jueves, 5 de octubre de 2017

Las perversas intenciones de los comunistas

Ayer una televisión local entrevistaba a mi agrupación sobre nuestro modesto ciclo de actos culturales, organizado en recuerdo de la Revolución de Octubre, y una de las preguntas fue la inevitable "¿qué opinan de las muertes  y la represión causadas por los bolcheviques?". 

Aunque como militantes ya estemos acostumbrados a situaciones previsibles como ésta, no deja de ser muy chocante. 

¿Imaginan, por ejemplo, que en el acto público de una hermandad religiosa sobre la celebración de un aniversario señalado  se le ocurriese a un periodista preguntar acerca de la Santa Inquisición o la pederastia?  A ningún profesional que quisiese conservar su puesto de trabajo se le ocurriría.

La leyenda negra establecida sobre todo lo relacionado con el comunismo permite que sea moneda común en la opinión pública la crítica peyorativa e injuriosa, a veces velada y otras veces sin disimulo. Incluso en determinados ambientes es obligatorio y preceptivo manifestar el rechazo al comunismo si se desea prosperar.
Red Son es un famosa historia de DC Comics que imagina el destino de un Supermán que en lugar de caer en Kansas hubiese caído en la Unión Soviética. Con su uniforme grisáceo, reúne todos los topicazos populares del comunismo: pobreza, autoritarismo, crueldad, miedo, represión, etc etc.

Supongamos por un momento que esa leyenda negra del comunismo tuviese algún fundamento. Sabemos que en realidad se basa en la rumorología y que su origen es la propaganda fascista de corte goebbeliana. Pero probemos a admitir que tuviese algo de razón. ¿Qué supondría esto?

El razonamiento que manejan los censores del comunismo viene a ser de este modo:
El capitalismo es un sistema que provoca ciertas injusticias, que es imperfecto y a veces causa daños "colaterales", pero que al final funciona y mediante una mano mágica equilibra las situaciones y pone a cada uno en su sitio. Es el sistema menos malo.
El comunismo es una bella utopía de igualdad y justicia que como teoría puede ser entrañable pero que al aplicarse en la realidad causa muerte y destrucción. 

Cartel de la Democracia Cristiana de los años 40, salvando a las madres de los rojos comeniños. De los actuales democristianos italianos han surgido perlas como Silvio Berlusconi.

Si desarrollamos este razonamiento, podemos deducir que: 
La bondad del capitalismo consiste en un reparto de la riqueza a través del predominio de unas pocas manos que concentran el capital, cuyos sobrantes caen sobre quienes colaboran con ellos. Aunque esto no impide que los daños colaterales causen entre otras circunstancias: hambre en los países destinados a ser patio trasero de los estados poderosos, mortandad infantil por inexistencia de sistemas sanitarios equitativos, guerras en nombre de la religión, fronteras y pateras con miles de ahogados, paro, marginación racial o de género, analfabetismo por carencia de educación pública, desahucios, recortes... entre otros pequeños inconvenientes del mundo capitalista en que vivimos.
Por contra, las aviesas intenciones de los cuadros comunistas, que siembran la muerte y el totalitarismo, se basan en iniquidades y actos terroristas del estilo: sanidad universal pública y gratuita, educación popular y libre, viviendas asequibles, pleno empleo, igualdad de la mujer, cooperación internacional... sólo por citar algunas de las infamias pretendidas por los rojos.


En fin, ironías aparte, es evidente que esta satanización del socialismo científico (como lo llamaba Engels para diferenciarlo del socialismo utópico, que es bienintencionado pero inocuo para el Capital) tiene un claro objetivo: impedir que las ideas emancipadoras de la clases populares puedan penetrar en el pensamiento de los trabajadores, de manera que perdure en el tiempo el dominio del pensamiento que permite la dominación de unas clases sobre otras y nunca jamás su liberación.

Pensad en ello, por favor. 



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