados por lazos astrales), bien en la influencia de "grandes hombres" (héroes, aristócratas, genios de la estrategia militar) de talla mundial que deciden los destinos de países e imperios.
Para nuestra sociedad capitalista es interesante explicar la Historia de esta manera sesgada, pues de este modo se sostienen los mitos de que los pilares que la sostienen, como la propiedad privada, son propios de la naturaleza humana y por tanto eternos e inevitables.

De un modo similar a como Charles Darwin explicó que las especies no permanecen inalterables en el tiempo sino que varían evolucionando, Marx y Engels observaron -mediante la aplicación de un método científico al estudio de la Historia- que las sociedades no son estáticas. Las sociedades, de manera parecida a las especies, cambian, pero además esos cambios se producen de manera gradual, con periodos breves de conflicto, ruptura y transformación acelerada. Esos momentos de conflicto son los que "mueven" la Historia.  


¿Cómo se producen los cambios en las sociedades?
Como hemos comentado, la Historia necesitaba explicarse usando otro método que permitiera aflorar esos aspectos escondidos. Marx y Engels plantean entonces aplicar los métodos de la filosofía materialista, la dialéctica, uno de cuyos principios básicos es precisamente que las leyes que gobiernan la naturaleza y la sociedad no se manifiestan directamente, es decir, la realidad de un hecho y su apariencia no siempre coinciden y pueden ser diferentes.

La ciencia tiene como fin desvelar esas leyes que rigen la esencia de los fenómenos y explicar por qué se manifiestan de otro modo. Es por eso que la aplicación de este método dialéctico desarrolla el materialismo histórico que nos permite aclarar la realidad desde una perspectiva más certera.

Al observar desde el materialismo las distintas fases de la Historia, Marx y Engels llegaron a una serie de conclusiones, entre las cuales una de las fundamentales es que son las actividades de producción -las actividades económicas- las que determinan las demás actividades -sociales, legales, artísticas, ideológicas-. Las acciones que los seres humanos realizan en cuanto al nivel social o ideológico y toda su estructura están basadas en una estructura primera y necesaria que es la estructura productiva. La base económica de una sociedad condiciona a toda la superestructura del conjunto de sus relaciones ideológicas.

Por tanto los cambios en las sociedades vienen determinados por cambios en su base económica. Cuando se analiza cualquier sociedad debe distinguirse, en consecuencia, entre la parte económica que forma su esencia y las estructuras superiores que expresan el modo en el que esa sociedad se muestra.
En el Neolítico (imagen izquierda), el desarrollo de la agricultura y la ganadería
-economía productiva y ya no recolectora- trajo consigo otra forma de vida diferente
a la nómada anterior, la vida sedentaria. Tras los inventos en transportes y maquinaria
de la Revolución Industrial (imagen derecha) la sociedad campesina se trasladó a las ciudades,
que necesitaban mano de obra en las nuevas fábricas; este cambio económico
trajo también consigo un cambio en la forma de vida, costumbres y demás estructuras

¿Qué significa la frase "toda la historia de la sociedad humana es una historia de lucha de clases"?
Continuando con este método, la interpretación materialista de la Historia nos indica que las sociedades no son una simple suma de individuos aislados unos de otros ni se modifican como producto de las decisiones individuales de una serie de "grandes hombres".  
Tampoco pueden explicarse las transformaciones de las sociedades a través de simples cambios en las mentalidades de las personas, producidos a su vez por cambios políticos, pues ¿de dónde proceden esos cambios políticos y qué causas los motivan?

Conocida imagen que representa la
estructura piramidal capitalista.
A partir de Marx se demuestra que esos cambios y sus luchas políticas, por complejas que parezcan, giran en torno al poder social que unas clases tienen sobre otras, las clases viejas para conservar su poder y las las nuevas para conquistarlo. Y como hemos explicado antes, lo que hace que existan esas clases son las condiciones materiales, económicas, que cada sociedad posee. Al surgir las ciudades, por ejemplo, aparece una industria y un comercio que formó una nueva clase social, la burguesía, que luchó por conquistar el poder que controlaba como estamento privilegiado la nobleza. La industria artesana fue cediendo terreno progresivamente a la industria fabril (en fábricas) y a la gran industria, favorecidos por los grandes inventos (ferrocarril, máquinas textiles) y concentrando en manos de los burgueses propietarios de los nuevos medios la riqueza y el poder, aunque le costó conquistar el poder político en manos de los nobles. Al llegar a cierto punto, esta nueva clase burguesa se convirtió a su vez en clase dominante frente a la mano de obra de sus fábricas (proletariado) y los pequeños campesinos.

Este modo de explicar la Historia evidencia por primera vez de la manera más sencilla que los procesos históricos vienen determinados por las condiciones económicas. Que cada individuo necesita, sencillamente, comer, beber, tener un techo y vestirse y, por tanto, trabajar, antes de ocuparse por hacer política, religión o filosofía. Para los comunistas esta nueva concepción de la historia tiene una importancia enorme, pues demuestra que toda la historia hasta hoy se mueve en antagonismos de clases y que la gran mayoría de las personas se ha visto siempre condenada a trabajar mucho y disfrutar poco, en manos de una pequeña minoría privilegiada (este párrafo es una adaptación casi literal de un pasaje del texto Carlos Marx, escrito por Engels en 1877).

¿Quiénes son los burgueses y los proletarios?
Esta es una pregunta interesante, pues supone una de las cuestiones más controvertidas del marxismo, cuyo debate sigue muy vigente en nuestros días. 
Lenin escribe que las clases sociales son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por su situación con respecto a los medios de producción, por el papel que desempeñan en la organización del trabajo y, por consiguiente, por la proporción que reciben de la riqueza social.

La clave para determinar a las clases sociales es la posición de las personas respecto a la estructura económica. Un mismo puesto en esa estructura une a los demás individuos situados al mismo nivel con respecto a los que se sitúan en niveles diferentes. Podríamos decir que proletariado es el grupo social que necesita del trabajo que pueda producir por sus propios medios para sobrevivir en la sociedad burguesa si no quiere verse marginado en la ruina total. Y burguesía el grupo social de personas que por poseer medios de producción puede permitirse vivir del trabajo de otros.

Ya les llamemos burgueses y proletarios (o si esta denominación nos parece anticuada y preferimos los de arriba y los de abajo, o privilegiados y oprimidos, en definitiva capitalistas y clase trabajadora), estas clases sociales son siempre contradictorias: los poseedores de los medios aumentan su riqueza a costa de contratar la fuerza de trabajo de los que no poseen. 


¿Pueden moderarse o pacificarse esas diferencias entre clases sociales? 
En una preciosa metáfora, Marx escribe en este capítulo del Manifiesto:

"La moderna sociedad burguesa, que ha sabido hacer brotar como por encanto tan fabulosos medios de producción y de transporte, recuerda al brujo impotente para dominar los espíritus subterráneos que conjuró."  

El materialismo histórico concluye que la historia de la humanidad es un continuo cambio. De la misma forma que el feudalismo apareció y creó la burguesía que habría de destruirlo y desapareció, el capitalismo también desaparecerá algún día, ya que como todo sistema social desde el momento en que aparece lleva comprendido su futura destrucción. 
En este momento del Manifiesto empieza a entenderse quién era ese fantasma que se cierne sobre Europa. De la misma forma que la nobleza feudal creó la burguesía que posteriormente la destruyó, la burguesía industrial está creando el proletariado que ha de destruirla.

Ese aumento de la riqueza de los poseedores -que mencionábamos en la pregunta anterior- viene asociado de manera inevitable a una disminución de la riqueza de la no poseedora, aunque sea de manera relativa en tiempo, esfuerzo, calidad de vida, etc. 
A su vez esa riqueza obtenida por la clase dominante es invertida en la adquisición de nuevos medios materiales (terrenos, máquinas, patentes, acciones) que permiten la acumulación de más y más riqueza.
El empresario que no dedica parte de la riqueza obtenida del trabajo de los obreros a obtener más medios acaba sucumbiendo en la sociedad competitiva frente a los empresarios que sí acumulan medios.
Así pues, este enfrentamiento no depende de la bondad o la buena voluntad de un empresario particular, sino el conjunto de toda la clase capitalista frente al conjunto de la clase trabajadora. La base de la sociedad capitalista es la explotación de una clase por otra. No existe la posibilidad de un capitalismo moderado o de "rostro humano". La acumulación del capital en una de las partes, de todas las riquezas, recursos naturales y valores producen la misera en la otra.
Esto se hace palpable en la evidencia de que en la sociedad capitalista el beneficio económico tiene más valor que cualquier otro aspecto, incluida la vida humana. Todo se compra, todo tiene un precio.


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Para descargar la entrada en PDF haz click aquí y listo

En las siguientes entradas, que dedicaremos a nuevas preguntas sobre el manifiesto, responderemos a otras cuestiones igualmente interesantes.

¿Pretenden los comunistas la abolición de la propiedad privada?
¿Forman los comunistas un partido aparte de los demás partidos obreros?
¿Quieren los comunistas colectivizar a las mujeres en régimen de comuna?
¿Son los marxistas una suerte de gurús de una secta adoctrinadora?



Como en anteriores entradas, advertimos que estas notas están redactadas por un militante del PCE cuyos conocimientos marxistas son básicos,  desde aquí animamos a otros militantes, jóvenes o maduros, con o sin estudios, a que consulten los textos clásicos y realicen por sí mismos sus propios análisis desde una perspectiva de clase, para evitar la tendencia actual de entregar la discusión de todas las decisiones a una élite intelectual como un acto de fe.

viernes, 20 de enero de 2017

Preguntas sobre el Manifiesto del Partido Comunista (parte I). Introducción y un poco de su historia

¿Quiénes promovieron la redacción del Manifiesto? ¿Surge el comunismo a partir de su publicación? ¿Está desfasado? ¿Qué significa la famosa frase del fantasma? ¿Por qué tienen tan mala prensa los seguidores del comunismo?

Existen innumerables textos, comentarios y entradas en la red
sobre este famoso tratado, posiblemente el texto político más influyente de la Historia. Pretendemos en este caso hacer una aproximación al Manifiesto, un comentario explicativo que sirva tanto para jóvenes (o no tan jóvenes) iniciados en el marxismo que hayan leído la obra como para quienes no, con el fin de animarles así a la lectura de los textos marxistas.

De todos modos se recomienda fervorosamente la lectura del Manifiesto del Partido Comunista, no sólo por el interés formativo sino por el mero placer de disfrutarlo. Según el escritor Umberto Eco, "además de la capacidad ciertamente poética para inventar metáforas memorables, el Manifiesto permanece como una obra maestra de oratoria política (y no sólo eso) que tendría que estudiarse en las escuelas".

Si estás leyendo esto desde tu móvil y prefieres verlo en un pequeño archivo PDF: Para descargar una copia de esta entrada en PDF pincha aquí.


■■■■  Preguntas sobre el Manifiesto (parte I)  ■■■■

Un fantasma recorre Europa,
el mundo.
Nosotros le llamamos camarada.
Rafael Alberti.


¿Cómo surgió la idea del Manifiesto?

El Manifiesto fue escrito entre noviembre de 1847 y enero de 1848 por encargo de la Liga de los Comunistas, una agrupación clandestina formada por emigrados alemanes principalmente en Francia. Durante esos años tienen lugar en varios puntos de Europa diversas revoluciones liberales en las que cada vez toma mayor protagonismo la clase obrera. En esas revoluciones los obreros comienzan a plantearse una aplicación más profunda de los valores surgidos en la Revolución Francesa décadas antes (libertad, igualdad, fraternidad), empujados por las penurias y desigualdades que produce la nueva sociedad industrial. La Liga de los Comunistas (originalmente llamada de los Justos) pretendía "liberar a Alemania de su opresión", centrando sus reivindicaciones en la cuestión social, es decir en las inquietudes y protestas surgidas a partir de las pésimas condiciones de vida de los obreros a las que llevaba el nuevo sistema industrializado.

Niños obreros de minas y fábricas textiles en los años de
la Revolución Industrial (imágenes de Lewis Hine)

¿Por qué el encargo a Marx y Engels?

Karl Marx y Friedrich Engels cuentan en ese momento 29 y 27 años respectivamente. Ambos son, pese a su juventud, militantes pertinaces con experiencia en los movimientos revolucionarios de su época. Además son versados divulgadores de las nuevas corrientes filosóficas y científicas. 
Unos años antes, Karl dirigía un periódico llamado "La gaceta del Rin" en Colonia, que sería censurado por sus fuertes críticas al gobierno. Engels, por entonces en Manchester, enviaba colaboraciones desinteresadas a este periódico. A su regreso a Colonia aprovechó el viaje para visitar a Marx, exiliado en París. En la capital francesa comprobaron que las teorías a las que ambos habían llegado por separado coincidían. Decidieron comunicar sus teorías a la Liga de los Justos, con el fin de encontrar apoyo para difundirlas. Los representantes de la organización no sólo aprueban sus planteamientos como correctos sino que los hacen propios y para divulgarlos acuerdan redactar un texto, en principio similar a un catecismo, que expusiese los principios del comunismo.

La Liga, ya denominada de los Comunistas, entiende que son las personas más indicadas para redactar un manifiesto que sirva de "profesión de fe" del movimiento que se inicia, con el fin de exponer sus intenciones y que pudiera leerse con brevedad como un panfleto, y que además les diferenciase de otros movimientos obreros ya existentes, de carácter socialista.
Y así, en febrero de 1848, ayudados por Jenny Von Westphalen, esposa de Marx, sale de imprenta El Manifiesto Comunista, exponiendo por primera vez al público el pensamiento marxista de forma sistemática y escrita.

¿Por qué hay tantos prólogos en el libro?

El Manifiesto fue traducido a los principales idiomas para que
fuese conocido por el mayor número de personas cuanto antes. En las sucesivas ediciones realizadas en los años posteriores, Marx y Engels añadieron anotaciones en forma de prólogo. Observaron que había pasajes en el libro que iban quedando anticuados a medida que la sociedad progresaba, en un momento histórico de muchos cambios. Los propios autores aún no habían desarrollado en su totalidad toda la teoría que compone el materialismo histórico (el primer libro de El Capital no se editó hasta 1867 y los dos restantes unos veinte años después, ya fallecido Marx).

¿Está entonces desfasado?

Esto no quiere decir, como pretenden los críticos del marxismo, que el texto quedase obsoleto al poco tiempo de nacer, ni que pasados más de cien años su mensaje ya esté caducado. Así como ocurre en el materialismo dialéctico (materialismo dialéctico = marxismo o comunismo), el Manifiesto no intenta ser una norma fija que puede aplicarse del mismo modo que aplicamos un patrón que indicase mágicamente lo que es comunista y lo que no. No se trata de un dogma de fe, similar a un catecismo, sino sobre todo de un método, un procedimiento que sirve para analizar una realidad social desde un punto de vista materialista. 

¿El comunismo surge de la publicación del Manifiesto?

El término comunismo era ya usado popularmente antes de Marx y Engels en un sentido similar al actual. El concepto socialismo se usaba en ese tiempo en Europa para referirse a las ideas de ciertos pensadores de la época, socialistas utópicos, que resaltaban la cuestión social en sus escritos. El desarrollo del término comunismo hasta el concepto que tenemos hoy tiene su origen en Francia a partir de las revueltas de 1830 y tenía -y tiene- un significado cercano a socialismo, pero además añadía entonces un aspecto clandestino y radical que Marx y Engels preferían. Como veremos más adelante, a partir de Marx el comunismo toma el carácter científico y revolucionario que conocemos, en diferencia al llamado socialismo utópico.

¿Hubo protestas sociales antes de su época?

Las rebeldías de hombres y mujeres que quisieron oponerse a las desigualdades sociales no son un invento de los siglos recientes. 
Túpac Amaru II lideró en Perú la mayor
Rebelión contra el Reino de España
A lo largo de la historia de la humanidad se produjeron mucho antes otras revueltas, originadas por los levantamientos de las clases oprimidas (por ejemplo, mencionemos las protestas de campesinos en el Egipto de los faraones, las insurrecciones de esclavos en la Roma antigua -Espartaco- o las rebeliones de indígenas en América del sur, como la de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru, en 1780). En todas ellas las protestas se acompañan de ideas utópicas (utópico así entendido quiere decir que es muy difícil de realizar) y deseos de una sociedad más justa e igualitaria. Los primeros pensadores utópicos fueron creando el cimiento de una idea de sociedad basada en la propiedad colectiva. La Revolución Industrial, que hace más grandes las diferencias sociales entre capitalistas y mano de obra, unido a los movimientos surgidos a partir de la Revolución Francesa, sitúan el momento histórico que nos ocupa en el punto culminante de los sueños de liberación.

¿Eran diferentes los socialistas utópicos de los comunistas?

 Los socialistas utópicos eran una serie de pensadores (Owen, Saint Simon, Fourier) críticos con la sociedad capitalista y que proponen medidas para mitigar los males que provocaba.
Robert Owen fue un empresario
inglés que predicó la fraternidad
humana en la 1ª mitad del s.XIX
Estas críticas se fundaban en la indignación moral y estimaban que la sociedad podía mejorarse mediante una colaboración de todos (también con las clases dominantes) y mediante la educación, la asociación cooperativa o la creación de comunidades que dieran ejemplo como un modelo al conjunto de sociedades en general. El socialismo anterior a Marx consideraba que "todos los seres humanos son hermanos". Es a partir de las teorías marxistas (el conjunto de pensamientos que conforma el materialismo dialéctico) cuando comienza a situarse a la clase obrera como centro de las reivindicaciones y se establece que los obreros y los patrones no pueden considerarse relacionados en fraternidad sino más bien en puntos opuestos, enfrentados, cuyos intereses chocan en una pugna de relaciones de poder. Los comunistas, en lugar de apelar a los buenos sentimientos, a la caridad o a la compasión y la fraternidad universal, usan la razón para distinguir en las sociedades esas luchas entre clases opuestas y, como veremos más adelante, sustituyen esa idea de hermandad por la unión de la clase trabajadora en el emblema: proletarios de todos los países, uníos.



¿Qué significa la frase del fantasma que recorre Europa?
Es conocida en todo el mundo la frase con la que se abre, de manera espectacular, el Manifiesto:




Propaganda de Democracia Cristiana en las
elecciones de Italia en 1948: "madres de Italia,
el monstruo rojo quiere vuestra sangre".
No es casual que Carlos y Federico decidieran usar esta metáfora. Marx debió ser un gran admirador de las obras de Shakespeare y Goethe (recordemos las apariciones fantasmales y los personajes del más allá en Hamlet o Fausto) y eligió esta manera de abrir el manifiesto, que actúa como un latigazo o una punzada que despierta la curiosidad del lector. 

Pero, además, la metáfora del fantasma hace alusión a un importante aspecto. Como hemos visto en la pregunta anterior, los socialistas utópicos gozaban de cierta aceptación social. Al basar sus ideas en sentimientos de hermandad y filantropía, y sobre todo pretender reformas y correcciones en la sociedad pero no un cambio transformador, no sufre una persecución intensa por parte de las fuerzas reaccionarias. Sin embargo el comunismo introduce desde Marx ideas que suponen un cambio transformador, revolucionario, que añaden un antagonismo de clase, un enfrentamiento.

¿Por qué tenían tan mala prensa los comunistas y aún hoy son rechazados?

Esas ideas revolucionarias vienen además avaladas por un conjunto de tesis científicas, el materialismo histórico, que las convierten en un arma irrefutable, que no depende de sentimientos sino de la razón, y que una vez que entra en el pensamiento de un obrero transforma su pensamiento de tal modo que le permite apreciar los procesos sociales que le rodean con una clarividencia que antes desconocía.
Es por ese motivo que el comunismo era entonces y continúa hoy día siendo perseguido y vilipendiado, porque supone una grave amenaza para los capitalistas reaccionarios. Un horrible fantasma que hace temblar sus intereses.

A la izquierda, cartel de 1934 del KKK de Alabama, en el que se advierte a los negros del "peligro" que supone
la igualdad social que pretenden los comunistas. A la derecha, despliegue propagandístico en la EE.UU. actual sobre los muertos que "causa" el comunismo; por supuesto, para ellos el capitalismo no causa ninguna.

Observemos que, un siglo y medio después del primer uso de la palabra comunismo por Marx y Engels, en todo el mundo sigue hoy asociado por la derecha con la subversión e incluso el terrorismo, como la pesadilla que desvela a las clases poderosas.
Es frecuente encontrar en las redes numerosas demostraciones de anticomunismo.
Para ciertos personajes mediáticos supone un beneficio hacer estas demostraciones públicas pues les supone el apoyo económico de los dueños de los medios. Estos personajes tienen miles de seguidores.

En el mismo Manifiesto los autores advierten de la "estigmatización" del comunismo, esto es, la tendencia a demonizar sus ideas con el fin de perjudicar su avance en las clases populares. De ahí que se considerase necesario un texto que expusiese con claridad sus ideas y sus intenciones.

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En las siguientes entradas, que dedicaremos a nuevas preguntas sobre el manifiesto, responderemos a otras leyendas urbanas en torno al comunismo que circulan aún hoy día:

¿Cómo es que los comunistas explican los procesos sociales de un modo diferente a los medios informativos?
¿Existen de verdad las clases sociales?
¿Pretenden los comunistas la abolición de la propiedad privada?
¿Forman los comunistas un partido aparte de los demás partidos obreros?
¿Quieren los comunistas colectivizar a las mujeres en régimen de comuna?
¿Son los marxistas una suerte de gurús de una secta adoctrinadora?


En breve, las siguientes entregas
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Como en anteriores entradas, advertimos que estas notas están redactadas por un militante del PCE cuyos conocimientos marxistas son básicos,  desde aquí animamos a otros militantes, jóvenes o maduros, con o sin estudios, a que consulten los textos clásicos y realicen por sí mismos sus propios análisis desde una perspectiva de clase, para evitar la tendencia actual de entregar la discusión de todas las decisiones a una élite intelectual como un acto de fe.


miércoles, 18 de enero de 2017

Explotación bajo supuestos cursos con compromiso laboral

Se ha conocido en estos días que el Ayuntamiento de Mairena del Alcor colaboró en el convenio de los cursos de formación con compromiso de contratación con la empresa Halia Servex, que al parecer está relacionada a su vez con la empresa Procavi, a quien subcontrata personal, dedicadas al tratamiento de la carne de pavo.


Imagen del grupo de Facebook Asoc Taepec
que reúne a afectados por los cursos
Según supimos, a través de noticias publicadas en La Voz de Morón desde noviembre del pasado año[1],  estos cursos plantean serias dudas en cuanto a su supuesta función contratadora. Denuncia el citado medio que se incumple el convenio dado que los alumnos acaban desarrollando actividades productivas en la empresa que deberían ser remuneradas.

Asímismo expone el diario moronense que los  cursos tienen dos acciones, una teórica y otra práctica que dura 115 horas y  que se desarrolla en la fábrica de Procavi, ubicada en Marchena. Al finalizar el curso la empresa se compromete a hacer contratos de 6 meses de una parte del alumnado, pero no existe ningún control de esa contratación. Estos cursos se realizan de manera periódica.

Trabajadores de la cadena de despiece de aves (imagen Voz de Morón)


Según han sabido en este medio, a través de los testimonios de alumnos de los cursos, los desplazamientos a Marchena son pagados por los propios alumnos, así como la comida, y participan en la cadena de despiece de pavo como un trabajador más pero sin recibir ni un euro por su trabajo (esto contraviene el convenio firmado).

Por si esto fuera poco, a través de la página luchadeclases.org [2] hemos conocido el testimonio de un vecino de Marchena que denuncia las prácticas abusivas y explotadoras de los empleados de Procavi.

Estas informaciones  suponen la presunción de un claro caso de abuso laboral, ante el que los ayuntamientos de las localidades relacionadas deberían oponerse y manifestar su claro rechazo, en lugar de facilitar en incluso colaborar en los abusos mediante el aporte de mano de obra gratis a costa de cursos públicos.

Más allá incluso del abuso laboral puntual, nos llama la atención que de este modo llegue a normalizarse y a aceptarse como uso natural que los trabajadores de nuestras localidades estén disponibles y manejables ante la actitud cada vez más opresora por parte de empresarios y representantes públicos. Por todo ello, aunque parezca chocante -dada la involución ideológica que sufrimos en la actualidad- consideramos necesario volver a manifestar cuestiones que deberían formar parte de la cultura popular y que desgraciadamente se olvidan:

- los derechos laborales no cayeron del cielo como un maná, ni fueron donados generosamente por magnánimos empresarios de la antigüedad, antes bien fueron conquistados por organizaciones de trabajadores tras largas luchas que costaron vidas, sangre y sufrimiento.

- cada paso atrás que se cede en derechos laborales supone un retroceso que nunca volverá a recuperarse si no es mediante la organización obrera.

- por encima de las penurias a las que nos someten los propietarios de las empresas y los representantes de las administraciones  está la dignidad de la clase trabajadora. La inmensa bolsa de parados que se acumula bajo la excusa de la crisis capitalista no debe suponer un pozo sin fondo del que puedan extraer a su antojo mano de obra sumisa y esclava. Colaborar en ello es ahondar en la miseria y agrandar un círculo vicioso que sólo puede ser detenido con organización y unión de los trabajadores.




[1] http://lavozdemoron.es/moron/item/15681-el-ayuntamiento-de-mor%C3%B3n-colabora-en-la-explotaci%C3%B3n-laboral-en-procavi-enmascarada-en-acciones-formativas.html
[2] http://luchadeclases.org/estado-espanol/sindical/2490-2016-09-18-21-22-21.html

jueves, 24 de noviembre de 2016

Hegemonía y superación de IU

Una nota conjunta salía al paso de la noticia del registro de la marca Unidos Podemos. En ella se confirmaba que, en efecto, se había registrado esta marca y que la intención es "seguir apostando por la coalición electoral" y "consolidar un espacio político y social de futuro estable que dispute la hegemonía a las fuerzas del régimen." Esto es, como se esperaba, con carácter permanente.

En esta entrada procuraremos analizar esta coalición y la anunciada "superación" (debemos suponer desaparición) de IU, en especial desde el punto de vista de su influencia para la lucha ideológica entre derecha e izquierda.

Advertimos que esta nota está redactada por un militante del PCE cuyos conocimientos marxistas son básicos, pero entendemos que el análisis de la actualidad no debe estar limitado de manera exclusiva a lo que hoy se conoce como personas preparadas. Y desde aquí animamos a otros militantes, jóvenes o maduros, con o sin estudios, a que consulten los textos clásicos y realicen por sí mismos sus propios análisis desde una perspectiva de clase, para evitar la tendencia actual de entregar la discusión de todas las decisiones a una élite intelectual como un acto de fe.

En todo caso este blog permite la escritura de comentarios y el autor está identificado y no tiene problema en responsabilizarse.

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"Una coalición que dispute la hegemonía a las fuerzas del régimen".

Con esta expresión establece la nota conjunta las intenciones de esta coalición. Consideramos que se refieren a disputar la primacía ideológica -especialmente en el aspecto electoral de cara a futuros comicios- a los partidos que han permitido un nuevo gobierno de Rajoy (PP, PSOE y Ciudadanos), dado que la expresión "fuerzas del régimen" sugiere que de momento no se ataca al sistema capitalista de manera frontal.

Pese a parecer un objetivo aceptable como táctica en un escenario poco alentador para la izquierda y obtener en su mayoría una bienvenida favorable, tanto en una como en otra parte esta coalición suscitó reticencias. Por la parte de Podemos algunos simpatizantes quisieron ver aquella "tabla de salvación" de la que hablaron sus líderes en ofrecimientos anteriores de IU, en momentos en que las encuestas les eran más favorables; a ello se añade una mala situación económica de IU, con el consiguiente rechazo que eso supone para unos simpatizantes muy sensibilizados con todo lo que se refiera a los gastos económicos.
Por la parte de IU, una parte de la militancia no compartió el sentido de esta táctica y aún hoy les cuesta averiguar el beneficio ya no sólo para el propio partido, sino para la izquierda en general y para la clase trabajadora, más teniendo en cuenta que la táctica va adquiriendo al alargarse en el tiempo un cariz de estrategia indefinida.

Se ha comentado mucho en este tiempo que ese rechazo de parte de la militancia de IU pecaba de izquierdismo, en el sentido leninista de la expresión. ¿Podría considerarse que los discrepantes caen en el infantilismo izquierdista?

La estrategia marxista y el izquierdismo.

En La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo (que Lenin tituló en su origen "Ensayo de discusión popular sobre táctica y estrategia marxista", título que orienta mejor sobre su mensaje), se hace un análisis de la Revolución de Octubre y de la táctica empleada en ella, con la finalidad de criticar las tendencias surgidas a raíz de esta revolución en otras partes de Europa, que tendían al apresuramiento y el error, a una izquierda desproporcionada.

Si pudiésemos concretar en una frase su mensaje (permitiéndonos la licencia de ser excesivamente esquemáticos) podríamos decir que la experiencia bolchevique demuestra que los comunistas deben aprender a acomodarse a todas las formas de lucha, de tal modo que seamos capaces de adaptarnos a cualquier circunstancia y a cualquier frente, por incómodos o ajenos que nos parezcan. Esto es una guerra -viene a decir Lenin- y en una guerra ningún ejército que se considere inteligente desdeñaría el uso de cualquier posibilidad, incluso los pactos con el enemigo, si con ello se logra el objetivo final, salir victoriosos.

El texto es bastante explícito en cuanto a las dudas que puedan plantearse sobre la participación de los comunistas en la política capitalista y sus organizaciones. Repasemos algunos aspectos. ¿Deben los comunistas participar en sindicatos reaccionarios?
Pasaje de La enfermedad infantil del izquierdismo


¿Y deben los comunistas participar en los parlamentos burgueses?
Misma obra citada

Por tanto queda claro que oponerse por sistema a la participación conjunta con otros movimientos, especialmente cuando la correlación de fuerzas es muy desfavorable, es inoportuno.
¿Podríamos decir, en consecuencia, que la militancia de IU que es reticente a esta nueva confluencia padece, en general, de izquierdismo infantilista o que es sectaria o dogmática? Si observamos la trayectoria de IU en los últimos años, observamos que antes de 2014 -fecha de aparición de Podemos- ya se participaba de manera habitual de la mano de los sindicatos mayoritarios (cuyo papel ha decaído en una dudosa relajación hacia la Patronal) y en los diferentes parlamentos con otras fuerzas de lo que se considera "centro" o "centro-izquierda".
Recordemos por ejemplo la participación junto con PSOE tras las elecciones andaluzas de 2012, con tan desastrosas consecuencias para IU, tanto por el desenlace de aquella coalición como por las consecuencias que a partir de 2014 tuvo con la aparición de los nuevos partidos y el descrédito generalizado de los españoles hacia los políticos de los partidos tradicionales.

IU más bien se ha caracterizado por mostrar una actitud excesivamente generosa hacia la participación en los parlamentos, de tal modo que ha terminado decayendo en un claro posicionamiento socialdemócrata, que aunque conservaba en su ideario reminiscencias socialistas, derivó en un excesivo afán por el electoralismo que descuidaba la creación de conciencia en la clase trabajadora.

Por todo ello parece un tanto irrisorio considerar que la militancia de IU peca de izquierdista, o que es sectaria o dogmática. Más bien lo contrario.


Táctica de confluencia electoral y creación de conciencia

En la difícil tarea de dirigir la trayectoria de un partido comunista, según vemos los militantes de base, una de los principales quebraderos de cabeza de los cuadros está en saber dirimir cuándo y con quiénes establecer acuerdos. 
Porque es evidente que, en una sociedad dominada por los ideales capitalistas y en clara hegemonía reaccionaria, no puede considerarse oportuna cualquier alianza con movimientos que puntualmente logren el interés de los ciudadanos, por el simple hecho de conseguir mover una masa de votos.

¿Cuál sería el criterio para establecer esas alianzas? Busquemos una pista en este pasaje del Manifiesto:
Pasaje del Manifiesto, Marx-Engels

Y en la obra de Lenin anteriormente citada, otro pasaje resulta aclaratorio en este aspecto:
Enfermedad infantil del izquierdismo, Vladimir Ulianov

Podemos extraer de ello unas cuantas conclusiones: las alianzas en parlamentos y movimientos ciudadanos son interesantes para los comunistas y forman parte de sus tácticas para lograr objetivos a corto plazo. Pero estas tácticas parciales deberían estar supeditadas a una estrategia general que sería el de incrementar el nivel general de conciencia y el espíritu de transformación a través del socialismo. 

Sin el convencimiento de las personas, por muy crítica que llegue a ser una situación y por muy miserables que sean las condiciones, no será posible no ya una revolución sino el menor cambio en las cuestiones fundamentales del sistema, como mucho podremos obtener el apoyo, eventual, de una serie de simpatizantes, sostenidos además por el impreciso vínculo de una indignación difusa.

Cabe preguntarse por qué la izquierda en la actualidad parece haber abandonado estos principios.

Influencia del posmarxismo en la actual política.
El pensador argentino Ernesto Laclau
Diversos autores en las últimas décadas han estudiado la actualidad de las tesis marxistas en la compleja sociedad de nuestros días. Entre ellos especialmente Ernesto Laclau han influido en la ideología de las plataformas surgidos a raíz de los movimientos del 15M. El posmarxismo se opone a los fundamentos de la tradición marxista y trata de buscar una adaptación de los ideales de la izquierda a los nuevos movimientos sociales (el pacifismo o el ecologismo en el 68, por ejemplo, hoy las diversas mareas y plataformas).

Para el posmarxismo el sujeto político entendido como clase obrera queda desfasado porque no concibe el sistema económico como una unidad, sino como diversas estructuras independientes que se relacionan de manera circunstancial. 
Esto explicaría la autonomización de las esferas de lucha, dado que no sitúa a la lucha de clases como foco único de los antagonismos. Para el posmarxismo lo que consideramos la lucha de clases debe ser entendido como una articulación (relación de elementos independientes para una finalidad conjunta) de identidades sociales aisladas unidas en lo ideológico (por ejemplo, las distintas mareas).
Párrafo de Hegemonía y estrategia socialista, texto de Laclau

La lucha es, según esta visión, siempre una cuestión de discurso. La naturaleza discursiva e ideológica situada en el centro de la acción política explica la tendencia actual a dar una principal importancia al papel de los intelectuales (personas preparadas) y a la actualidad que ha tomado la figura de Gramsci (cuyo concepto de hegemonía como guerra de posiciones entre socialismo y capitalismo es más cercano a esta visión que la perspectiva leninista).

¿Y cuál es la situación en la práctica?

Si tratamos de aplicar toda esta visión teórica en el aspecto que nos interesa a fin de cuentas -la práctica-, observamos que la actualidad nos ofrece casi a diario numerosos casos  que generan graves dudas y aspectos muy contradictorios. Enumeremos algunos ejemplos de los últimos días:

"La pobreza energética mata": bajo este lema se convocó el fin de semana pasado una serie de actos surgidos en protesta por el tristísimo suceso que todos conocemos de Reus. Llama la atención la referencia a la "precariedad energética".¿Es posible vivir en precario en lo energético y no en lo alimentario, en lo laboral, en lo cultural y en el resto de necesidades? ¿Por qué se hace esta distinción que suena a eufemismo? 
Una posible respuesta está en las propias reivindicaciones que realizan los nuevos movimientos. Ante este problema se exige que las empresas se comprometan a mantener los mínimos energéticos a las personas sin recursos, en alusión a la defensa de los Derechos Humanos. Muy loable. Sin embargo, se observa que ya no se cuestiona la propiedad privada de los sectores estratégicos; el problema parece provenir de una mala gestión de esas multinacionales, mal llevadas por gestores corruptos. En otras manos y con un mayor control -se entiende- ese desajuste desaparecería. La cuestión no es apreciada como una más de las ramas de un mismo tronco que es el sistema económico, sino como un aspecto aislado. Por eso es posible considerar la "pobreza energética" como un hecho independiente y, por tanto, no entra dentro de los planes cuestionar la nacionalización, ni cambios en el modelo productivo (cuya simple mención resultaría por otra parte alarmante en la prensa y en la captación de votantes moderados).


 
La exhibición de una tricolor en la pasada
sesión de apertura de las Cortes ante Felipe VI 
por parte de un diputado de IU no fue bien vista
por sus compañeros de grupo
-la República: de manera similar, la cuestión de la Monarquía queda situada en la visión actual como una cuestión principalmente de despilfarro económico. La necesidad de plantearse otra forma política, su influencia en el entramado económico de nuestro país, la reparación y la justicia de los crímenes del franquismo o la recuperación de los ideales de aquella etapa quedan difuminados o relegados a una posición de espera ante otros asuntos que se consideran prioritarios (que crean hegemonía desde la perspectiva posmarxista, esto es, capaces de articular mayor número de sensibilidades en el amplio espectro ciudadano, más allá de la izquierda tradicional).


Teresa Rodríguez (Podemos Andalucía)
ha manifestado en diversas ocasiones
que las bases de la OTAN deberían
crear más empleo.
OTAN, Unión Europea: la salida de la OTAN o la UE son otras reivindicaciones que se han sustituido por una idea de restauración de estas entidades, que iría encaminada a una supuesta mejora social a partir de la mayor influencia de gobiernos progresistas en las instituciones internacionales, admitiendo de manera implícita la dificultad que entrañaría la salida y la búsqueda de relaciones internacionales alternativas. Este planteamiento condescendiente con los altos organismos plantea una situación extraña de equidistancia y tibieza en asuntos en los que se desearía una mayor firmeza ideológica, como es el caso de las intervenciones militares de Siria en la actualidad o las pasadas de Libia (recordemos la inclusión a dedo en las listas electorales del general de la OTAN que intervino en Libia), o como la necesidad de las bases militares en nuestro territorio (ya no cuestionadas sino incluso admitidas hasta el punto de solicitar mayor carga de trabajo), el apoyo a gobiernos como el de Ucrania o a personajes contrarios a gobiernos legítimos como los violentos opositores de Maduro en Venezuela. 
La exaltada preocupación mediática que ha suscitado recientemente la elección de Trump en EE.UU., por ejemplo, redunda en esa idea del mal menor que embauca al votante poco informado (en algunos casos el temor al nuevo presidente ha suscitado el elogio del "nobel de la paz" Obama o la elevación a "lideresa feminista" a Hillary Clinton) en la aceptación de lo posible dentro de lo que el sistema puede consentir como única vía tolerada para mejorar la situación social. 


Noticia de El País celebrando la reducción
de la deuda del ayuntamiento madrileño
-los llamados Ayuntamientos "del Cambio": en los ayuntamientos donde se ha logrado arrebatar el consistorio a PP o PSOE no se aprecia que la situación vaya encaminada hacia la mejora que se esperaba. Recientemente se anunciaba, valga de ejemplo, como un logro la gran reducción de la deuda del ayuntamiento madrileño, de manera que se sitúa de nuevo el despilfarro y la corrupción como eje central de los intereses, cuando debería ser la repulsa al espíritu de la reforma del artículo 135 (priorizar pago de la deuda sobre las urgencias sociales) el principal objetivo. Las empresas de servicios como la limpieza continúan en manos privadas, los negocios inmobiliarios de las grandes empresas no se han detenido, incluso ha desaparecido del ideario la función social de la vivienda (sustituido una vez más por la negociación con las empresas propietarias de los recursos, en este caso las inmobiliarias y los bancos). Se ha llegado, incluso, a homenajear sucesos anticomunistas y a apoyar a golpistas encarcelados en Venezuela.


En definitiva, es posible encontrar a diario alguna noticia de actualidad en la que quede en entredicho el beneficio que supone para la clase trabajadora la desaparición de una apuesta seria de izquierdas, a cambio de una coalición que sea capaz de disputar el gobierno al PP en futuras elecciones.

Se antoja complicada la creación de conciencia en la clase trabajadora en este ambiente. Antes bien de este modo la hegemonía socialista tiene más visos de ir perdiendo fuerza gradualmente ante el aumento del pragmatismo reformista como única alternativa. 
La influencia de las televisiones, cada vez más implicadas en el juego electoralista mediante la difusión de debates y entrevistas como si se tratara de programas de moda, alimenta la creación de líderes mediáticos en los que la clase trabajadora pueda depositar su confianza y la fe en un cambio a corto plazo a través de la participación en procesos electorales.
La movilización en la calle, la participación en sindicatos o la militancia en partidos quedan así menoscabados y reducidos a participaciones testimoniales y cada vez menos influyentes.

Animamos al lector a cuestionarse ¿quién tiene más opciones de ganar esa batalla ideológica, esto es, de situarse en la preponderancia hegemónica, en la situación que se nos plantea de este modo? ¿Es posible pensar que se está dejando un campo abonado para plantar la semilla del socialismo o más bien es la sal reformista la que proyecta un páramo en el que edificar una salida airosa a la crisis capitalista?

Cuesta comprender que de este modo pueda producirse aquella prometida disputa de la hegemonía a las fuerzas del régimen, ni parece indicar que la desaparición de IU o su disolución dentro de una nueva forma sea, como se ha anunciado, superar IU. Se supera lo que se adelanta o lo que se rebasa, no lo que iguala o retrocede.