domingo, 7 de junio de 2015

Sobre la Unidad Popular

Como militante, es inevitable que surjan diversas dudas acerca de las novedades en el proceso de Unidad Popular. En este "tren que no se detiene" debemos subirnos si no queremos quedarnos esperando en la estación como la Penélope de Serrat, esperando en vano que vuelva a pasar. Tal es la urgencia histórica, nos advierten quienes nos dirigen. 
El último giro de este ciclo, quizás el definitivo, consiste en que por Unidad Popular los militantes del PCE debemos entender no sólo la deseable confluencia con los movimientos sociales de izquierdas y con otros partidos de izquierdas, sino además con Podemos. Debemos aceptar, además, que se presente una lista conjunta en la que sea la nueva formación política quien decida el orden de los puestos.

En un examen somero de este planteamiento observamos que tanto en el mensaje de nuestro candidato a la presidencia ("La Unidad Popular es el único camino", Blog Economía para pobres, en el diario Público) como el en comunicado del PCA en su página ("el PCA trabajará por las listas unitarias"), se ha interpretado de los resultados de las recientes municipales que existe una correlación de fuerzas que induce a pensar que es favorable de cara a las generales de final de año presentar esa lista conjunta. El ejemplo que se nos indica es el de Ahora Madrid, incluso en su comunicado el PCA imita estas maneras y habla de lanzar el mensaje "ahora la Moncloa". 

Bien, aceptemos como válido este análisis (dejaremos de lado por tanto otras victorias municipales que IU ha obtenido en solitario y tampoco señalaremos que el ejemplo de Barcelona en Comú también valdría, pese a que tiene matices distintos con respecto a Ahora Madrid). Entendemos, decíamos, que se ha observado una tendencia en el voto que nos invita a pensar que la correlación de fuerzas puede sernos positiva y llevarnos a pensar que es posible lograr un gran resultado en las generales.
Suponemos por tanto que esta estrategia es un paso, un objetivo parcial -lograr un giro político en nuestro país que venciera al bipartidismo- dentro del plan fundamental - la derrota del capitalismo y la construcción progresiva de una sociedad socialista- y que debe ser nuestro objetivo final. 
No queremos pensar que en este proceso de asimilación de las propuestas de carácter reformista y de capitalismo de rostro amable que ofrece Podemos vayamos a caer en el error de terminar aceptando una salida socialdemócrata de este proceso llamado crisis. No tendría sentido este paso si acabamos confundiendo el objetivo final con el objetivo parcial y conformista de obtener unas pocas mejoras mientras el problema real no se ataje. Habríamos quemado las naves en vano. ¿De qué modo plantea el PCE esta estrategia? ¿Por qué no se plantea con sencillez a las bases, que podría comprenderla sin recurrir a simplificaciones del lenguaje, y se pide su opinión?

En el mismo sentido, cabe preguntar al Comité Central si forma parte de nuestra estrategia el plantear las reivindicaciones de Ahora Madrid como un programa mínimo de tareas inmediatas de cara a ese paso parcial. ¿Cómo hará el PCA para lograr que la ciudadanía entienda que esto es un proceso ininterrumpido que no se detiene en estos escasos logros y que debe haber un programa máximo mucho más ambicioso? Es llamativo que nuestros líderes se hayan preocupado de manifestar hasta la fatiga en los medios que lo hecho por IU en Andalucía fue un gran error y que, sin embargo, nos parezca un modelo a seguir un proyecto cuyo programa es netamente inferior en lo social. De hecho, observemos que las normas propuestas por IU en Andalucía sufrieron la oposición de todas las fuerzas posibles y por último declaradas como un peligro por ser "inestables" y, en cambio, el proyecto de Ahora Madrid es saludado por medios y grandes empresarios sin ningún temor. 
Incluso se hacen burlas grotescas en los medios y en las redes sociales sobre el temor de doña Esperanza a la "llegada de los soviets". ¿Qué entenderá por soviet tanto el votante medio de los partidos emergentes como el votante de Aguirre? 

Habría muchas más dudas que plantear. 
¿Se hará entender a los ciudadanos que debe desconfiar de la contradicción que supone proponer la Unidad Popular desde los medios que controlan el poder ideológico?
¿Llegará un momento en el que el enemigo principal esté plenamente definido o mantendremos indefinidamente la indignación centrada en los corruptos y los coches oficiales, pero nunca en los corruptores y el sistema que los propicia?


En cuanto a Izquierda Unida, planteo dos preocupaciones.

Primero, en este nuevo giro el personalismo adquiere mayor relevancia incluso que el programa. Al parecer la unidad no sólo va a ser en cuanto a los objetivos, sino que paulatinamente estamos mimetizando las formas de Podemos: más allá incluso de las funciones de un comité central, los militantes habremos de estar pendientes de las declaraciones en los medios y en las redes sociales de nuestros líderes, pues de ahí emanará la tendencia general de todo el partido. Posteriormente, si hay lugar, las bases opinarán. Esto, curiosamente, contradice el compromiso originario de estos nuevos movimientos políticos, cuya esencia era dar voz a la voluntad popular y situarla al frente de las decisiones. De todos modos, no es la primera vez que el celebrado cambio en la tendencia política general produce extrañas contradicciones: las primarias fueron impuestas por su apertura y pluralidad y, sin embargo, han producido insólitas situaciones de un único candidato que, bendecido por los medios y respaldado por las máximas figuras, se presentan sin que nadie se atreva a avalar ninguna otra candidatura, mucho menos si son simples obreros quienes cuestionan las opiniones de eminentes doctores. 

En segundo lugar, las alternativas de izquierdas son las grandes perdedoras. En el caso de Izquierda Unida es evidente, perderá gran parte de sus señas de identidad. No sé si todas. Ya era común observar que se comparaban en las últimas elecciones europeas los programas de IU y de Podemos como casi idénticos. Esta idea ha calado -por lo que aprecio en mi entorno, familia, amigos, compañeros y con quienes debato en las redes sociales- de tal modo que se da por sentado en el imaginario popular que el programa de Podemos es una especie de versión del programa de IU pero aligerada y adaptada a los requisitos de limpieza y participación ciudadana actuales. Es evidente que esto es erróneo, más aún a partir del giro hacia la "centralidad del tablero" tras la presentación de su programa económico. Sin embargo, las actitudes más que amistosas de nuestros líderes hacia Podemos y su incapacidad para diferenciar con rotundidad la alternativa de IU (no así a la inversa, más bien al contrario, desde Podemos se ha incluido siempre a IU en su menosprecio a toda la política anterior a ellos), han abundado en esta confusión. Será ahora, una vez dado el paso de abrir las manos a la unión, cuando IU pierda definitivamente cualquier rasgo diferenciador que le quedara. 

Enlace al blog de A.Garzón: http://blogs.publico.es/economia-para-pobres/2015/06/01/la-unidad-popular-es-el-unico-camino/
Comunicado del PCA: http://www.pcandalucia.org/el-pca-trabajara-por-listas-unitarias-en-las-elecciones-generales-ahora-la-moncloa/

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