lunes, 9 de noviembre de 2020

¿USA vuelve a salvar la Democracia?



Recién conocemos el resultado de las elecciones USA, tras un eterno recuento en estados como Nevada o Dakota, cuyos nombres nos evocan las películas de los hermanos Coen.

Curiosamente se habló de tongo en el peculiar sistema de voto norteamericano, país que es el más observador, escrutador, fiscalizador y manipulador de los comicios de otros países a lo largo del Globo. Pero al fin hubo fumata blanca y ganó el que debía ganar, con gran alivio de la izquierda mundial, el señor Biden.

En esta entrada se hace un modesto análisis sobre la influencia que puede tener el resultado en España, teniendo en cuenta que desde la izquierda patria se ha calificado de positivo y de ilusionante. Incluso se ha aplaudido que esta victoria represente el avance de un sector teóricamente más democrático, frente a las maneras despóticas de Trump, más próximo a la idiosincrasia de la ultraderecha europea, y se ha celebrado la enseñanza que la democracia estadounidense ha dado al mundo.

No vamos a hacer referencia a las enseñanzas democráticas que podemos recibir de un país que sistemáticamente ha adulterado los resultados electorales de decenas de países, que ha impulsado y patrocinado golpes de Estado, que ha bloqueado economías de países enteros, que ha promovido atentados terroristas y asesinatos o ha empleado armas de destrucción masiva para doblegar a gobiernos que molestaban a sus intereses. Obviaremos este aspecto (que es mucho obviar, pero no queremos que nos pongan el sambenito de hipercríticos ni de aguafiestas).



¿Enfrentamiento de progresistas contra totalitarios?

Por suerte para los encargados del recuento de papeletas de Montana y para la salud de Antonio García Ferreras, el sistema político de EEUU es una democracia bipartidista. Sólo hay dos partidos, como sabemos, el Demócrata (Biden) y el Republicano (Trump). Realmente se presentan otros partidos (Libertario, Verde) pero su presencia es testimonial. Pese a que este año se presentaba la mediática candidatura del ¿músico? Kanye West, marido de la ¿actriz? Kim Kardashian, los dos grandes partidos copan más del 95% del electorado.

La propuesta bipartidista, aparte de simplificar mucho la cuestión y economizar polémicas, se presta convenientemente a reforzar la idea de la oposición y polarización entre ambas posturas. Hay que escoger bando, o se está de un lado o de otro. Criticar a Biden implica un cierto menoscabo al pertinente rechazo a Trump, dentro del silogismo falaz tan de moda en la nueva política. No hay posibilidad de matices ni de planteamientos alternativos que vayan más allá del conocido susto o muerte, Guatemala o Guatepeor. Pero obviemos también esto.

Supongamos que, efectivamente, las fuerzas democráticas acaban resumiéndose en EEUU en dos grandes tendencias, como una especie de gran segunda vuelta de dos finalistas, que corresponderían a una fuerza ultra conservadora, proteccionista, racista, bélica, totalitaria, personificada en el hombre naranja, Trump; enfrente tenemos una fuerza progresista, abierta, con ciertas inquietudes sociales, más democrática y solidaria, ejemplificada en personalidades como el propio Biden o su vicepresidenta Kamala Harris. 

Así pues, la teoría de la "lección democrática" de EEUU estaría fundamentada principalmente en la apreciación o en la percepción subjetiva que se haga de los dos bandos, en su simbolismo para la democracia mundial o tal vez en el bagaje ideológico que comprende cada uno de los bandos. Progresismo frente a autoritarismo. 

Pero todos sabemos que, en el fondo, en lo primordial, las decisiones importantes de ambos partidos son bastante similares. El sistema económico se diferencia en matices, pero coincide en lo fundamental. En cuanto a lo internacional, Obama también bombardeó países, también deportó inmigrantes, también bloqueó económicamente a gobiernos democráticos, también... (lo dejamos aquí, sigamos obviando). 

Dejando a un lado la afinidad en el gusto por los bombardeos y las deportaciones,  y puesto que el análisis no puede -no debe- basarse en apreciaciones subjetivas, podríamos decir entonces que son matices económicos los que diferencian, más allá del valor simbólico o ideológico, a ambas tendencias. Donde decimos autoritarismo debemos entender conservadurismo neoliberal y donde decimos progresismo debemos leer socialdemocracia y estado de bienestar. En el mejor de los casos (espulgadas todas las obviedades), este sería el meollo de la teoría del rescate de la democracia en EEUU, según nuestros representantes progresistas españoles.

Un poco de materialismo aquí, por favor. 

Como hemos hecho otras veces en este blog, nos ponemos las gafas con filtro materialista y volvemos a mirar. 

No hace falta profundizar en los vericuetos más ocultos de los autores clásicos para encontrar contundentes definiciones de la democracia en capitalismo. A simple vista nos aparecen en las obras más conocidas. El amigo Marx decía, sólo en el Manifiesto, que el gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes a toda la clase burguesa

Lenin tampoco se andaba con rodeos y en Estado o Revolución afirma que es una democracia para una minoría insignificante, democracia para los ricos: esa es la democracia de la sociedad capitalista. 

La experiencia de la interpretación de otros momentos pasados nos tiene que haber enseñado que sólo desde una perspectiva materialista se comprenden e interpretan debidamente los procesos históricos. Reducir la pugna electoral a un enfrentamiento entre ideas conservadoras y progresistas es pueril. ¿Puede tener cierta influencia ideológica o social? Pues si, puede. Pero solo en lo superficial. Esta forma de interpretar la situación vendría bien a quienes confían todo al resultado de las elecciones, que tantas veces hemos visto la escasa influencia que tiene en la clase trabajadora. ¿Sirve la victoria de Biden como modelo democrático a otros países? Puede que refleje alguna idea en votantes de otras partes. Pero ni el enorme aparato propagandístico que sustenta la candidatura de Trump se mueve sólo por patriotismo con modales autoritarios, ni la maquinaria electoral que impulsa a Biden se mueve por filantropía democrática. Tras ellos hay intereses económicos de enorme fuerza.

Que Twitter censurara al todavía presidente Trump da bastantes pistas acerca de una posible hipótesis que no necesite recurrir a explicaciones idealistas, bastante diferente del discurso elogioso a la nueva presidencia que se ha hecho en la izquierda española. Vamos a ella.



Una hipótesis quizás no muy elaborada pero seguramente más cercana a la realidad.

1. La crisis del coronavirus (más bien repunte del ciclo de crisis ante la incapacidad del sistema capitalista para resolver imprevistos como el que estamos viviendo, frente a la manifiesta superioridad de economías con cierta capacidad de planificación y sistemas públicos asistenciales) ha dejado muy tocada la credibilidad del sistema. Al capitalismo se le han visto de pronto todas las vergüenzas

2. En esta tesitura, en la que el imperio norteamericano ya venía tocado de las disputas tecnológicas con China y con miles de muertos y contagiados rechazados en hospitales por no tener seguro médico (el país más afectado por el virus), y ante el miedo de que el golpe le hiciera besar la lona, había que actuar de manera rápida. Mucho más frente a un Xi Jinping que anunciaba en la OMS que su vacuna iba a ser gratuita y un Putin que afirmaba haber vacunado a su propia hija con la vacuna Sputnik, mientras el alcalde de New York preparaba fosas comunes en Central Park.

3. Frente a esta situación crítica, el capital puede optar por dos caminos para salir del atolladero. La salida radical con tintes fascistoides, enrocarse en una posición neoliberal extrema y proteccionista, de muros anti emigrantes y provocaciones internacionales a los estados que osan cuestionar su sometimiento, por ejemplo Venezuela, tensar la situación internacional hasta provocar una guerra con cualquier pretexto. Esta vía, cuyo actor principal encarnaba a la perfección Trump, probablemente ya había agotado sus posibilidades: ni el proteccionismo arancelario ni el liberalismo a ultranza habían podido frenar la preponderancia tecnológica de China ya. Y una guerra podría haber puesto en cuestión la supremacía del ejército americano, pilar de su imperio, ante la superioridad rusa y china.

4. Sin embargo los trabajadores del mundo ya no tienen un referente similar a la URSS o la RDA, los dignos ejemplos como Cuba (capaz de competir en biotecnología y enviar brigadas médicas a otros países) son minimizados por un imperio mediático controlado por el capital. En la era de la información, con mayor capacidad para acceder a los datos, nos encontramos más desinformados que nunca

5. Así pues cabe valorar la otra alternativa, la vía moderada. La salida del auto rescate del capital, de las reformas, de las medidas keynesianas de inyección a las inversiones públicas, planes de sostenimiento social, ayudas a los sistemas públicos, subidas de impuestos, permisividad en el endeudamiento a los estados deficitarios, etc. 

6. Esto explicaría la transigencia del FMI con respecto a los planes de ingresos mínimos vitales, la condescendencia de los países "frugales" -más Alemania y Francia- al histórico Plan de Recuperación de la UE (ver entrada anterior bastante aclaratoria al respecto) e incluso me atrevería a decir la sorprendente actitud sesgada hacia la izquierda del Papa, ahora conocido como ciudadano Bergoglio para la extrema derecha hispánica. 



¿Y qué pasa con España entonces?

- Podría decirse que en general la política española ha recibido a los nuevos americanos con alegría. El nuevo Plan Marshall (en términos empleados por el propio Pedro Sánchez) de la Resiliencia europea fue el momento histórico del mes de octubre. Bien es cierto que como maná nos llegará la inyección de capital, en especial si como se ha afirmado en la presentación de los Presupuestos Generales se dedican partidas a necesidades prioritarias como la Ayuda a Domicilio, becas para estudiantes o la Atención Primaria. Aunque los dineros estarán fiscalizados por el freno de mano de la frugalidad. En teoría esta nueva y sorprendente permisividad de la UE nos permitirá hacer inversión pública, crear planes de empleo, algunas infraestructuras y, cómo no, ayudas a las empresas.

- Los planes de ingresos vitales y la elaboración de ERTES, pactados con gran velocidad en el diálogo social, se ajustan como anillo al dedo a esta tendencia de nuevo keynesianismo, (incluso han sido celebrados por autores neoliberales y grandes empresarios) y se ajustan también a las recomendaciones del Papa y en especial a las bendiciones de los que mandan en la Tierra, el FMI y el BCE.

 - El asunto de las vacunas. Hoy anunciaba la empresa Pfizer que ha realizado ensayos con un 90% de efectividad en su vacuna. Inmediatamente la empresa daba un enorme salto en su cotización en bolsa y el IBEX subía un 8%. ¿A qué se debe esto? Como sabemos desde hace meses, el Gobierno tiene contratada la futura distribución de la vacuna con grupos empresariales americanos. Es bastante improbable, por no decir imposible, que veamos aquí la vacuna china o la Sputnik, de hecho es bastante complicado encontrar alguna información sobre estas vacunas en medios nacionales. El mencionado Plan de Recuperación de la UE ya incluye que parte del gasto se dedique a comprar a las farmacéuticas del entorno occidental. Es por esto que en los Presupuestos Generales presentados el pasado mes, la partida destinada a Sanidad se incrementaba un 150 por ciento, más de 3.000 millones de euros, de los cuales 2.400 millones serán del Fondo REACT-EU e irán dedicados al refuerzo de la Atención Primaria y a la compra de vacunas

- La alternativa fascistoide en España, enojada por la derrota Trumpista, puede que cumpla aquí el mismo papel que en otras colonias americanas de Europa, la del Coco. Cuando alguien se atreva a cuestionar las progresistas medidas sale el coco fascista que nos recuerda que hay cosas peores. Por suerte de momento no parece previsible que el juego se les escape de las manos y tengamos una Marine Le Pen en España: la torpeza de los encargados de la marioneta, señoritos cortijeros berlanguianos e incompetentes antifeministas, nos salva. Pero no debemos descartar su crecimiento, dado que carecen de depredador natural en nuestro país, con una izquierda desprovista de ideología de clase.


En conclusión, aunque nos duela, es más acertado intentar analizar la realidad desde las motivaciones materialistas. Además debemos considerar los diferentes hechos no como situaciones aisladas, sin relación unas con otras. Todo tiene una consecuencia. Ni la permisividad de las instituciones antes tan estrictas y ahora espléndidas, ni los favores de la UE, ni la subida en bolsa de las farmacéuticas son hechos inconexos. Todo está relacionado y todo tiene una explicación razonada, y el engranaje de la realidad social se aprecia mejor si lo observamos desde la existencia de las clases sociales y de los grandes intereses económicos.

miércoles, 21 de octubre de 2020

El Plan de Resiliencia europeo y la acumulación de capital

"La violencia es la partera de toda sociedad vieja que lleva en sus entrañas otra nueva. Es ella misma una potencia económica." Marx, capítulo XXIV de El Capital, apartado 6, Génesis del capital industrial.



En esta entrada trataremos la relación entre deuda pública y acumulación de capital. Comprobaremos su importancia al establecer a comparación las conclusiones que obtengamos con la realidad misma de la actualidad española, analizando el considerado como "acuerdo histórico" del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. La cuestión no es insignificante, pues afectará a la sociedad española, al trabajo, a las infraestructuras o a los servicios públicos, en general a la vida de todos en las próximas décadas, ante la influencia de la pandemia.


La deuda pública como parte necesaria en el origen del proceso de acumulación.

Si ustedes recuerdan, allá por el mes de marzo (cuando ya era evidente que debíamos confinarnos y ya no se veían tan ridículos a los chinos con sus mascarillas), se produjo una cruenta polémica entre los Estados miembros de la UE, que enfrentaba a un grupo de países del sur con los denominados "países frugales". 

En ella el primer ministro de Portugal llegó a tildar de "repugnante y mezquino" a su homólogo holandés (aquí un enlace a noticia de aquellos días por si quieren refrescar la memoria). Aquel enfrentamiento ponía cara a cara a estos países llamados frugales, capitaneados por Holanda y su beligerante primer ministro Mark Rutte, y que vendrían a agrupar a Países Bajos, Austria, Suecia o Dinamarca, frente a otros como Portugal, Italia o España. Si recordamos, las noticias nos llevaron la buena nueva de que Francia o Alemania, en una posición mediadora, lograron forzar una postura equitativa y la resolución del famoso acuerdo. En aquel suceso la elección del término frugal para referirse a estos países nórdicos parece cualquier cosa menos casual. 

La calificación de frugal sugiere en el imaginario popular la idea de que estos países nórdicos son ahorradores, austeros y eficientes, en oposición a los meridionales, despilfarradores, manirrotos y dispersos. El fondo económico de este calificativo estaría en el déficit de cada Estado, esto es, la relación entre el gasto y los ingresos. Los países sureños habrían desaprovechado la época de las vacas gordas para equilibrar su déficit, cosa que sí hicieron los nórdicos. Es decir, dentro de la habitual lógica idealista del capitalismo, ajena al análisis materialista tan frecuentemente, la cuestión de la frugalidad vendría a ser una versión moderna de la fábula de Esopo sobre la cigarra y la hormiga. 


Podríamos preguntarnos una cosa. ¿Han sido esos Estados frugales desde siempre? ¿Cuándo aprendieron frugalidad y cómo así, que nosotros nos perdimos la clase?

En el famoso capítulo XXIV del que se extrae la cita que encabeza esta entrada, Marx describe el proceso de acumulación originaria. Esta acumulación primaria, dice nuestro amigo Carlos, hace las veces de la manzana de Adán en la Biblia, es el pecado original del capitalismo, un no se culpe a nadie del reparto de papeles que le ha tocado vivir a cada nación. Recomendable repasar este fundamental capítulo para entender cómo se produce la acumulación a través de las etapas históricas del capitalismo.

Casualmente, Holanda es citada unas veinte ocasiones en él. Podemos leer, por ejemplo: "Bajo el sistema colonial, prosperaban como planta de estufa el comercio y la navegación. Las colonias brindaban a las nuevas manufacturas, que brotaban por todas partes, mercado para sus productos y una acumulación de capital intensificada gracias al régimen de monopolio. El botín conquistado fuera de Europa mediante el saqueo descarado, la esclavización y la matanza refluían a la metrópoli para convertirse aquí en capital. Holanda, primer país en que se desarrolló plenamente el sistema colonial, había llegado ya en 1648 al apogeo de su grandeza mercantil."

Durante el siglo XVII, la supremacía comercial establece las bases de la supremacía industrial. Es por esto la relevancia que las naciones poderosas daban a la posesión de colonias. El comercio entre puntos distantes del globo lleva a la creación de los créditos y los primeros bancos. La propia palabra banco tiene su origen en Italia, donde sobre bancos (escritorios) los primeros banqueros realizaban sus préstamos. En ciudades como Génova o Ámsterdam se cocinaban las grandes operaciones económicas coloniales. Familias como los Fugger o los Médicis fueron los precursores de la deuda entre Estados: "La deuda pública se convierte en una de las palancas más potentes de la acumulación originaria. Es como una varita mágica que infunde virtud procreadora al dinero improductivo y lo convierte en capital (...). La deuda pública ha venido a dar impulso a las sociedades anónimas, al tráfico de efectos negociables de todo género, al agio (especulación sobre el cambio de moneda); en una palabra, a la lotería de la bolsa y a la moderna bancocracia".

Esa bancocracia, o excesivo poder de los bancos en los distintos gobiernos, son desde su origen muy similares a lo que son ahora, sociedades de intereses económicos: "los grandes bancos no fueron nunca más que sociedades de especuladores privados que cooperaban con los gobiernos y que, gracias a los privilegios que éstos les otorgaban, estaban en condiciones de adelantarles dinero. Por eso, la acumulación de la deuda pública no tiene barómetro más infalible que el alza progresiva de las acciones de estos bancos".

Para los que somos ajenos a los conceptos económicos, podría parecer que hipotecarse es un mal negocio. Endeudarse, incluso al nivel de Estado, no es negativo en capitalismo, al contrario: "La deuda pública, o sea, la enajenación del Estado —absoluto, constitucional o republicano—, imprime su sello a la era capitalista. La única parte de la llamada riqueza nacional que entra real y verdaderamente en posesión colectiva de los pueblos modernos es la deuda pública. Por eso es perfectamente consecuente esa teoría moderna, según la cual un pueblo es tanto más rico cuanto más se carga de deudas". De hecho, en la actualidad, por delante de España se encuentran entre los países que más deuda pública poseen significativas economías como EEUU o Japón. 

La clave de esa permisividad del endeudamiento, que en la lógica simple debería considerarse un proceso poco recomendable, está en la manera en que esos capitales prestados son cubiertos, a través del sistema tributario, que tiende a encarecer principalmente los productos de primera necesidad: "Como la deuda pública tiene que ser respaldada por los ingresos del Estado, que han de cubrir los intereses y demás pagos anuales, el sistema de los empréstitos públicos tenía que ser forzosamente el complemento del moderno sistema tributario. Los empréstitos permiten a los gobiernos hacer frente a gastos extraordinarios sin que el contribuyente se dé cuenta de momento, pero provocan, a la larga, un recargo en los tributos. A su vez, el recargo de impuestos que trae consigo la acumulación de las deudas contraídas sucesivamente obliga al Gobierno a emitir nuevos empréstitos, en cuanto se presentan nuevos gastos extraordinarios. El sistema fiscal moderno, que gira todo él en torno a los impuestos sobre los artículos de primera necesidad (y por tanto a su encarecimiento) lleva en sí mismo, como se ve, el resorte propulsor de su progresión automática. El excesivo gravamen impositivo no es un episodio pasajero, sino más bien un principio".




Acumulación y endeudamiento en la actualidad.

Llegados a este punto, nosotros que somos de natural curiosos, nos hacemos otra pregunta. Esto fue publicado por Marx en el año 1867. ¿Estará ya obsoleto o puede verse un reflejo en la sociedad actual? ¿Estamos seguros de que esto no es algo desfasado, dado que hoy día todo es muy complejo?

Marx termina este interesante capítulo XXIV con una referencia a la tendencia histórica de la acumulación capitalista. Lenin toma el relevo y aplica el método materialista y dialéctico marxiano para demostrar que el capitalismo pasa a una fase diferente, el imperialismo, en la que los grandes capitales se concentran y dan lugar a monopolios a partir de finales del siglo XIX. Unas cuantas empresas monopolizan los sectores económicos más importantes. Los bancos manejan cantidades tan enormes de capital financiero que se vuelven imprescindibles para la economía de los gobiernos. Ya no quedan colonias por descubrir, el mundo está repartido, así que las grandes potencias disputan entre ellas por el control de los recursos.

Tras la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos adquieren el papel dominante y se decide el nuevo orden económico mundial en los acuerdos de Bretton Woods, que establece la creación del Fondo Monetario Internacional, y del dólar estadounidense como moneda de referencia internacional.

Este proceso de expansión y acumulación capitalista llevó a que los grandes bancos mundiales lograran colocar en los países en desarrollo grandes capitales a bajo tipos de interés. Pero los tipos de interés eran varia­bles y la deuda crecía tras los ciclos de crisis, como la del petróleo. Tal y como indica Marx, la deuda genera más deuda.

En las décadas de los 80 y 90 las deudas de los países se multiplica por 10. La tendencia es creciente hasta la fecha.  El incremento del desempleo y la incapacidad de las medidas keynesianas para enfrentar la crisis condujeron a que las clases dominantes se decidieran a recuperar el terreno perdido, mediante el neoliberalismo: privatizaciones, aumento de la globalización, liberalización de los mercados de bienes y servicios o  flexibilización de los mercados de trabajo son las consecuencias neoliberales.

El endeudamiento sigue creciendo. La clave en los últimos años está en el trasvase de los llamados "activos tóxicos" a la deuda pública. Las ayudas a la banca endosan a las administraciones públicas los costes asociados a los activos tóxicos. Así, son las clases populares quienes pagan la factura mediante recortes en salarios, en servicios públicos o en las pensiones. 


La deuda y la acumulación en la Unión Europea.

Llegados a este punto, nuestra perspicacia nos puede hacer pensar que, bueno, esto es porque el sistema en el que vivimos es el menos malo y que las peores consecuencias se las llevan los pobres cubanos o venezolanos, que osaron sacar los pies del plato, o los bolivianos que se empeñan en no votar como quiere EEUU, no nosotros que somos europeos y tenemos una moneda común y libertad de circulación y fondos para repartir entre los países miembros. ¡Esto es Europa, no una colonia del siglo XVII!  

Me temo que la realidad nos puede dar un disgusto. En los años 80, la adhesión a la UE de los miembros de Europa del sur estuvo acompañada de una considerable desindustrialización. La industria de España se redujo significativamente por su incorporación a la UE. Esta forma de reordenar el sistema productivo español respondía a los intereses de los países industriales exportadores más poderosos, como Alemania. La economía en España se destinó al sector inmobiliario y al turismo. Esta tendencia se incrementó además por la sobrevaloración de la peseta que, debido al descenso de los precios de las importaciones, debilitó el mercado doméstico.

Por tanto, es correcto afirmar que la incorporación de los países del sur a la UE trajo consigo un modelo de desarrollo desigual. Entidades como la famosa Troika obligaron a los gobiernos de los países más endeudados a cumplir estrictas medidas de austeridad. Ni siquiera importantes movimientos políticos como Syriza en Grecia, que acabó siendo vendida a trozos, pudieron oponerse a las restricciones o los recortes, en un vano intento por salir de la situación actuando desde dentro de las instituciones ya existentes.



Características macroeconómicas de la deuda.

Como hemos visto (y hemos observado que Marx describió hace siglo y medio), el proceso de deuda externa forma parte del paisaje natural del capitalismo; el hecho de que una nación se endeude con otra y obtenga créditos está dentro de las prácticas económicas habituales. 

El problema llega cuando el país deudor ya no está en situación de pagar los intereses en los plazos prefijados, es decir, cuando un país ha agotado sus existencias de reservas externas y no recibe ningún tipo de importación de capital. Para los países acreedores, es imprescindible que los créditos obtenidos deban producir intereses, lo que significa que el país deudor otorga a los acreedores extranjeros el derecho sobre unos beneficios futuros, obtenida en el proceso productivo interno, que como es lógico satisfaga los intereses pactados.

Es decir, a los países acreedores les interesa mucho que se produzca un crecimiento económico suficiente para poder superar la satisfacción de las deudas externas sin pérdidas de bienestar material (al menos el mínimo que le permita producir) en el país deudor.

En esto consiste lo que los expertos consideran las condiciones de éxito de un proceso de endeudamiento. Para que un proceso de endeudamiento externo no acabe en una crisis, se consideran una serie de criterios.

El criterio de transformación hace referencia a que los créditos no deben emplearse para aumentar el consumo interno, sino que deben transformarse en inversiones nacionales productoras de ingresos, de manera que la balanza aumente por la parte de ingresos a través del PIB y se reduzca en el consumo, especialmente el público.

Otros criterios como el criterio de eficiencia indica que las inversiones financiadas con recursos ajenos deben reflejar una rentabilidad superior al tipo de interés real internacional, para que se autofinancie el servicio de la deuda (pueda seguir la tendencia en un ciclo continuo de endeudamiento) y el criterio de transferencia que obedece a que el capital importado se debe invertir de tal forma que se obtengan productos competitivos en el mercado mundial. 

Como vemos, un proceso de endeudamiento es considerado exitoso, en palabras llanas, si no termina asfixiando al país endeudado sino que le permite mantenerse activo de modo que la rueda del capital financiero siga circulando, si permite perpetuar el modelo y, en especial, si transforma el modelo productivo de modo que sea beneficioso para los países que prestan el capital, esto es, reduciendo el gasto de los países impulsados con los préstamos y aumentando su capacidad productora en género que sea comercialmente atractivo para los inversores. 

Este aparente contrasentido explicaría las actuaciones a veces sorprendentes de los organismos internacionales, como el reciente anuncio del Fondo Monetario Internacional que pedía a los gobiernos el aumento de los impuestos a las grandes empresas para ayudar el gasto público, o la condescendencia por parte de los sectores neoliberales a las medidas de ayuda social como los ERTES o los ingresos mínimos. 



El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. España puede.

En el escenario que ha planteado la pandemia producida por el covid-19  (cuya aparición ha desnudado todas las vergüenzas del sistema capitalista, como son su incapacidad de plantear una respuesta a corto o medio plazo a una crisis sanitaria sobrevenida dado su carácter caótico y dependiente de la respuesta de los mercados, y ha puesto en evidencia la superioridad de los sistemas que posean cierta planificación económica, así como la necesidad de sistemas públicos sanitarios), la Unión Europea debía responder con prontitud, puesto que el enfrentamiento mencionado al inicio de esta entrada entre los países miembros dejaba a la luz su carácter puramente comercial y nula empatía social.

Tras unos meses de negociaciones, finalmente se llegaba al acuerdo, que responde al rimbombante nombre de Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, nombre que no deja de ser bastante significativo como veremos al fin.

El presidente Sánchez, que unas semanas antes ya había hecho referencia a la necesidad de un nuevo "plan Marshall", en palabras literales, anunciaba con sus socios de gobierno el plan con la promesa de la creación de miles de empleos (800 mil) y la modernización de la economía española

El acuerdo es considerado tan memorable que fue lanzado con el sobrenombre Next Generation UE, (a nivel local, España puede) y moviliza una inyección de 140.000 millones en fondos europeos para España (de un total de 750.000 millones para todos los países miembros), lo que supone un buen pellizco del pastel para nuestro país. La novedad del plan está en su volumen y en que el dinero procede de una masiva emisión de deuda conjunta por parte de la Comisión Europea. Los Estados miembros se endeudarán de forma conjunta y a un alto nivel.

Las líneas generales del plan serían la modernización del tejido productivo, la transformación tecnológica y digital y el desarrollo de una serie de medidas o palancas que deben proyectar la economía (fundamentalmente desarrollo de infraestructuras, impulso del turismo, ayudas al empleo y despliegue del Ingreso Mínimo Vital, modernización del sistema fiscal), todo ello cruzado por cuatro ejes transversales: la transición ecológica, la transformación digital, la igualdad de género y la cohesión social y territorial.

En general, un plan que parece muy atractivo. La pregunta capciosa de rigor sería  ¿de dónde saldrá el dinero? 

La respuesta que nos ofrecen es que saldrá de todos. Es decir, el dinero que llegue a España no será dinero prestado por los frugales. Será dinero europeo obtenido con la emisión conjunta de deuda

Los gobiernos deberán enviar a Bruselas un Plan Nacional de Reformas en las que se detallen las inversiones y reformas a realizar. Esos planes están condicionados, deben seguir las recomendaciones específicas por país (CSR, por sus siglas en inglés) a instancias de la Comisión Europea. 

Además, existe el llamado ‘freno de emergencia‘, medida incluida para frenar las inquietudes de los países frugales. Ese freno de emergencia se activa cuando un Estado miembro considera que algún país no está cumpliendo los objetivos. Con este mecanismo la Comisión Europea puede analizar el destino de las inversiones realizadas y la forma en que se recuperarán las cantidades prestadas (en otras palabras, que se cumplan los criterios de transformación y eficiencia antes explicados, para que resulte beneficioso a los acreedores).



Conclusiones, análisis del plan desde la perspectiva de la acumulación.

Antes de entrar en las características particulares del plan, el acuerdo tiene dos matices en lo general que no dejan de ser muy llamativos:

a) la UE como institución ya había quedado al desnudo antes de la pandemia y el virus sólo ha constatado la necesidad de superar un organismo cuya misión es la de sostener como sea un sistema económico caótico y profundamente desigual, que está alineado con el imperialismo norteamericano y tras su supuesta labor social esconde las bases militares que prolongan la supremacía americana, muy tocada por el auge de China. La UE no es reformable ni hay indicios que justifiquen ahora las maniobras de reanimación de una institución colapsada, por mucho temor que se tenga a la pandemia.

b)  la economía política pone de nuevo de manifiesto que el capitalismo considera a las sociedades, al ser humano y a la naturaleza, un puro negocio para el beneficio de unos pocos elegidos. Así como se analizan los sistemas sanitarios como si se tratase de empresas (cuando obviamente la salud no es un producto que permita obtener beneficios, ni es mensurable la salud de un pueblo), del mismo modo se valoran los procesos económicos en función del beneficio que produzcan y del movimiento favorable a los intereses de una oligarquía en los mercados; en absoluto se tiene en cuenta que tras esos procesos se encuentran seres humanos, si no es para que produzcan y sean rentables.


En cuanto a las características particulares del plan, como hemos dicho el propio nombre, plan de recuperación, transformación y resiliencia, nos da pistas de su naturaleza:


1. Recuperación: Si observamos la situación desde la perspectiva neoliberal, el sistema ha estado a punto de derrumbarse tras la primera oleada de la pandemia. En principio se comprobó que el confinamiento era una medida acertada para frenar los contagios. Pero esto dificultaba la economía, en especial en un país como el nuestro, dependiente de la hostelería y el turismo, así que la "nueva normalidad" nos llevó a una realidad similar a la anterior pero con mascarillas, distancia social y el riesgo permanente de engrosar los ingresos en las unidades de cuidados intensivos.

Una segunda oleada acabaría tumbando el sistema. De ahí la necesidad de imponer un plan de choque, que respondería al primer término del plan, la recuperación. 

Los países frugales probablemente nunca habrán estado en contra de un nuevo endeudamiento, aunque sea conjunto. Sus objeciones posiblemente se hayan producido por las cantidades destinadas a la deuda pública o al interés en que devolverán las cantidades. Pero ni a Holanda ni a Alemania ni a ninguno de los países desarrollados les incomoda el plan. Al contrario, como hemos visto, les interesa prolongar el proceso de deuda, mucho más en un contexto de moneda única en el que no tendrán el problema de exportadores más competitivos.  La economía holandesa podrá seguir siendo frugal (consumirá menos de lo producido) a costa del esfuerzo de los países del sur. 

Por su parte, la Alemania de Merkel ha comprendido, como cualquier neoliberal que tenga dos dedos de frente, que ante una crisis como la que se presenta, es conveniente que el aparato de la UE no se desmorone y que, por tanto, era preciso sostener a los países del sur. Eso explica su papel de intermediario amistoso junto con Macron. La comunidad -económica- europea necesitaba de los consumidores sureños para seguir viviendo.

2. Transformación: la teórica transformación del sistema productivo no ha tardado en manifestar una curiosa noticia en esta misma semana. Inditex, la empresa del destacado multimillonario Amancio Ortega (a quien al parecer Amazon rendirá pleitesía con una serie dedicada a su vida) solicitará 100 millones de los fondos europeos para crear una nueva sede en Galicia. Eso sí, la sede será ecoeficiente, sostenible, tecnológica y todos los aditamentos requeridos para ser admisible por los tiempos modernos.

No es la única empresa con ingresos millonarios que solicita acogerse a los fondos. El pasado día 15 de octubre era la fecha en que se abría la posibilidad para que España presentara su borrador del plan de recuperación acordado con la UE y las empresas han presentado ya un millar de proyectos, entre los cuales figuran planes de la propia Inditex, de Endesa, Iberdrola o Ferrovial.

Sólo Inditex registró un beneficio neto de 3.639 millones de euros en su año fiscal 2019-2020, con un incremento del 6% respecto al ejercicio anterior. 

Por su parte, Adif, la empresa de infraestructuras ferroviarias que permanece en sospecha por la participación en los contratos investigados en Suiza por parte del rey emérito, comunicó que la compañía tiene proyectos en cartera ya avanzados que suponen un total de 14.000 millones de euros. Eso sí, enfocados en la reducción de las emisiones y a la digitalización.

Endesa, conocida puerta giratoria de personalidades como Aznar, Elena Salgado o Luis de Guindos, ha planteado hasta 19.000 millones de euros de gasto para el uso de los fondos de la UE con un total de hasta 110 proyectos.

Con esta carta de presentación, que esperemos se encuentre la objeción del gobierno actual, que se precia de progresista, se antoja complicado que se cumplan las metas planteadas de transformación y renovación del tejido productivo. 

La promesa del Ejecutivo incluye los mencionados 800.000 empleos en su legislatura. La cuestión será saber: ¿Qué tipo de empleos? ¿Estarán encuadrados dentro de la legislación actual o no se derogarán las reformas laborales? ¿Permitirán los países frugales que España trate de escapar de su papel colonial de sede turística y hostelera con mano de obra barata? ¿Mejorarán las condiciones del sector agrícola tan castigado en los últimos años? ¿Permitirá la bancocracia nacional que el conjunto de inmuebles que ostenta como posesiones tóxicas rebaje el precio del alquiler y de la venta de viviendas?

3. Resiliencia: este término, que tiene visos de ser la palabra de moda en esta temporada, hace referencia a la capacidad para adaptarse con resultados positivos a una situación traumática. 

Llámenme mal pensado pero me resulta inevitable pensar que es un eufemismo que esconde la intención de averiguar hasta qué punto es capaz la clase trabajadora española de soportar la sobreexplotación. ¿O debemos pensar que la capacidad de resistencia que se ponga a prueba será la de los propietarios de grandes empresas y las grandes fortunas?

Las ayudas europeas a las empresas españolas serán en su mayoría en forma de préstamos (las transferencias a fondo perdido no pasarán de los 33.000 millones de euros) lo que supondrá una carga sobre la hacienda española. El Gobierno había planteado la posibilidad de una reforma fiscal que aumentara los impuestos a las rentas más altas, pero esta reforma ha quedado aparcada para más adelante, bajo la excusa del presidente Sánchez en que este momento es para invertir y sostener las empresas competitivas

En cambio, sí se han presentado ya propuestas sobre servicios digitales,  conocido como tasas ‘Google’ y otros relacionados con la fiscalidad medioambiental, en línea con las recomendaciones de la Comisión Europea, como la creación del impuesto sobre envases de plástico de un solo uso, y el incremento del IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas del 10% al 21%. 

Otro aspecto que el FMI ha pedido a España es un paquete de reformas de las pensiones y el ajuste de variables para que se produzca el deseado incremento de las pensiones con el IPC. El asunto de las pensiones es un deseo recurrente de los organismos europeos con respecto a España, país que ostenta una de las poblaciones más envejecidas del mundo.

Una reciente polémica sobre el precio de las mascarillas en España, superior al de otros países, desveló que una directiva europea de 2006 impide a España bajar el IVA unilateralmente a las mascarillas, pues el Tribunal Europeo en una sentencia de 2013 prohibió a España bajar al 10% el IVA del material sanitario.

España es uno de los países europeos más afectados por la pandemia. Hasta la fecha, la UE no ha tenido inconveniente en que se haya reiniciado la actividad turística y hostelera en nuestro país, se han producido viajes comunitarios, pese a que nuestro sistema sanitario acarrea ya años de recortes y privatizaciones. La población vive en muchos casos hacinada en viviendas en las que no se dispone de espacio para realizar aislamientos cuando son necesarios.

Nada se habla ya en España sobre la cuestión de la deuda, ni sobre el rescate a la banca. Hace unas semanas, la Audiencia Nacional absolvía a Rodrigo Rato y a los demás acusados por la estafa en bolsa de Bankia. 

¿Debemos suponer que también la UE será sometida a la prueba de resiliencia de permitir el cambio de los países del sur hacia un modelo productivo que rompa su papel de colonias turísticas y agrícolas de los países nórdicos y más desarrollados?

Si la violencia en los periodos descritos por Marx en los que se acumulaba el capital de manera originaria o por Lenin en el origen del imperialismo eran visibles por el ruido de espadas y mosquetones, hoy en día la violencia necesaria para crear la acumulación de capital no se aprecia ni produce aparentemente ríos de sangre. La violencia es más sutil. O quizás nosotros estamos adormecidos por el exceso informativo de la época en que vivimos. La violencia está en los trabajadores obligados a usar el transporte público y a enfrentarse al virus sin las medidas necesarias, en los sanitarios explotados con la excusa del heroísmo, en los ancianos abandonados en las residencias, en los colegios con aulas saturadas y sin medios de prevención, en el desamparo de los usuarios a los que las recortadas plantillas de los centros de salud no puede atender.

Entonces como ahora, la violencia trae al mundo las reformas que son necesarias. "Si el dinero «nace con manchas naturales de sangre en un carrillo», el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies hasta la cabeza"


domingo, 26 de julio de 2020

El noticiero sideral


NOTICIERO SIDERAL que desvela espectáculos GRANDES y MUY ADMIRABLES, 
e invita a todos a contemplarlos, pero especialmente a FILÓSOFOS y ASTRÓNOMOS, 
los cuales fueron observados por GALILEO GALILEI, gracias a un CATALEJO recientemente logrado por él, 
en la FAZ DE LA LUNA, en INNUMERABLES ESTRELLAS FIJAS, en el CÍRCULO LÁCTEO, en ESTRELLAS NEBULOSAS, pero especialmente en CUATRO PLANETAS que giran alrededor de Júpiter con distintos intervalos, y periodos, a velocidad sorprendente


De este modo tan espectacular presentaba en el frontispicio o página inicial el editor del Noticiero sideral, Sidereus Nuncius, nombre elegido para presentar al mundo de manera impresa los descubrimientos que Galileo había realizado con su catalejo perfeccionado. No era para menos pues esos descubrimientos eran tan admirables que terminarían de poner el mundo del conocimiento patas arriba, tras el centrifugado revolucionario iniciado por Copérnico.

El mensajero recién llegado de las estrellas era impreso a inicios de 1610. El año antes, Galileo había recibido noticias de un catalejo ideado por un autor holandés y se le encargó perfeccionarlo con fines militares. Galileo usó sus conocimientos matemáticos y físicos para crear un catalejo más potente, que le sirvió para obtener el favor (y la tranquilidad económica) de los Médici. Con esta seguridad pudo dedicarse a lo que de verdad le interesaba, que era dirigir su perspicillum (lente o anteojo, hasta más tarde no sería llamado telescopio) hacia el cielo.

Lo que vio confirmó sus teorías, que refutaban las ideas establecidas en su tiempo y que permanecían inmutables desde tiempos de Aristóteles. Este hecho transformaría nuestro mundo. Tanto es así que aún hoy los seres humanos que habitamos el planeta seguimos sintiendo, aunque no seamos conscientes, sus consecuencias. En una entrada anterior traté de exponer estas consecuencias advirtiendo las conexiones que a través de los siglos nos llevan a los papas actuales con la inquisición que juzgo a Galileo. En esta nueva entrada intentaré explicar por qué. 


Galileo mostrando el uso de su invento al Duque de Venecia, óleo de Bertini.

Galileo dedicó los últimos meses de 1609 a observar como decimos el cielo con su catalejo perfeccionado. Apenas ese tiempo le bastó para tener a principios del año siguiente bastante material para publicar el Noticiero, con datos tan notables que en un librito de apenas cincuenta páginas echaría abajo todo el sistema  planteario aristotélico-ptolemaico, considerado correcto hasta entonces.

Grandes cosas, sin duda, propongo en este breve tratado para que sean examinadas y contempladas por cada uno de los que estudian la naturaleza. Con estas palabras iniciaba el autor su obra, antes de exponer que con su instrumento había logrado ver innumerables estrellas, más de las conocidas hasta la fecha, así como la Luna a gran aumento. De modo que podía afirmar que la Luna  de ninguna manera está cubierta por una superficie lisa y pulida, sino áspera y desigual; y que a semejanza de la faz de la propia Tierra se encuentra llena de grandes protuberancias, profundas lagunas y anfractuosidades.



En esta imagen anterior vemos los primeros dibujos realizados por Galileo (preciosas acuarelas) tras observar la Luna. 
En los dibujos se representa el terminador o línea que separa la zona iluminada de la oscura en la cara de la Luna. Gracias a esta línea y al efecto óptico de las sombras es más apreciable el contorno rugoso, plagado de cráteres, de su superficie. Antes de esta sorprendente observación se daba por hecho que los cuerpos celestes estaban envueltos en una esfera perfectamente lisa, siguiendo el modelo aristotélico: Resultará grato y hermosísimo demostrar, materialmente, que la sustancia de las estrellas que hasta hoy los astrónomos llamaron nebulosas dista mucho de ser lo que se ha creído hasta ahora.

A este descubrimiento le sigue otro no menos admirable: lo que sobrepasa cumplidamente toda admiración, o lo que, ante todo, nos empuja a llamar la atención de todos los astrónomos y filósofos, es precisamente el hecho de que encontremos cuatro estrellas erráticas, que ninguno de ellos conociera ni observara antes que nosotros, las cuales, a semejanza de Venus y de Mercurio alrededor del Sol, tienen
sus propios periodos alrededor de una estrella bastante famosa. Galileo descubría cuatro de los satélites de Júpiter, que lógicamente orbitaban alrededor de este planeta, que a su vez gira alrededor del Sol, con lo cual quedaba definitivamente descartado el modelo establecido.

Es curioso seguir el minucioso detalle de las posiciones de las lunas de Júpiter descritas en el libro. Pero bueno, esto son detalles astronómicos que posiblemente hoy interesen a muy pocos. Vamos a lo que había motivado esta entrada.

¿Qué consecuencias suponen los descubrimientos de Galileo?
Se considera a Galileo el padre de la ciencia moderna. Introdujo el método científico que establece que para desarrollar nuevos conocimientos hay que emplear una determinada norma: la observación, la experimentación y el establecimiento de hipótesis, que posteriormente son contrastadas o refutadas por otros experimentadores. 

Es conocido el afán de experimentación de Galileo, en especial con el famoso experimento en el que arrojaba dos objetos de semejante tamaño y distinto peso, se cree que desde una torre similar a la de Pisa. ¿Cuál es el sentido de esa voluntad por la experimentación?

Tras la publicación del Noticiero sideral, Kepler tuvo en sus manos el libro apenas unas semanas después. Este tardaba apenas unos días en responder escribiendo al italiano una misiva posteriormente publicada y conocida como Conversación con el mensajero de las estrellas. Este curioso diálogo entre mensajeros siderales supone la primera campaña de investigación científica a tiempo real entre distintos puntos del planeta.

Esta es una de las características primordiales del método científico, la posibilidad de establecer un método estable y contrastable que pueda ser observado mediante la experimentación por distintos agentes, aunque no exista relación entre ellos, de manera que las conclusiones obtenidas sean perfectamente objetivas. Esto es, ajenas por completo a la subjetividad de la reflexión de un solo autor o una escuela o tendencia de autores

La realidad así es comprendida por la observación rigurosa de los elementos materiales. No por la reflexión individual de los sujetos, quienes pueden estar influenciados por lo previamente aprendido, sus propias vivencias, el entorno ideológico o cultural, etc.

Otra característica estimable del método científico es que procura llegar al conocimiento de las realidades desarrollando y perfeccionando los elementos tecnológicos (que permiten medir cada vez de manera más exacta y por tanto experimentar con mayor propiedad). Estos avances suponen un desarrollo del ser humano en cuanto a su capacidad para conocer el mundo y la posibilidad de evolucionar hacia modelos de sociedades más alejadas del oscurantismo y las supersticiones. 

Es aquí donde la ciencia choca con las tradiciones, tal y como Galielo se vio obligado a renunciar de sus descubrimientos atormentado por un proceso inquisitorial que le llevó a vivir el resto de sus días detenido en su casa y con sus obras incluidas en el índice de libros prohibidos.


Disculpen el chiste, pero en cierto modo refleja el enojo de Galileo con el papa y su brazo armado Belarmino, sustituyendo brain por dick

La mentalidad supersticiosa y acientífica demuestra un perfecto maridaje con el poder establecido. Los descubrimientos científicos y el avance tecnológico suponen una amenaza para quienes ostentan el poder, pues su intención es la de perpetuarse en un modelo social inalterable, y cualquier advertencia de desarrollo social es vista como una amenaza a su poder.

La lucha de las ideas es desde tiempos de Aristótelés una lucha entre el idealismo y el materialismo, entre las reflexiones reveladoras de un determinado personaje o escuela del saber y las observaciones realizadas mediante el razonamiento riguroso y objetivo a través del estudio de las muestras materiales. 

Si, como decía Althusser, los griegos abrieron el continente Matemáticas con sus hallazgos sobre los números y Galileo inauguró el continente Física con su nuevo método científico, sería Marx quien hubiese dado las llaves de un nuevo territorio inexplorado, que sería el del desarrollo de las ciencias sociales.

No es casual que hoy día veamos a personas proclamando, con éxito de seguidores en todo el mundo, curiosas teorías sobre las vacunas, por ejemplo. No es casual que esto suceda en plena pandemia y que hasta un presidente de un país referente mencione métodos curativos poco rigurosos. No es anecdótico que los terraplanistas proliferen, en una especie de secta anacrónica y absurda. No es accidental que retrocedamos en cuestiones de sexo y género, dando pábulo a los nuevos mercados de la gestación o perpetuando la prostitución como mercado laboral, precisamente ahora que el feminismo comenzaba a desafiar a los poderes establecidos.

Nada de esto es casual. Vivimos tiempos de cambio, por mucho que se hayan esforzado en convencernos de que esto que vivimos es el fin de los tiempos. Seguramente esto pensaron los emperadores romanos o los santos inquisidores que quemaban a los herejes, que su mundo nunca iba a cambiar. El claroscuro o terminador lunar en que nos encontramos pone en evidencia sus contradicciones. El mundo cambiará, las sociedades evolucionarán. Todo se mueve, sin embargo se mueve.

Pues esto es todo de momento con Galileo, amigos. Añado enlace a una versión española del Mensajero Sideral por si acaso. Salud.

Noticiero sideral en español.


Retrato de Galileo atribuido a mi paisano Murillo. 

sábado, 25 de julio de 2020

Barton Fink



(Esta entrada puede contener espoilers). Vi ayer la película Barton Fink y la verdad es que me desilusionó un poco y quedé con la sensación de que podía ser una de esas películas que se apuntan a casi perfectas pero que al final algo les falta. Después, dando vueltas mentalmente a lo visto, encuentro otros matices que me llevan a una segunda opinión. Sin duda es una película desconcertante y que logra impresionar. Intentaré explicar ese primer desencanto.

Me disponía anoche a ver alguna peli, en una de esas plataformas de streaming que ahora tenemos todos dado que la TV se ha vuelto definitivamente una puta basura, y recordé que de los Cohen me quedaban por ver algunas y especialmente ésta. Me declaro fan de los hermanos gracias a otras cintas que se encuentran entre mis favoritas, como Fargo o Lebowski, así que no dudé en dar al play y disponerme a disfrutar, sin saber nada de lo que iba a ver excepto el elenco y los autores.

La verdad es que lo mejor que me pudo pasar fue no haber leído nada antes sobre Barton Fink ni tener la menor noticia sobre ella, porque supongo que de ese modo me habría perdido la principal intención que -supongo- procuraban los Cohen, que es la de dejar pegado de asombro a su asiento al espectador. 

Incluso para alguien no experto en cine como yo, es evidente la técnica admirable de los directores, la ambientación, los planos, y por supuesto las actuaciones espectaculares de Turturro y Goodman (este último para mi gusto se sale de la pantalla). También destaco a secundarios memorables como la pareja de policías y su hilarante interrogatorio chusquero (¿acaso ha visto que mi compañero anote su comentario en la libreta?).

Al grano. Lo que me fastidia en el fondo es que quien se haya dedicado alguna vez a redactar textos por encargo o se haya visto en la tesitura de crear alguna obra que no le interesaba inmediatamente se sentirá identificado con Barton, ese escritor con una clara vocación literaria y que se ve conminado a aceptar el encargo de una panda de patanes adinerados, ignorantes y psicópatas del uso de la cultura como bien comercial. Es imposible no sentir empatía con el personaje de Turturro. Esta trama enseguida le atrapa a uno, y el fervor con el que Fink defiende sus ideales te lleva a pensar que en esta película va a haber un mensaje rompedor y libertador, más teniendo en cuenta que el escritor busca el teatro "del hombre de la calle" por encima del mero espectáculo comercial.

Más aún viniendo de los Cohen, creadores de Marge, la tenaz y profesional agente de policía de Fargo, en mi opinión un personaje popular que representa al trabajador medio que con su labor sostiene a un mundo corrupto y cínico. Para mí un personaje a la altura del Atticus Finch de Matar a un ruiseñor o el sheriff Kane de Sólo ante el peligro.

Incluso se comprende el desdén con el que Fink trata a su compañero de hotel, Charlie, a quien no le escucha. Fink me recuerda a los estupendos intelectuales de comité central que aseguran anhelar al sujeto revolucionario pero no lo ven delante de sus narices.

Pero en definitiva, todo se dispara en una solución onírica que sí, es impactante, con escenas de gran fuerza como el incendio y la posterior en la playa. No es que menosprecie el surrealismo. Entre mis películas favoritas también están Mullholand o El discreto encanto de la burguesía. Pero ¿dónde queda la solución de la cultura de lo social frente al espectáculo barato?

Me consuelo pensando que tal vez el personaje de Fink es devorado por la propia realidad que pretende mostrar en sus obras teatrales, quizás entorpecido por un excesivo intelectualismo, y es esa oscura realidad de vivienda sucia y maloliente, de calor asfixiante tan diferente a la vida lujosa de los estúpidos dueños de Hollywood, la que engulle a Fink. Es Charlie gritando a Barton "tú estás de paso pero yo vivo aquí", en un mundo que se cae a pedazos